Después de las vacaciones donde suelen haber más excesos de lo habitual, muchas personas recurren y están más dispuestas a seguir una dieta con el deseo de adelgazar lo antes y más rápido posible. De hecho, según los datos recopilados por el estudio WIN World Survey 2019 (WWS) llevado a cabo en colaboración con el Instituto DYM, una de cada cinco personas en España hace dieta de forma asidua.
Se acerca septiembre, el mes de las dietas, y buceamos por las redes sociales y Google con la esperanza de dar por fin con la solución definitiva. Durante los últimos años, una de las dietas más populares por numerosas modelos, actrices e influencers son las dietas proteicas, pero, ¿son realmente efectivas?, ¿en qué consisten?, ¿son recomendables para todo el mundo?, ¿tienen efectos secundarios?
En este artículo abordaremos todas estas dudas, con el fin de aportaros claridad desde la evidencia y experiencia profesional de un tema que despierta tanta confusión.
La dieta proteica, se basa y caracteriza por un mayor aporte de alimentos ricos en proteína y reducción del consumo de hidratos de carbono y grasas.
La recomendación oficial de la OMS (Organización Mundial de la Salud) es consumir entre 0.8 y 1 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día. Sin embargo, múltiples estudios enfatizan los beneficios de aumentar la ingesta de proteína a la hora de perder peso, por los siguientes motivos:
Por lo tanto, lo óptimo sería empezar con 1,5 – 2 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día para obtener los beneficios mencionados.
En este tipo de dieta se prioriza el consumo de alimentos proteicos pero es importante el origen y procedencia de esta proteína, es decir, que esta proteína provenga de fuentes proteicas de calidad. Por ejemplo:
De origen animal
De origen vegetal
Evitar
*Sinónimos del azúcar: maltodextrina, dextrosa, siropes, jarabes, etc.
Ensalada con langostinos + filete de ternera a la plancha
Berenjenas rellenas de soja texturizada
Tacos de lechuga con jamón ibérico y queso de cabra
Bol de tempeh marinado, edamames y hummus
Aunque las grandes protagonistas en este tipo de dietas sean las proteínas, es importante:
1) Mantener un consumo suficiente de grasas de calidad: aceite de oliva, aceitunas, frutos secos, coco, aguacate, etc.
2) No restringir a cero los hidratos de carbono complejos, priorizar:
Es tal la fama de este tipo de dieta, que existen varias versiones con nombre propio. La lista podría ser infinita, pero las más famosas son las dietas Keto, Dukan y Atkins.
Todas ellas se caracterizan por llevar una dieta proteica al extremo ocasionando un desequilibrio de nutrientes, ya que el aporte de calorías, grasas e hidratos suele ser inferior a lo mínimo recomendado. Además, al restringir estos macronutrientes también puede haber un consumo pobre de fibra, omega 3, vitaminas y minerales (ej. potasio, sodio, etc.).
Por este motivo está altamente contraindicado intentar implementar este tipo de dietas sin supervisión profesional que pueda confirmar que es adecuada para tu caso y garantizar un aporte equilibrado y suficiente de todos los nutrientes.
Importante: siempre y cuando esté pautada y supervisada por un profesional cualificado que pueda asegurar que se realice correctamente.
Muchas veces este tipo de dieta puede ocasionar desequilibrios hormonales que pueden llegar incluso a amenorrea hipotalámica (ausencia de la menstruación) al caer en restricciones prolongadas dónde el consumo calórico y de grasas de calidad es muy bajo. Es por ello que es esencial mantener un consumo suficiente de grasas de calidad (aceite de oliva, aguacate, aceitunas, frutos secos, etc.) para poder facilitar que las hormonas se formen, funcionen correctamente y no se vea perjudicada la salud.
Si estás pensando en seguir una dieta proteica o de cualquier tipo, te recomendamos, contactes con un dietista-nutricionista que te ofrezca asesoramiento personalizado de tu caso concreto. Si tienes dudas sobre cómo conseguir una salud y un bienestar sostenibles puedes consultar nuestra guía sobre los tipos de dietas.
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