Entre las muchas zonas de nuestro cuerpo en las que podemos manifestar dolor, la espalda es la zona más común. Se estima que el 80% de la población ha sufrido, sufre o sufrirá dolor de espalda en algún momento de su vida, por lo cual se considera una de las principales causas de incapacidad y absentismo laboral en adultos.
Este dolor de espalda lo podemos identificar y renombrar según la zona de la espalda a la que afecta, clasificándolo en:
La dorsalgia es aquel dolor de espalda que se focaliza en la zona media de la espalda (zona dorsal), a la altura de los omóplatos, debajo de la zona cervical y encima de la zona lumbar. Este puede presentarse como un dolor muy agudo y punzante en una zona muy localizada, o bien como un dolor difuso de amplio recorrido que engloba toda la dorsal, en ambos casos se describe como un dolor muy incapacitante. Según los estudios el dolor dorsal afecta al 50% de las personas que presentan dolor de espalda, siendo esta la dolencia de espalda más común.
La zona dorsal es la más amplia de la espalda con 12 vértebras, frente a las 5 vértebras de la lumbar o las 7 de la cervical. Es por ello, que la dorsalgia puede ser bilateral o podemos diferenciar las dolencias dorsales por partes independientes entre la dorsalgia izquierda y la dorsalgia derecha.
Comprende la región dorsal del omóplato izquierdo, pudiéndose irradiar hacia el brazo izquierdo y la zona cervical izquierda. Está relacionada con un estilo de vida más sedentario, ya que no tiene un origen traumático, está relacionado con una mala higiene postural, episodios de estrés, o incluso una mala alimentación que pueda producir una irritación de estómago, y aunque no se trata de un dolor muy intenso si tiene una gran tendencia a la cronicidad.
Hace referencia a la zona dorsal del omóplato derecho con posible irradiación hacia la cervical derecha y el brazo derecho. El dolor en esta parte puede manifestarse tanto como un dolor agudo punzante muy localizado, descrito por el propio paciente como “un puñal clavado en la espalda”, así como un dolor sordo, más extendido y de intensidad media.
Ambos dolores podrían estar relacionados con malas posturas estáticas (frente al ordenador, en el puesto de trabajo, sedestación prolongada, etc…) o también por una mala ejecución en la movilidad del brazo derecho ante una tarea repetitiva, aquí también tendríamos una posible causa visceral, en este caso una irritación del hígado por mala alimentación o estrés, así como la ingesta de productos hepatotóxicos (alcohol, tabaco, fármacos, etc…) podría generar una dorsalgia derecha.
La dorsalgia se manifiesta como un dolor sordo localizado entre ambas escápulas, con gran tendencia a la cronicidad, que aumenta con el transcurso del día para agudizarse a última hora, incluso en reposo. El dolor puede empeorar con posturas estáticas mantenidas varias horas (sentado frente al ordenador o de pie sin apenas moverse, por ejemplo), esto se debe a la fatiga acumulada por el mantenimiento de la postura. Las personas que sufren este tipo de dolor refieren cierta mejoría con la presión fuerte y localizada en la zona entre las escápulas.
En ocasiones este dolor puede irradiarse o desplazarse hacia los costados, hacia el pecho o incluso hacia la zona cervical, en estos casos debemos descartar otras patologías subyacentes de mayor gravedad.
Debido a la gran cantidad de estructuras complejas y de gran importancia que componen la zona dorsal sería muy difícil determinar una única causa concreta.
Es por ello que cuando nos encontramos en clínica a un paciente con dorsalgia tenemos en cuenta varias posibles causas:
Aunque en una primera instancia la dorsalgia no se presenta como la patología de columna más grave, si bien podemos considerarla como una de las más comunes que a más personas afecta, y esto aumentará de forma exponencial en los próximos años, debido al estilo de vida actual, con una tendencia hacia el sedentarismo, la alimentación con bajo nivel nutricional y el estrés. No dudes en consultar a un fisioterapeuta que pueda ayudarte con tu dorsalgia.
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