Claudia Castilla, Especialista Contenido Médico
Desde siempre, la muerte ha sido un tema tabú en muchas culturas, incluso en la mía, España. En nuestra sociedad, se le teme y se le evita tanto como sea posible. Pero, ¿qué sucede cuando la muerte “toca a nuestra puerta” de una manera tan inesperada y dolorosa, dejándonos en un estado de duelo? ¿Cómo podemos comenzar a navegar por las profundidades de este duelo y comprender las dos dimensiones de la pérdida?
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El duelo es un proceso emocional que experimentamos cuando perdemos a alguien o algo importante en nuestras vidas. Es una reacción normal a la pérdida y puede afectar todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo nuestros pensamientos, emociones, comportamientos y salud física.
La psicóloga Estefania Rubio explica en su artículo que el duelo “es un proceso complejo y personal que puede variar en intensidad y duración de una persona a otra y entre cuyos síntomas podemos encontrar tristeza, llanto, apatía, desánimo, falta de apetito y energía, entre otros. El duelo puede ser el resultado de diferentes tipos de pérdidas, como la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, la pérdida de un trabajo, o incluso el diagnóstico de una enfermedad, como el cáncer de mama. Cada persona experimenta el duelo de manera diferente, y no hay una “forma correcta” de hacerlo".
Las etapas del duelo, según la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, son cinco: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. El psicólogo Javier Aparicio Felipe recuerda que “es importante tener en cuenta que estas etapas del duelo no son lineales ni se experimentan en el mismo orden por todas las personas. Algunas personas pueden pasar más tiempo en una etapa que en otra, y algunas pueden experimentar varias etapas al mismo tiempo”.
La negación es una reacción común a la pérdida. Es una forma de protegernos del impacto inicial y del dolor abrumador. La ira puede surgir de la frustración y la impotencia. La negociación es una forma de buscar soluciones, como si pudiéramos hacer un trato para evitar la pérdida o el dolor. La depresión es una respuesta normal a la pérdida y puede sentirse como una tristeza profunda. La aceptación no significa que la pérdida esté bien, sino que estamos empezando a aceptarla y a aprender a vivir con ella.
No hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo y no hay un tiempo definido para cada etapa. Lo que es crucial es permitirnos sentir y expresar nuestras emociones, buscar apoyo cuando lo necesitamos y cuidar de nosotros mismos durante este difícil proceso.
Ayudar a alguien que está atravesando el proceso de duelo puede ser un desafío. Puede ser difícil saber qué decir o hacer, y puede ser doloroso ver a alguien que amamos sufrir. Sin embargo, hay varias cosas que podemos hacer para brindar apoyo y consuelo.
En primer lugar, es importante estar presente y escuchar. A menudo, las personas en duelo necesitan expresar sus sentimientos y no necesariamente buscan consejos o soluciones. Escuchar con empatía y sin juzgar puede ser de gran ayuda. También es útil expresar nuestras condolencias y reconocer la pérdida. Ignorarla o minimizarla puede hacer que la persona en duelo se sienta incomprendida o sola. La psicóloga Marlene Velasco reconoce que “en ocasiones las personas del entorno no vean el modo de cómo ayudar ya que más allá de su buena voluntad, no podrán acompañar este proceso puesto que durante el duelo la persona necesita invertir su energía en sí mismo”.
Es fundamental tener paciencia y comprensión. El duelo lleva tiempo y cada persona lo vive a su ritmo. No debemos apresurar a la persona en duelo ni esperar que “supere” la pérdida rápidamente. Además, podemos ofrecer ayuda práctica, como preparar comidas, hacer mandados o cuidar a los niños, lo que puede ser de gran ayuda para alguien que está lidiando con la pérdida.
Los niños y adolescentes también experimentan duelo y pueden tener dificultades para entender y manejar sus sentimientos. El duelo puede afectar su comportamiento, rendimiento escolar, relaciones y salud emocional y física. La psicóloga Fuensanta Rodríguez insiste en que es fundamental “ respetar el ritmo del duelo infantil y exigir menos durante unas semanas, darse descansos y dárselos al niño”.
Los niños pueden manifestar su duelo a través del juego, dibujos o historias. Pueden tener cambios de humor, problemas para concentrarse o dormir, o pueden volver a comportamientos más infantiles. Los adolescentes pueden parecer más irritables o desafiantes, pueden tener cambios en su rendimiento escolar o en sus relaciones con amigos y pueden experimentar sentimientos de tristeza, culpa o confusión.
Es crucial tener conversaciones abiertas y honestas con los niños y adolescentes sobre la pérdida y permitirles expresar sus sentimientos. También debemos proporcionarles un entorno seguro y amoroso y buscar ayuda profesional si es necesario. Es importante recordar que cada niño y adolescente es único y puede experimentar y manejar el duelo de manera diferente.
Las rupturas amorosas pueden ser dolorosas y pueden desencadenar un proceso de duelo. Perder a una pareja puede sentirse como perder una parte de nosotros mismos, y puede llevar tiempo y esfuerzo superar este dolor. Noelia Ugena reconoce en su artículo sobre el duelo en el amor “el desamor es un proceso emocionalmente intenso y a menudo doloroso, el cual nos hace cuestionarnos nuestra capacidad de amar y ser amados, no obstante también nos brinda la oportunidad de examinar nuestras expectativas y necesidades emocionales para crecer personalmente”.
Ignorar o reprimir nuestros sentimientos puede prolongar el proceso de duelo. También es útil buscar apoyo en amigos y familiares, o en un profesional si es necesario.
Es recomendable cuidar de nuestra salud física y emocional durante este tiempo, haciendo ejercicio, comiendo bien y durmiendo lo suficiente. También puede ser útil encontrar actividades que disfrutamos y que nos ayuden a distraernos y a sentirnos mejor.
El duelo perinatal es un tipo de duelo que experimentan las personas que pierden a un bebé durante el embarazo, en el parto o poco después del nacimiento. Esta pérdida puede ser devastadora y puede llevar tiempo y apoyo para sanar. Por eso, la psicóloga Neus Bastida insiste en que “respetar el duelo por la muerte de un hijo/a en el embarazo es esencial para superar la pérdida y este respeto incluye que sea un duelo reconocido”
Puede ser útil unirnos a un grupo de apoyo para padres en duelo, donde podemos compartir nuestras experiencias y sentirnos comprendidos y apoyados.
El proceso que transita una persona tras el fallecimiento de un ser querido, conforma, sin lugar a duda, uno de los momentos más abrumadores que se pueden experimentar.
La psicóloga Leticia Martín Enjuto señala en su artículo que es fundamental reconocer lo que conlleva la ausencia, puesto que implica hacer frente a una realidad que impacta sobre lo más profundo de nuestro ser. Para ello recalca que para lidiar con la pérdida de un ser querido es importante “abrirte, conversar, identificar emociones con tu círculo cercano, ayuda a ir cerrando la espiral de desasosiego e intranquilidad”.
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