María del Mar Silva Rivera
Dietista Nutricionista
El Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria gramnegativa, que suele infectar nuestro estómago ya desde la infancia. Se transmite de una persona a otra por contacto con saliva o heces y también puede transmitirse por alimentos o aguas contaminadas.
La razón por la que hay que prestarle atención es que la infección por H. pylori puede presentar complicaciones que van desde la presencia de gastritis, el desarrollo de úlceras, inflamación de la mucosa del estómago y el tramo superior del intestino delgado e incluso aumenta el riesgo para presentar ciertos tipos de cáncer de estómago.
Síntomas
Se considera que más de la mitad de la población mundial presenta la bacteria y que, en más del 70% de los casos es asintomática. Sin embargo en ocasiones, (debido a que la bacteria es capaz de sortear nuestras defensas), puede generar síntomas característicos:
- Sensación de quemazón o reflujo
- Sensación de dolor de estómago
- Náuseas/vómitos
- Anemia
- Pérdida de peso
- Heces con sangre o de color negro
- Debilidad etc.
Qué comer durante el tratamiento de Helicobacter pylori
La infección por H. pylori produce una gastritis asociada, que puede ser aguda (en caso de durar solo unos días) o crónica (se vuelve permanente). El tratamiento médico de Helicobacter pylori con antibióticos es fundamental y, además, es importante seguir unas pautas nutricionales para mejorar y recuperar la mucosa y las funciones digestivas.
La dieta adecuada es la que se llama “dieta de fácil digestión o de protección gástrica”, que cumple lo siguiente:
- Comer pequeñas cantidades con frecuencia a lo largo del día evitando las ingestas copiosas
- La comida no debe estar ni muy fría ni muy caliente
- Masticar bien y comer despacio
- Reposo tras las comidas
- Evitar añadir mucha sal a las comidas, utilizar poco aceite y no usar condimentos picantes
Alimentos a incorporar:
- Cereales refinados o blancos (pan blanco, pasta blanca, arroz, quinoa, etc)
- En el caso de la patata, puede usarse hervida o al vapor
- Priorizar carnes blancas (pollo, pavo, conejo) y pescados blancos que se pueden hacer a la plancha, al horno o hervidos
- Huevos: inicialmente solo la clara y probar tolerancia de la yema. Preferentemente hervidos, en revuelto o en tortilla. Evitar huevos duros.
- Lácteos: yogur, requesón y queso fresco. Evitar leche y quesos curados.
- Verduras: cocidas, en purés o sopas. Evitar verduras crudas
- Frutas: mejor en compota, cocida o asada sin añadir azúcar. Plátano maduro.
- Legumbres: comprobando tolerancia, en puré o pasadas por el chino eliminando las pieles.
- Grasas: en pequeña cantidad aceite de oliva o aguacate.
- Bebidas: aguas, infusiones y caldos.
Alimentos excluidos
- Cereales integrales, bollería y dulces.
- Carnes rojas y embutidos.
- Pescados azules y mariscos.
- Lácteos: quesos curados y dulces tipo flanes y natillas.
- Vegetales: evitaremos vegetales crudos y familia de las crucíferas (coliflor, col, etc, aunque sí se pueden tomar pequeñas cantidades de brócoli). Evitaremos el tomate crudo y los derivados de tomate como el tomate frito.
- Frutas: evitaremos cítricos (naranja, mandarina, limón, pomelo, kiwi, piña).
- Legumbres: evitar las legumbres enteras.
- Bebidas: evitar té, café, alcohol, zumos ácidos, refrescos gaseosos.
- Otros: evitar chocolate, frituras en general, salsas, snacks, especias y alimentos picantes, encurtidos, vinagre en exceso, ahumados.
El tratamiento nutricional del helicobacter pylori, junto con el tratamiento antibiótico prescrito por el médico puede ayudar a evitar la cronificación de la enfermedad.Recomendaciones generales si tiene Helicobacter pylori
Debemos siempre consultar al médico o al dietista-nutricionista en caso de valorar añadir suplementos a nuestra dieta.
- Probióticos. Dado que la disbiosis es una consecuencia de la infección y tratamiento del Helicobacter, puede ser buena idea para controlar la enfermedad el llevar una dieta rica en pre y probióticos. Hay cepas de Lactobacillus acidophilus gastrorresistente que mejoran el estado de la microbiota y, por tanto, de la mucosa.
- Vitaminas: dependiendo de la gravedad de la infección se ha podido producir una disminución del factor intrínseco, componente que ayuda a la absorción de vitaminas del grupo B y es posible que sea interesante suplementarlas. Además, debido a que el pH del estómago disminuye puede ser necesaria la suplementación con hierro y vitamina C.
- Omega 3: los ácidos grasos omega 3 ayudan a reducir la inflamación del estómago. Sin embargo, si tenemos una úlcera activa es mejor no incluirlos como suplemento ya que también disminuyen la coagulación sanguínea. En este caso, el consumo de pescado ya aporta omega 3.
- Dejar de fumar. El tabaco es irritante de la mucosa.
- Bajar de peso si es necesario.
- La alicina, un componente del ajo, ha demostrado su efectividad para prevenir y combatir el H. Pylori
- Otros remedios, como el zumo de arándano, la curcumina y el jengibre también han demostrado un cierto efecto antibacteriano y de protección de la mucosa…
El tratamiento nutricional del helicobacter pylori, junto con el tratamiento antibiótico prescrito por el médico puede ayudar a evitar la cronificación de la enfermedad y la disbiosis que suele ir asociada a la misma. La dieta de protección gástrica es la dieta de elección en este caso y se suelen indicar también suplementos nutricionales y probióticos para la mejora de los síntomas.
En el caso del tratamiento nutricional, el profesional responsable es el dietista-nutricionista, que podrá adaptar la dieta a la persona, individualizando el tratamiento de forma que sea más fácil seguirla. También ayudará para la transición de la dieta de protección gástrica a dieta normal.
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