Artículos 21 octubre 2024

Ansiedad social: qué es, síntomas y causas principales

Julieta Garcia Arias Psicólogo
Julieta Garcia Arias
Psicólogo

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Un aspecto clave para comprender los trastornos de ansiedad es definir qué es la ansiedad. Aunque se ha escrito mucho sobre la diferencia entre ansiedad, miedo y angustia, es importante aclarar que el miedo suele dirigirse hacia algo concreto, como un objeto o situación externa. En cambio, la ansiedad tiene un foco más interno, a menudo relacionada con un peligro indefinido o lejano, o incluso con una sensación vaga de malestar (Bourne, 1995, p.2).

¿Qué es la ansiedad social?

El trastorno de ansiedad social (TAS), también conocido como fobia social, es uno de los trastornos de ansiedad que tradicionalmente ha pasado más desapercibido. No obstante, es uno de los tres trastornos psiquiátricos más prevalentes, junto con la depresión y el abuso de sustancias, y el más común dentro de los trastornos de ansiedad (Stein y Stein, 2008). Suele manifestarse en la adolescencia, entre los 11 y 20 años (Sandín et al., 2002).

La ansiedad social se caracteriza por un temor intenso al ridículo, a cometer errores o a ser humillado en situaciones donde la persona está expuesta al juicio de los demás. Este temor es mucho más fuerte que la ansiedad que la mayoría de las personas experimentan en situaciones sociales o de desempeño público. En algunos casos, la ansiedad es tan abrumadora que lleva a evitar por completo las situaciones temidas, aunque algunas personas pueden enfrentarlas, aunque con una ansiedad considerable. El miedo principal es ser percibido como ansioso, débil, “loco” o incompetente. Este miedo suele ser desproporcionado respecto a la situación y, generalmente, el individuo es consciente de que su reacción es exagerada.

El miedo a hablar en público es la fobia social más común y afecta a un gran porcentaje de la población. Su impacto se extiende a situaciones cotidianas como presentar un examen o terminar una relación. La fobia social se diagnostica cuando la evitación interfiere con el trabajo, las relaciones importantes o causa una angustia significativa.

Síntomas de la ansiedad social

Los síntomas de la ansiedad social pueden dividirse en psicofisiológicos, cognitivos y conductuales. Entre los síntomas psicofisiológicos más comunes se encuentran la sudoración, los temblores, las taquicardias y el rubor facial.

Estos síntomas se viven como una fuente importante de malestar, ya que refuerzan la sensación de incompetencia en situaciones sociales (Caballo et al., 2002; Heimberg et al., 2000; Salaberría y Echeburúa, 2003).

Los síntomas cognitivos están relacionados con el miedo excesivo a ser juzgado o criticado. Este miedo amenaza la autoestima y la integridad psicológica del individuo (Caballo et al., 2002; Heimberg et al., 2000). Las personas con ansiedad social suelen tener pensamientos distorsionados sobre cómo los demás los perciben. Un pensamiento común es “Si me equivoco, pensarán que soy incompetente”, o “Si me pongo nervioso, todos notarán que no soy capaz”. Estas creencias erróneas alimentan el miedo y refuerzan la idea de que los demás siempre los están evaluando de forma crítica.

En cuanto a los síntomas conductuales, la evitación es el más característico: las personas con ansiedad social evitan las situaciones temidas, lo que refuerza su temor a enfrentarlas.

Un aspecto importante del trastorno es que las personas sienten que “deben” estar completamente serenas para actuar adecuadamente. Si perciben ansiedad, creen que no podrán desempeñarse bien, lo que incrementa el ciclo de ansiedad y evitación.

Un ejemplo claro de cómo se manifiesta la ansiedad social es en situaciones como la de presentar un examen. Una persona con ansiedad social puede estar tan preocupada por cometer un error que ni siquiera se presenta al examen, o si lo hace, lo afronta con tal nivel de ansiedad que su desempeño se ve afectado.

Aparecen pensamientos como “Si no apruebo este examen, todos sabrán que soy un fracaso” o “Me voy a equivocar y voy a hacer el ridículo”. Incluso si ha estudiado lo suficiente, la ansiedad es tan intensa que termina evitando la situación o rindiendo por debajo de su capacidad. El tratamiento no debe centrarse en el perfeccionamiento académico, sino en trabajar estas creencias distorsionadas y enfrentar la situación temida de manera gradual.

Otro ejemplo que suele verse en consulta: Una persona que ha sido invitada a una reunión social, como una fiesta de trabajo o una cena con amigos. Días antes del evento, comienza a preocuparse intensamente sobre cómo será percibida por los demás. La ansiedad se manifiesta a través de pensamientos repetitivos, como: “¿Y si digo algo inapropiado?”, “Voy a ponerme nervioso y se darán cuenta” o “Me veré raro si no sé de qué hablar”. Estos pensamientos anticipatorios incrementan su malestar, y al llegar al evento, la persona opta por quedarse al margen, evitando el contacto visual y limitando su participación en la conversación.

Se siente extremadamente autoconsciente, evaluando cada palabra y gesto, convencida de que todos notan su incomodidad. Finalmente, puede irse temprano o incluso evitar asistir por completo, reforzando la creencia de que las situaciones sociales son peligrosas o que no puede manejarlas bien.

chica joven sujeta movil sentada ventana ansiedad social La ansiedad social puede ser una barrera difícil de superar, afectando múltiples aspectos de la vida diaria, desde el rendimiento académico hasta las relaciones personales.

Causas y tratamiento de la ansiedad social

La personalidad introvertida e inestable se ha identificado como un factor de riesgo para desarrollar ansiedad social, así como el bajo autoconcepto y la autoestima reducida (Inglés et al., 2001; Garaigordobil, Cruz y Pérez, 2003). La adolescencia es una etapa crítica, ya que es el período donde la ansiedad social se presenta con mayor frecuencia y tiene un impacto más significativo.

El tratamiento de elección para el TAS es la terapia cognitivo-conductual (TCC), especialmente las técnicas de exposición en vivo combinadas con la reestructuración cognitiva. Estas intervenciones permiten eliminar las expectativas negativas y los pensamientos catastróficos en torno a la interacción social (Caballo et al., 2002; Salaberría y Echeburúa, 2003).

Otra intervención relevante es la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que se centra en aceptar las experiencias psicológicas que no se pueden cambiar y construir un nuevo repertorio de comportamientos más flexibles (Hayes, 2014). Ambas terapias buscan ayudar a los pacientes a exponerse gradualmente a situaciones temidas y modificar las creencias que disparan la ansiedad.

El tratamiento en grupo suele ser muy efectivo, ya que ofrece un entorno seguro para practicar habilidades sociales y desafiar los miedos asociados con el juicio social. La exposición progresiva a situaciones sociales, junto con la modificación de creencias erróneas, permite a los pacientes desarrollar tolerancia a las sensaciones displacenteras y cambiar su relación con el miedo al rechazo.

La ansiedad social es un trastorno altamente prevalente que puede afectar profundamente la vida diaria de quienes la padecen. Aunque los síntomas varían entre lo fisiológico, lo cognitivo y lo conductual, el miedo al juicio de los demás es el eje central del problema. Factores como la personalidad introvertida, la baja autoestima y el entorno familiar pueden influir en su aparición, siendo la adolescencia una etapa especialmente vulnerable.

La ansiedad social puede ser una barrera difícil de superar, afectando múltiples aspectos de la vida diaria, desde el rendimiento académico hasta las relaciones personales. Sin embargo, es importante recordar que no estás solo en esta lucha, y que existen tratamientos eficaces que han ayudado a muchas personas a recuperar su bienestar y confianza social. Tanto la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) ofrecen herramientas prácticas para enfrentar los miedos, cambiar las creencias limitantes y, sobre todo, aprender a convivir con la incomodidad sin que ésta controle nuestras acciones.

El tratamiento más efectivo incluye la exposición a las situaciones temidas, combinada con la reestructuración de las creencias irracionales.

El camino hacia superar la ansiedad social no es fácil, pero con el apoyo adecuado y un enfoque gradual, es posible reconstruir una relación más sana con uno mismo y con los demás. A medida que enfrentas situaciones temidas de manera progresiva, irás ganando confianza, descubriendo que tus temores no definen tu capacidad para conectar con los demás.

Ten en cuenta que cada pequeño paso hacia adelante es una pequeña victoria, y con el tiempo, podrás disfrutar de interacciones sociales con menos miedo y más libertad. No dudes en leer nuestra guía completa para superar la ansiedad social: estrategias y consejos prácticos y resolver así tus dudas.

Referencias

  • Barnes-Holmes, Y., Barnes-Holmes, D., McHugh, L. y Hayes, S.C. (2004). Relational frame theory: some implications for understanding and treating human psychopathology. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 4, 355-375.

  • Caballo, V. E., Andrés, V. y Bas, F. (2002). Fobia social. En V. Caballo (dir.), Manual para el tratamiento cognitivo conductual de los trastornos psicológicos (pp. 25-87). Madrid: Siglo XXI.

  • Caballo, V. E., Salazar, I. C., García-López, L. J., Irurtia, M. J. y Arias, B. (2014). Trastorno de ansiedad social (fobia social): características clínicas y diagnósticas. En V. E. Caballo, I. C.

  • García-Pérez L, Valdivia-Salas S. (2028) Intervención en el Trastorno de Ansiedad Social a través de la Terapia de Aceptación y Compromiso: Una Revisión Sistemática1. Behavioral Psychology / Psicología Conductual, Vol. 26, Nº 2, pp. 379-392. Universidad de Zaragoza (España).

  • Gómez-Ortiz, O., Casas, C., & Ortega-Ruiz, R. (2016). Ansiedad social en la adolescencia: factores psicoevolutivos y de contexto familiar. Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 24, 29-49.

  • Hayes, S., Strosahl, K. y Wilson, K. (2014). Terapia de aceptación y compromiso. Proceso y práctica del cambio consciente (mindfulness). Bilbao: Desclée de Brouwer.

  • Salaberría Irizar& Echeburúa Odriozola (1998) Fobia Social. En: Vallejo Pareja,M . (1998) Manual de Terapia de la Conducta (Vol.1). Madrid: Dykinson.

  • Salazar y J. A. Carrobles (dirs.), Manual de psicopatología y trastornos psicológicos (2ªed.) (pp. 183-217). Madrid: Pirámide.

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