El acné vulgar es una enfermedad cutánea que con frecuencia puede provocar cicatrices. Estas cicatrices pueden ocasionar desfiguración física y el impacto psicosocial puede ser profundo.
El tratamiento temprano y eficaz del acné es el mejor medio para minimizar y prevenir las cicatrices del acné. A pesar de ello, en ocasiones el desarrollo de cicatrices de acné resulta inevitable. Existen diferentes tratamientos que pueden reducir la apariencia de las cicatrices del acné. Generalmente es necesario un enfoque multimodal para lograr los mejores resultados cosméticos.
Las cicatrices del acné representan una respuesta alterada a la curación de las heridas. La inflamación cutánea que ocurre en el acné conduce a un desequilibrio entre la degradación de la matriz dérmica y la biosíntesis de colágeno.
En el proceso de reparación cutánea se pueden producir cambios en la dermis que conducen a un exceso o deficiencia de colágeno y otras estructuras de la matriz dérmica que es lo que deja una marca o cicatriz. En otras ocasiones la inflamación genera una reparación anómala con exceso de tejido que ocasiona la formación de cicatrices abultadas como ocurre con las cicatrices hipertróficas y queloideas.
Las cicatrices del acné se pueden dividir según su morfología en cicatrices atróficas y cicatrices hipertróficas. Un paciente puede tener más de un tipo de cicatriz.
Son el tipo más común de cicatrices de acné. Son causadas por la destrucción y pérdida de colágeno en la dermis y se presentan como hendiduras en la piel. Las cicatrices atróficas se pueden subclasificar en cicatrices de picahielos, rolling o boxscar:
Cicatrices hipertróficas y queloides: el desarrollo de cicatrices hipertróficas y queloides en el acné son menos comunes que las cicatrices atróficas y se caracterizan por una ganancia de colágeno tras la resolución de una lesión de acné, lo que da como resultado una placa firme y elevada generalmente de color rojo o violáceo.
Cicatrices eritematosas (rojizas): el aspecto clínico de las cicatrices del acné, tanto atróficas como hipertróficas, puede verse acentuado por el eritema (la rojez). El tratamiento del eritema en las cicatrices del acné es un componente importante (y a menudo inicial) del tratamiento.
No debemos confundir el eritema que presentan las cicatrices de acné con la hiperpigmentación post inflamatoria persistente, que es un efecto secundario común del acné, especialmente en personas con piel oscura. A diferencia de los cambios de textura permanentes que ocurren en las verdaderas cicatrices, los cambios de pigmentación tienden a mejorar lentamente con el tiempo.
A menudo, en el tratamiento de las cicatrices de acné debemos realizar distintos procedimientos para mejorar la textura (hundimientos o depresiones) y los cambios de coloración y conseguir así disminuir las marcas de acné.
Cuando existen cambios de coloración (áreas eritematosas e hiperpigmentadas) los tratamientos más efectivos son las fuentes de luz como el IPL (luz pulsada intensa), láser de colorante pulsado, láser KTP o láser alejandrita. También son eficaces los tratamientos tópicos dirigidos en consulta.
En las cicatrices atróficas se emplean tratamientos que generen estímulo en la dermis y nos permita crear colágeno nuevo. Entre ellos podemos emplear los láseres ablativos como el láser CO2 fraccionado o el láser erbium YAG (Er:YAG) fraccionado o métodos no ablativos como el láser fraccionado no ablativo. En muchas ocasiones, en las cicatrices atróficas, es necesario combinar el tratamiento láser con otros tratamientos como el punch, técnica CROSS (peeling localizado), subincisión, inyección ácido hialurónico o peelings medios y profundos.
En las cicatrices hipertróficas y queloides el tratamiento se centra en eliminar el exceso de colágeno generado y atenuar el eritema de la propia cicatriz. Para ello se emplean los láseres de colorante pulsado e IPL para mejorar la rojez. Para eliminar el abultamiento de las cicatrices hipertróficas y queloides se utiliza el láser CO2 fraccionado como método que nos permite vehiculizar fármacos en la dermis (laser-assisted drug delivery) como el acetónido de triamcinolona y el 5-fluorouracilo y así aplanar la cicatriz.
Las cicatrices de acné son una patología muy frecuente que puede ocasionar alteraciones físicas y psicosociales importantes. El objetivo fundamental es prevenir que aparezcan estableciendo un tratamiento oportuno del acné activo, aunque, en ocasiones, resulta inevitable. Es importante conocer las distintas cicatrices de acné y establecer un plan de tratamiento con distintas técnicas dermatológicas que nos permita elegir el mejor tratamiento en cada caso concreto. No dudes en pedir cita con un dermatólogo si tienes dudas sobre cómo eliminar las marcas de acné. También puedes consultar nuestra guía completa para entender y tratar tu piel.
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