Artículos 21 febrero 2024

Colesterol bueno (HDL) y malo (LDL): entendiendo las diferencias

Dra. Carolina Raviolo Médico general, Médico estético, Terapeuta complementario
Dra. Carolina Raviolo
Médico general, Médico estético, Terapeuta complementario

Hemos escuchado hablar muchísimo del colesterol, pero ¿realmente sabemos que es?

El colesterol es un lípido, es decir un tipo de grasa. El colesterol es sintetizado por nuestro organismo, específicamente en el hígado y además un porcentaje extra se obtiene de la dieta. El colesterol es un lípido de gran importancia ya que forma parte de la bicapa fosfolipídica de todas las células de nuestro cuerpo, forma parte de la estructura de las hormonas esteroideas (como testosterona, estrógeno y progesterona), de la vitamina D y de los ácidos biliares encargados de la digestión.

El colesterol no puede circular libremente en el organismo, sino que para circular por la sangre debe utilizar un “coche”. Este medio de transporte es una proteína transportadora que se llama Lipoproteína y se clasifican en:

  • LDL (lipoproteínas de baja densidad). Se lo conoce como “colesterol malo”. Estas lipoproteínas transportan el colesterol desde el hígado hacia las células, y su acumulación sería el causante de las enfermedades cardiovasculares.
  • HDL (lipoproteína de alta densidad). Se lo conoce como “colesterol bueno”. Estas lipoproteínas transportan el colesterol desde las células hacia el hígado donde será degradado. Un aumento del HDL está asociado a la prevención de enfermedades arteriales ya que “limpiaría” las células y evitaría la acumulación de colesterol que a posterior causaría la obstrucción del vaso.

Los síntomas colesterol LDL aumentado

El LDL aumentado y el déficit de HDL muchas veces no da síntomas y es por eso que es necesario mantener una dieta saludable para prevenir el colesterol y la consecuente patología cardiovascular.

Algunos síntomas asociados con un colesterol LDL aumentado y un HDL bajo son:

  • Xantomas: manchas amarillas en la piel alrededor de los ojos.
  • Acv/ictus.
  • Dolor de pecho por angina de pecho.
  • Antecedente de infarto.

¿Por qué es importante mantener un HDL alto y un LDL bajo?

Es importante recordar que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo, especialmente la cardiopatía isquémica.

El exceso de colesterol total y LDL se asocia a daño arterial que se traduce posteriormente en patologías como la angina de pecho, el infarto agudo de miocardio y el ictus (entre otros). Esto se debe a que el exceso de colesterol en las células de los vasos sanguíneos se acumula generando daños en las paredes de las arterias que a posterior se transformaran en placas de ateroma. Estas placas de ateroma son las responsables de la oclusión del vaso y posterior episodio isquémico (como en el ictus isquémico o en el infarto de miocardio).

Es importante saber que no solo los niveles elevados de colesterol LDL sino también la resistencia a la insulina impactan de manera negativa en la salud cardiovascular.

señor mayor sentado sofa vaso agua pastillas manos El exceso de colesterol total y LDL se asocia a daño arterial que se traduce posteriormente en patologías como la angina de pecho, el infarto agudo de miocardio y el ictus.

¿Cómo mejoramos nuestra salud cardiovascular?

  • Actividad física, la recomendación es que sea de tipo HIT o cardio al menos 2 veces por semana. Y algún tipo de actividad física 30 minutos todos los días.
  • Abandono del tabaco.
  • Mantener un peso saludable, teniendo en cuenta que el exceso de grasa abdominal, es la más peligrosa para la salud cardiovascular.
  • Alimentación saludable:
  • Favorecer el consumo de frutas y verduras: al menos 2 frutas al día y verduras crudas o cocidas en todas las comidas, priorizar las verduras de hoja verde ya que poseen estanoles y esteroles que disminuyen la absorción intestinal de colesterol.
  • Aumentar el consumo de legumbres, como las lentejas o granos de soja y de cereales ricos en fibra como la avena.
  • Disminuir el consumo de hidratos de carbono provenientes de procesados, es decir: galletas, pan, bollería, pastas ya que además de harina poseen aceites hidrogenados.
  • Consumir un puñado de frutos secos.
  • Consumir aguacate al menos 2 por semana.
  • Consumir pescados al menos 2 veces por semana, priorizar sardinas, atún, salmón, boquerones y caballa, quienes poseen alto contenido de Omega 3 que actúa como cardioprotector o consultar con tu médico para que te indique suplementación con omega 3.
  • Consumir semillas de lino o chía que también son altos en omega 3.
  • Disminuir el consumo de embutidos y alimentos procesados como patatas fritas, chips, snacks.
  • Huevo: preferir el consumo de clara.
  • Preferir carnes magras.
  • Cocinar siempre con aceite de oliva evitando el consumo de otros aceites como girasol, maíz, etc.
  • Evitar el consumo de margarina o aceites hidrogenados.
  • Disminuir el consumo de carnes rojas.

¡SIEMPRE priorizar los alimentos REALES, los que menos procesamiento tienen ya que son los más saludables y beneficiosos para nuestra salud!

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