El estrés laboral es uno de los principales problemas a tener en consideración en cualquier entorno de trabajo, aspectos como los conflictos personales, la autonomía o la sobrecarga de trabajo son considerados antecedentes de un deterioro producido fruto del proceso (Gil-Montes, 2005).
Es cierto que a medida que las demandas laborales aumentan, también lo hace la presión sobre los empleados. Esto se nota más en empresas donde no hay nadie que mida esto, nadie que se encargue de cuantificar qué consecuencias graves hay tanto para la salud como para la productividad de la empresa. Y aquí podemos ayudar y mucho los psicólogos, ya que este impacto del estrés no sólo se refleja en el bienestar individual, sino que acaba redundando en el rendimiento colectivo, llevando a un círculo vicioso que puede ser difícil de romper. Una persona infeliz, es una persona que no trabajará bien, y aquí es donde figuras como los profesionales de la salud mental son muy importantes.
En este artículo exploraremos juntos algunas de las causas del estrés en el trabajo, sus consecuencias y también estrategias que podemos implementar para mitigarlo, de tal manera que promovamos un entorno laboral más saludable y por ende, un entorno productivo, algo crucial para que nuestra empresa no quiebre y nos quedemos sin trabajo, algo que también se puede convertir en una idea rumiativa (constante en nuestra cabeza).
El estrés laboral tiene múltiples orígenes, y comprenderlos es el primer paso para abordarlo eficazmente. Algunas de las principales causas pero no las únicas, incluyen:
Que no te guste tu trabajo: Según Ken Robinson (en su libro El Elemento), nos comparte que uno de los factores más desmotivadores para cualquier persona es no encontrar un propósito o pasión en lo que hace. De tal manera que cuando los empleados no se sienten alineados con su trabajo, o cuando sus habilidades y pasiones no se reflejan en sus tareas diarias, es fácil que caigan en una espiral de insatisfacción y estrés.
Esta desconexión no solo reduce la productividad, sino que también puede llevar a una profunda desmotivación y a un mayor deseo de abandonar el puesto de trabajo, en ocasiones, en busca de algo que les brinde mayor satisfacción personal.
El estrés no gestionado a tiempo y sin ayuda psicológica adecuada, puede llevar a consecuencias graves, tanto a corto como a largo plazo. En psicología comprendemos a cada persona como diferente y por tanto la premisa es que puede haber unas principales repercusiones, unas generalidades, pero no debemos olvidar que hay muchas más:
Impacto físico: el estrés prolongado puede desencadenar problemas de salud como hipertensión, enfermedades cardíacas, trastornos digestivos y debilitamiento del sistema inmunológico. Esta parte del sistema inmunológico no suele ser tenida en cuenta sin embargo es algo que se puede ver mucho en la consulta profesional de psicología, aspectos como dolores de cabeza frecuentes, fatiga crónica y otros síntomas físicos que afectan el bienestar general, no suelen ser relacionados con problemas en el trabajo, pero pueden ser perfectamente el origen.
Impacto mental: a nivel psicológico, el estrés puede provocar ansiedad, depresión, irritabilidad y problemas de sueño. Estas condiciones, si no se tratan, pueden llevar a un deterioro significativo de la salud mental, que entre otros aspectos puede incluir cambios de humor y afectar la calidad de vida del empleado.
Disminución de la productividad: el estrés reduce la capacidad de concentración, lo que lleva a errores frecuentes, disminución de la creatividad y una menor eficiencia en la realización de tareas. Esto no solo afecta al rendimiento individual, sino que también puede tener un efecto dominó en el equipo y en la empresa en general.
Ausentismo y rotación: los empleados que experimentan altos niveles de estrés son más propensos a ausentarse del trabajo y, en casos extremos, a buscar nuevas oportunidades laborales, lo que incrementa la rotación y los costos asociados al reclutamiento y la formación de nuevos empleados.
Implementar estrategias efectivas para reducir el estrés en el lugar de trabajo es crucial para mantener un equipo saludable y productivo, desgraciadamente no todas las empresas las implementan, en algunos casos porque sencillamente no le dan la importancia que tiene, o porque no las conocen, pues bien, aquí van algunas medidas clave:
El estrés laboral sin duda es un problema y no debe ser ignorado. Es el paso previo a muchos problemas de salud graves, cuyos efectos negativos redundan en la infelicidad de empleados y empleadores. Las bajas por depresión y por el síndrome de burnout (estar quemado en el trabajo) son cada vez más frecuentes.
Los psicólogos conocemos bien esta realidad y no nos cansamos de tratar de prevenirla, porque no solo se merma la productividad de una empresa, sino que se destruye la capacidad de las personas. La implementación de estrategias adecuadas puede reducir este estrés y crear un ambiente de trabajo más saludable ya que, una fuerza laboral feliz, motivada y saludable es clave para el éxito sostenido de cualquier organización. Las empresas deben asumir la responsabilidad de cuidar el bienestar de sus empleados, lo cual se traducirá en un mayor compromiso y en mejores resultados a largo plazo.
Basada en la idea del psicólogo Csíkszentmihályi, la mayoría de nosotros buscamos fluir pero para ello debemos sentir que una hora pasa como un minuto y no que un minuto pasa como una hora. ¿Podremos conseguirlo? Pide cita con un psicólogo para que pueda ayudarte.
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