Opciones de tratamiento para la ansiedad y recomendaciones

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La ansiedad es ese miedo que experimenta una persona y percibe las señales físicas sin relacionarlas con sus causas, sin conectarlas con el objeto temido, percibiéndolas como inexplicables, incomprensibles, lo que suele generar gran malestar y frecuentemente lleva a la consulta médica y psicológica.

Cabe aclarar que sentir ansiedad o estar ansioso es propio de un individuo “sano” ya que se refiere al conjunto de signos esperables frente a demandas (internas o externas) que lo conduce a resolver una situación vital, activando sus estrategias de afrontamiento para lograr sus objetivos. Por ejemplo, alcanzar su metas laborales o académicas, cuidar su salud, etc. Este tipo de ansiedad se la considera funcional ya que es adaptativa.

Por el contrario, se refiere a ansiedad patológica cuando la ansiedad no cumple su función adaptativa, es decir, es disfuncional no posibilitando alcanzar sus metas. El sujeto presenta indicadores de malestar psíquico, sensaciones físicas displacenteras, queja cognitiva, deterioro en el funcionamiento de su vida cotidiana que afectan áreas valiosas de su vida como: trabajo, estudios, relaciones sociales, etc.

Diagnóstico

Para realizar una valoración respecto a la ansiedad como terapeuta es necesario realizar un diagnóstico cognitivo para elaborar la estrategia terapéutica.

La evaluación de los signos y/o síntomas físicos (sensaciones fisiológicas) y síntomas psíquicos (cogniciones) que presenta el paciente vinculando si estos son incapacitantes o limitantes o interfieren en el desarrollo de sus actividades cotidianas de acuerdo a los objetivos o metas de vida.

Ansiedad funcional o disfuncional

Si la ansiedad es disfuncional se evaluará de qué tipo de trastorno se trata, ya que puede haber diferentes tipos: ataques de pánico, fobia social, ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno por estrés postraumático, agorafobia, entre otros.

Teniendo en cuenta los aportes de Ellis, el paciente con ansiedad demanda seguridad, por lo que posee intolerancia a la incertidumbre, cognición que al momento lo ha conducido a buscar evidencia empírica para justificar su sintomatología. Por lo cual, iniciar con la exploración de cogniciones que causan ansiedad posibilitará al paciente comprender su cuadro favoreciendo la adhesión del tratamiento.

El diagnóstico cognitivo es fundamental para elaborar la estrategia terapéutica. Más allá de que una respuesta de miedo pueda ser condicionada, el hecho de que no se diluya y se sostenga siempre requiere una evaluación cognitiva de la situación y/o de la misma emoción. Y esas cogniciones son las que necesitamos modificar si deseamos un cambio profundo y duradero.

Tratamientos para la ansiedad

Como terapeuta integrativa, mi meta es trabajar con los diferentes enfoques actuales, eficaces, relevantes y confiables para ofrecer tratamientos que puedan ayudar a aliviar el sufrimiento humano.

Terapia cognitivo-conductual

Se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es una tipo de psicoterapia que es efectiva en el tratamiento de varios trastornos de ansiedad. La idea central es ayudar al paciente a identificar y modificar las creencias irracionales, pensamientos distorsionados o autoverbalizaciones negativas que están determinando o manteniendo el problema relacionado con la ansiedad.

Técnicas de relajación y exposición gradual

Es recomendable trabajar en la consulta con técnicas de relajación y exposición gradual a las situaciones temidas.

El modelo de Aaron Beck, expone que la ansiedad se caracteriza por las siguientes cogniciones, integrantes de la tríada cognitiva:

• Visión del futuro como incierto.
• Visión del entorno como peligroso.
• Visión de uno mismo carente de capacidad o recursos para superar esos peligros. En el tratamiento se explorarán estas 3 visiones con el fin de ampliar la mirada del paciente y cambiar el enfoque.

A su vez, se enseñarán habilidades para que la persona pueda afrontar adecuadamente diversas situaciones problemáticas caracterizadas por el estrés o el dolor.

El terapeuta será el encargado de ayudarle al paciente a corregir el modo en que aborda los problemas, facilitándole un método sistemático para resolver este tipo de situaciones.

Para tratar trastornos de ansiedad específicos, como el trastorno de pánico o el trastorno de estrés postraumático se puede usar la terapia de exposición que consiste en exponer gradualmente al paciente a la situación temida o traumática, permitiendo que se acostumbre a ella y reduciendo la respuesta de ansiedad.

En los últimos años, se ha producido un desarrollo exponencial de la tercera generación de la terapia de conducta (Pérez, 2007). Desde la terapia de aceptación y compromiso (ACT), el foco de la terapia: por un lado, no se trata de cambiar o reducir los pensamientos/sensaciones/recuerdos molestos sino que se trata de alterar su función y de generar flexibilidad en la regulación del comportamiento.

Métodos clínicos

Por otro lado, los métodos clínicos apelan a un cambio de carácter contextual a fin de alterar la función de los eventos privados sin cambiar sus contenidos. ACT busca generar las condiciones para que el paciente aprecie la paradoja de su comportamiento (para lo que es necesario contextualizar el funcionamiento en el ámbito de lo que sea importante para el paciente) y busca potenciar interacciones clínicas que permitan al paciente tomar conciencia plena, abierta, del flujo de los eventos privados –cualesquiera-, de modo que haga, o no, uso de ellos para actuar de modo valioso.

Es un tratamiento centrado en las acciones valiosas para uno; contempla el malestar/sufrimiento como normal, producto de la condición humana en tanto que seres verbales; define qué se aprende a resistir el sufrimiento normal y esa resistencia genera el sufrimiento patológico; promueve el análisis funcional de los comportamientos del paciente y, por tanto, se basa en la experiencia del paciente como la clave del tratamiento. Tiene por objetivo flexibilizar la reacción al malestar porque la experiencia del paciente le dice que resistir los eventos privados limita la vida, que centrarse en ellos es perder la dirección.

Otra técnica que suelo implementar tanto para casos de ansiedad como para estrés, es el famoso mindfulness que implica ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento (Simón, 2007). También es una forma de percibir y expandir el nivel de conciencia, como una manera particular de prestar atención plena, al instante a las experiencias de la vida cotidiana. (Moscoso, 2010).

Se ayudará al paciente a desarrollar la conciencia plena como habilidad o competencia, entrenándose en las respuestas de relajación para reducir los niveles de estrés crónico y modificar patrones de conductas autodestructivas.

El mindfulness ayuda a reducir la ansiedad y promover el bienestar general.

Tratamiento farmacológico

En cuanto a la medicación, se debe consultar con un médico psiquiatra y el profesional evaluará según cada caso en particular si se necesita o no. Mi indicación es que nunca se realice tratamiento farmacológico solamente, sino que el paciente realice un tratamiento combinado de psicoterapia en conjunto con el tratamiento farmacológico.

Estrategias y recomendaciones para la ansiedad

Hay muchas formas de estar mejor, y cada persona encontrará su método, e irá probando que le hace mejor en cada época y momentos determinados.

Además de hacer psicoterapia, recomiendo realizar prácticas de meditación, pueden ser guiadas o no, de manera cotidiana, esto nos facilitará tener un momento con nosotros mismos de mayor plenitud, centrándonos en la respiración y en nuestro mundo interior.

Así mismo, las técnicas de relajación como el yoga y diversos tipos de respiración aliviaran el malestar y facilitarán que baje el nivel de tensión y nerviosismo. El objetivo es relajar el cuerpo y calmar la mente.

Además es importante mantener un estilo de vida saludable que incluya una alimentación balanceada, ejercicio regular y suficiente descanso. Evita el consumo excesivo de cafeína y alcohol ya que estas sustancias pueden aumentar la sensación de ansiedad. Estos factores pueden influir en tu estado de ánimo y nivel de ansiedad.

El terapeuta o el espacio terapéutico es un catalizador del cambio, o también podría explicar por qué un paciente llega a terapia en ese momento de su vida y no en otro. El terapeuta interviene en la vida del paciente para favorecer, crear e impulsar el cambio, promover la salud, facilitar el bienestar y aliviar el sufrimiento humano.

No tengas miedo de buscar apoyo y compartir tus preocupaciones con personas de confianza, como amigos, familiares o profesionales de la salud mental. Compartir tus sentimientos puede aliviar la carga emocional y brindarte diferentes perspectivas

Para concluir es importante destacar que cada persona es única e irrepetible y que los tratamientos pueden variar según las necesidades individuales. Según cada paciente, a veces funciona un enfoque u otro, y será el psicólogo junto con el paciente quien determinará lo más adecuado para tratar la ansiedad.

Referencias

• Beck, A. y Emery, G. ( 1985) Anxiety Disorders and Phobias. New York: Harper Collins.
• Ellis, A. (1962) Razón y Emoción en Psicoterapia. Bilbao, 1980: Desclée de Brouwer.
• Ellis, A. (1994) Reason and Emotion in Psychotherapy. Revised and Updated. New York: Carol Publishing Group.
• Luciano Soriano, M. Carmen; Valdivia Salas, María Sonsoles La terapia de aceptación y compromiso (Act). Fundamentos, características y evidencia Papeles del Psicólogo, vol. 27, núm. 2, mayo-agosto, 2006, pp. 79-91 Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos Madrid, España.

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