En España la demencia vascular es una de las principales causas de demencia, junto con el Alzheimer. La prevalencia y la incidencia de ésta demencia están influenciadas por factores como la edad, la prevención, el tratamiento y la disponibilidad de atención médica.
Las personas con demencia padecen más enfermedades que la población general, con una media de hasta 2,4 enfermedades crónicas más, destacando la alta prevalencia de factores de riesgo vascular.
La demencia es una importante causa de muerte en España. Según los datos que nos proporciona el INE, en el 2015 la demencia aparece como la cuarta enfermedad con más muertes a lo largo del año, dejando así unas tasas anuales de institucionalización en España del 10,5% en este colectivo.
Teniendo en cuenta el enorme impacto económico, por los costes sanitarios y no sanitarios, directos e indirectos, se estimaban a nivel mundial un billón de dólares en 2018 y ascenderá a 2 billones de dólares en 2030.
Se ha estado trabajando sobre la concienciación sobre la demencia, los estilos saludables y la mejora en la atención médica, incluyendo así una dieta equilibrada, el fomento de la actividad física y la atención a los factores de riesgo cardiovascular, como la diabetes, el colesterol y la hipertensión.
Ésta enfermedad consiste en el deterioro cognitivo ocasionado por enfermedades que cursan con hemorragias cerebrales o isquemas.
El deterioro se puede acompañar de síntomas tales como caídas frecuentes, depresión, alteraciones del estado de ánimo, entre otras.
La edad avanzada, la hipertensión arterial, la diabetes, las cardiopatías, el consumo de alcohol y el antecedente de un ictus previo se relacionan con un mayor riesgo de demencia vascular.
En esta etapa los síntomas pueden ser difíciles de identificar:
Hay que tener en cuenta que la demencia vascular puede variar dependiendo de la persona, y que pueden experimentar una combinación de síntomas de ésta enfermedad y de otros tipos de demencia como el Alzheimer, lo que puede complicar la identificación de la fase en la que se encuentra.
Tanto los infartos cerebrales como las hemorragias cerebrales son una de las principales causas de esta enfermedad, puesto que las células cerebrales mueren, debido a la irrupción del suministro de sangre y oxígeno al cerebro.
Se tratan de accidentes cerebrovasculares pequeños que pueden no presentar síntomas notables, pero con el tiempo pueden contribuir al daño cerebral acumulativo.
Estas lesiones pueden causar daño cerebral gradual o a largo tiempo, lo que puede dar lugar a la aterosclerosis o a la hipertensión arterial no controlada.
La hipertensión arterial, la diabetes y la enfermedad cardíaca pueden dañar los vasos sanguíneos del cerebro, aumentando así el riesgo de desarrollo de la demencia vascular.
El colesterol alto, el tabaquismo, la obesidad y la falta de actividad física pueden conllevar a un aumento de problemas vasculares, contribuyendo al desarrollo de la demencia vascular.
La coagulación sanguínea en los vasos cerebrales puede bloquear su flujo y causar un daño cerebral.
Algunas estratégias de tratamiento comunes para esta enfermedad son las siguientes:
En conclusión ésta enfermedad es un trastorno cognitivo causado por lesiones cerebrales de origen vascular que obstruyen el flujo sanguíneo y afectan a las funciones mentales como la memoria y el lenguaje.
Aunque no existe ninguna cura, un tratamiento centrado en el control de los factores de riesgo y la mejora del estilo de vida puede ralentizar mucho el progreso.
Es importante contar con la ayuda de un psicólogo, ya que es es muy importante tanto para el paciente como para los ayudantes, puesto que se comienza una etapa de la vida muy diferente a la que tenían antes y es necesario pautas para poder llevarla de mejor manera.
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