A menudo escuchamos a personas que justifican problemas de memoria de alguna persona mayor afirmando que “son cosas de la edad”. Esto podría ser cierto si se tratase de un problema leve, pero la realidad es que, a menudo, se usa cuando la persona puede estar sufriendo problemas graves de memoria, problemas conductuales o comportamientos fuera de lo común. Así nos encontramos restándole importancia y asumiendo que es así porque tienen una determinada edad, son muy mayores y “son achaques típicos”.
Esta idea errónea, negativa y estereotipada sobre la vejez, puede ocasionar a menudo que existan personas muy mayores con enfermedades no diagnosticadas, que no reciban un tratamiento adecuado acerca de su patología, porque su entorno considera que los síntomas que padece son algo que, inevitablemente acompañan al proceso de la vejez, y por considerarlo lo “normal” no creen que se deba hacer nada al respecto.
Si bien es cierto, que con la edad aumenta la probabilidad de tener olvidos de memoria (existiendo una mayor tasa de olvidos en las actividades diarias en comparación con población joven) debemos diferenciar entre olvidos normales y olvidos patológicos.
Las personas que empiezan a sufrir olvidos normales asociados a la edad, normalmente se muestran preocupadas porque se comparan con unos años atrás cuando no sufrían con tanta frecuencia este tipo de olvidos. Pero en la mayoría de los casos, no suelen tener mayor importancia. Incluso la hipervigilancia hacia ellos puede producir un estrés añadido que como un bucle que se retroalimenta puede ocasionar que aumenten estos olvidos sin que exista motivo aparente.
Estas dos condiciones, olvidos benignos y patológicos, en un primer momento se pueden solapar o puede haber cierta ambigüedad, pero el aumento creciente de forma alarmante y la interferencia en el día a día, es lo que nos puede dar pistas de que algo no va bien.
Cuando los olvidos patológicos se dan en personas de edad muy avanzada, mayores de 80 años por ejemplo, se le puede restar importancia por considerarlo algo típico de la edad lo que puede retrasar su diagnóstico y tratamiento.
Por tanto, si a tu alrededor hay alguien mayor y detecta alteraciones no puntuales, significativas en su memoria o en su conducta y/o alteraciones en sus patrones de comportamiento habituales, o si tienes dudas para distinguir entre si lo que notas en tu familiar son olvidos normales o si son patológicos, no dudes en consultar a algún profesional del ámbito sanitario (consulta médica habitual o especialista en neurología, neuropsicología o gerontología) que te orientará hacia un diagnóstico y un futuro tratamiento de ser necesario.
A menudo, las personas establecen una relación directa entre edad avanzada y pérdida de memoria grave, dando por hecho que esto es lo habitual, cuando en absoluto tiene porque ser así.
Si observamos en nuestro entorno, seguramente encontraremos personas de edad avanzada que, salvo por los típicos olvidos normales de la edad, mantienen un cerebro en forma, acorde a la etapa vital en la que se encuentran.
Por este motivo, sí que debemos prestar especial atención a aquellas personas mayores que tienen olvidos muy frecuentes de memoria que ocasionan detrimento en su día a día, cambios en sus rutinas, o cambios de conducta, comportamentales, etc. No demos por hecho que por ser muy mayor lo normal sea el deterioro de las capacidades y la dependencia. Si detrás de esos cambios se esconde alguna patología neurodegenerativa es preciso un diagnóstico temprano. No dudes en pedir cita con un psicólogo si tienes dudas.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.