La dieta de la zona fue diseñada por el bioquímico Barry Sears hace casi 20 años. Según su autor este plan además de la pérdida de peso, puede modular la respuesta inflamatoria y metabólica, permitiendo alcanzar un estado fisiológico ideal, al cual llama “estar en la zona”.
Las características de esta dieta son las siguientes:
Además de pautas generales como beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día y realizar ejercicio suave. Se enfatiza el consumo de suplementos de polifenoles y ácidos grasos Omega 3, colocando estos últimos como el eje central del plan antiinflamatorio.
Este balance, afirma Barry Sears, busca una regulación hormonal para mantener la saciedad por más tiempo (hasta por 5 horas). Diversos estudios apuntan que las dietas hiperproteicas suelen aumentar la saciedad en el corto plazo, a largo plazo hay controversia. Además los alimentos ricos en fibra tienen un efecto más avalado (artículo en Nutr Rev. 2001). Además, es muy hipocalórica, recomienda de forma general menos de 1000 kcal para las mujeres y 1500 en hombres (sin tener en cuenta muchos más aspectos) por ello promueve pérdidas de peso rápidas.
La página web Zone Diet cuenta con una calculadora de bloques según el índice de grasa (body fat calculator) para afinar un poco esas necesidades pero la verdad es que se ajusta poco a las variables (por ejemplo, en parámetros de atleta no llega ni a 200g de carbohidratos diarios).
La dieta de la zona, como hemos visto, tiene claros y sombras; el aspecto más positivo es que dentro de las dietas proteinadas es más saludable que otras como la dieta Dukan o la dieta Atkins; ya que fomenta alimentos antiinflamatorios, algunos de ellos presentes en dietas tan reconocidas como la dieta mediterránea. Sin embargo, elimina grupos de alimentos muy importantes (lácteos, legumbres, arroz…) y no se ajusta a las necesidades individuales.
Las personas pueden buscar la orientación de un dietista-nutricionista que esté familiarizado con cualquiera de estos patrones dietéticos para ayudar con la planificación de las comidas y el tamaño de las porciones adecuadas. No hay que olvidar que junto a la dieta, es importante incorporar otros factores de estilo de vida saludable que inciden positivamente en la respuesta del organismo, como practicar ejercicio, controlar el estrés y dormir lo suficiente. Si quieres conocer los diferentes tipos de dietas puedes consultar nuestra guía.
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