Artículos 07 agosto 2024

Cómo elegir el mejor protector solar para tu piel

Dra. Leonor Revelles Peñas Dermatólogo
Dra. Leonor Revelles Peñas
Dermatólogo

El protector solar debe ser el producto más importante en nuestra rutina facial, aunque probablemente nos surjan dudas a la hora de saber si estamos haciendo una buena elección.

¿En qué debo fijarme a la hora de elegirlo?

Protección frente a radiación ultravioleta (RUV) B: aparece representado por las siglas SFP. La RUV-B penetra en la piel y es la responsable del bronceado. Esto es así porque induce la formación de pigmento (melanina). Es importante mencionar que NO EXISTE EL BRONCEADO SALUDABLE, ya que el bronceado es la respuesta de las células de la piel para protegerse frente a la agresión de la RUV.

Si la dosis de UVB es demasiado fuerte, la piel se torna roja y se inflama, produciendo una quemadura solar. Esto es una señal de alarma grave enviada por las células cutáneas ya que como consecuencia se producen mutaciones, radicales libres, y aumenta el riesgo de que los procesos de reparación celular se agoten y no funcionen correctamente. A largo plazo, esto puede provocar alteraciones del material genético que deriven en lesiones premalignas y en el desarrollo propio del cáncer de piel.
Volviendo al FPS, este debe aparecer indicado en todos los protectores solares, y puede ser:

  • Protección baja (Factor menor a 10).
  • Protección media (15 a 25).
  • Protección alta (30 a 50).
  • Protección muy alta (50+).

No obstante, esto no significa que un FPS 50 nos proteja durante 50 minutos del sol; si no que es mucho más complejo y depende en gran medida del fototipo del paciente, del cual hablaremos en futuras publicaciones.

Es necesario entender antes un concepto: el de dosis eritematosa mínima (DEM), que se define como la mínima dosis de RUV capaz de inducir eritema (rojez) perceptible en la piel. Por lo tanto, el FPS va a depender de esta DEM individual.

Por ejemplo, una persona tiene una DEM de 3 minutos (tarda 3 minutos en quemarse tras la exposición solar sin protección). Si utiliza un fotoprotector con FPS 50, tardaría 150 minutos (3 x 50) en quemarse tras la exposición solar.

  • Protección frente a radiación UVA: penetra en las capas más profundas de la piel y es la responsable del fotoenvejecimiento, es decir, el envejecimiento secundario al daño solar. También interviene en la producción de radicales libres aumentando el riesgo de cáncer de piel. Viene representado por el símbolo UVA rodeado por un círculo o PA (+//+/++++).
  • Que proteja frente a luz azul: emitida por dispositivos electrónicos fundamentalmente. Es responsable del fotoenvejecimiento y aumenta el riesgo de pigmentación de la piel (manchas).
  • Protección frente radiación infrarroja y luz visible: la primera es emitida por ciertos dispositivos y la segunda es aquella perceptible al ojo humano. Intervienen en el fotoenvejecimiento.

Lo ideal, que sea un fotoprotector de amplio espectro.

mujer joven paya aplicandose protector solar cara El protector solar debe ser el producto más importante en nuestra rutina facial.

¿Cómo utilizar el fotoprotector?

  • Debe ser un paso fundamental e insustituible antes de salir de casa.
  • Suele ser el último paso de nuestra rutina (excepto si utilizamos maquillaje, que irá encima del protector solar).
  • Aunque solamente vayamos a estar unos minutos al sol, debes aplicarlo.
  • Fotoprotector con color: protegen más ya que actúan como protector físico al contener óxidos de zinc y dióxido de titanio.
  • ¿Es mejor SFP 50? ¿O puede ser suficiente FPS 30? No hay recomendaciones estándar ni rígidas. En mi opinión, ya que vas a aplicarlo, aprovecha y utiliza uno de SFP 50. No obstante, en días poco soleados y fuera de los meses de máxima radiación solar puede ser suficiente un SFP 30.
  • Replicar cada 2 horas si estamos en meses de verano y expuestos a la radiación solar. En invierno o en habitaciones cerradas podríamos aplicar únicamente antes de salir de casa por la mañana y reaplicar por las tardes si volvemos a salir.
  • Resulta fundamental la protección física: ropas, sombreros y gafas como métodos de fotoprotección; y medidas de evitación: evitar el sol, estar en la sombra o utilizar ropas protectoras.

No dudes en pedir cita con un dermatólogo de Doctoralia para que pueda ayudarte en en lo que necesites.

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