Según el Ministerio de Educación y Formación Profesional en el año 2022 la tasa de abandono escolar temprano en personas de 18 a 24 años era de un 13,9%, un ligero aumento tras la pandemia. Lo que implica que casi un 14% de nuestros jóvenes no han completado la educación secundaria ni tampoco han continuado con ningún tipo de formación.
Por parte del gobierno español, las políticas han ido dirigidas principalmente a evitar el abandono temprano en los estudios pero no se están teniendo en cuenta otro tipo de aspectos como el bajo rendimiento académico, aspectos socioeconómicos de las familias o el entorno de los alumnos.
Atrás quedan ya antiguas teorías en las que se creía que tener un elevado coeficiente intelectual o dedicar muchas horas al estudio eran garantía de éxito escolar. En algunos casos, como ocurre en las altas capacidades, incluso puede suponer un obstáculo porque las tareas escolares con frecuencia son muy homogéneas, lo que dificulta que los alumnos puedan sentirse atraídos hacia ellas perdiendo el interés por los estudios. Por contra, alumnos que en un principio no “destacan” en clase, consiguen acabar todos sus estudios con un nivel de aprendizaje óptimo que luego les facilite su inmersión en el mercado laboral.
Por tanto, parece que despertar el interés en nuestros hijos por los estudios no es tarea sencilla dado que no existen soluciones milagrosas.
Entendemos por motivación como aquello que nos anima a realizar algo. Esta motivación puede venir de fuera (motivación extrínseca), cuando se nos recompensa por algo, por ejemplo el dinero en el trabajo; o puede venir de dentro (motivación intrínseca), es decir; hacemos las cosas porque disfrutamos con ellas como por ejemplo los hobbies.
Lo ideal es que nuestros hijos desarrollen una motivación intrínseca hacia los estudios, pero si esto no ocurre nosotros debemos ayudarlos para que paso a paso aprendan que estudiar no tiene por qué ser una tarea larga y tediosa, a la vez que es importante que entiendan la importancia de tener una adecuada formación.
Para empezar este camino y poder ayudar a nuestros hijos, lo primero que tenemos que preguntarnos es: ¿esta situación ha sido siempre así, cuándo mi hijo perdió el interés por los estudios?
Generalmente, los niños tienen un instinto innato por aprender y son curiosos por naturaleza, por lo que es importante descubrir el origen que provocó que nuestros hijos se desmotivaran, ya que existen numerosas variables que pueden influir:
Una vez detectada la causa de desmotivación de nuestros hijos, el primer paso a seguir es ayudarlos a solucionar el problema que está ocasionando su bajo rendimiento escolar, y posteriormente empezar a marcarnos pequeños objetivos.
Pero, ¿qué sucede si desconocemos la causa? Es decir, si siempre se ha dado esta situación y a mi hijo/a nunca le ha gustado ir al colegio o hacer los deberes. Entonces somos nosotros, los padres, quienes podemos ayudarles para que poco a poco vayan adquiriendo hábitos de estudio.
Antes de comenzar a marcarnos cualquier objetivo tenemos que tener en cuenta las características personales de nuestros hijos, es decir; conocer aquellas materias que mejor se les dan, las habilidades en las que destacan y su capacidad intelectual. Además, debemos estar atentos y mantener un contacto estrecho con el tutor/a de nuestro hijo porque nos dará información detallada tanto de su comportamiento en clase como de su aprendizaje, teniendo presente que ellos como educadores nos pueden proporcionar información sobre cómo apoyar a nuestros hijos en las tareas de clase.
Finalmente, hemos de ser conscientes que como padres somos el primer modelo de referencia que nuestros hijos tienen. Por tanto, si queremos que estos muestren interés por la educación, nosotros tenemos que ser consecuentes con el mensaje que queremos transmitirles y comportarnos como tal, por ello; es importante que nos involucremos en su educación, que asistamos a las reuniones que se programan en la escuela (y se lo digamos a nuestros hijos), que les digamos cuánto nos gusta poder ayudarlos y compartir tiempo con ellos haciendo los deberes, que nos vean leer, etc.
Si queremos motivar a nuestros hijos debemos tener en cuenta:
Si quieres comprender más sobre el impacto del fracaso escolar en los niños puedes consultar nuestra guía.
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