Artículos 12 agosto 2024

Agresividad en niños de 6 a 12 años: ¿cómo afrontarlo?

Rakel Villanueva Psicólogo, Psicólogo infantil
Rakel Villanueva
Psicólogo, Psicólogo infantil

Actualmente estamos observando un aumento de comportamientos agresivos en niños de entre 6 y 12 años. El modelo de sociedad en la que vivimos puede explicar, en parte, estos comportamientos. Formamos parte de una sociedad competitiva, en la que damos más importancia a conseguir los objetivos que a la manera de hacerlo. Una sociedad permisiva en la que educamos a los niños en sus derechos pero no tanto en sus obligaciones. Una sociedad en la que las familias se enfrentan a la crianza sin el apoyo suficiente, con padres estresados y cansados a quienes les cuesta hacerse cargo de sus propios problemas y las emociones que estos generan como para hacerlo eficazmente de las de sus hijos.

El cambio en los modelos familiares y las pautas de crianza dificulta el desarrollo de las personas y favorece la aparición de problemas y trastornos del comportamiento.

Los comportamientos agresivos en los niños son la expresión de dificultades del sistema familiar y social en conjunto.

La agresividad en niños

Cuando hablamos de agresividad en niños hacemos referencia a comportamientos inadecuados que expresan malestar emocional y una conducta inapropiada, comportamientos que no se reducen a un insulto o empujón a un compañero o familiar.

La base del comportamiento agresivo está en la regulación y gestión emocional. Cuando se da una mala regulación emocional aparecen alteraciones que pueden ser transitorias (ansiedad, excesos comportamentales) o crónicas (procesos psicopatológicos). La dificultad para manejar las emociones es la clave, si no sabemos lo que sentimos ni sabemos ponerle nombre no podremos encontrar formas eficaces para expresar aquello que sentimos sin caer en comportamientos inadecuados. Ser capaces de identificar las emociones también nos ayudará a entender a los otros, comprender lo que sienten, ponernos en su lugar para ser compasivos y desarrollar empatía, esto nos ayudará a regular nuestro comportamiento.

Los niños que tienen un problema de agresividad presentan las siguientes características:

  • Se frustran fácilmente.
  • Se muestran irritables e impulsivos.
  • Tienen enfados fuertes.
  • Agreden físicamente a otros niños o adultos.
  • Tienen comportamientos perturbadores.
  • Presentan problemas para actuar de forma adecuada en distintas situaciones sociales.
  • No aceptan la autoridad de los padres y otros adultos.
  • Niegan la responsabilidad de su conducta y culpan a los otros.

Causas frecuentes

Las causas que explican que se desarrollen problemas de agresividad en los niños son variadas. Puede tratarse de un trastorno del aprendizaje, conductual o emocional, puede estar relacionado con una situación familiar concreta o con haber vivido situaciones de abuso o agresión. Las más frecuentes son las siguientes:

  • Trastornos del aprendizaje: dislexia, disgrafía, discalculia.
  • Trastornos del desarrollo: TDAH.
  • Trastornos de conducta.
  • Trauma emocional: violencia o abuso sexual.
  • Dificultades familiares: peleas, divorcios…
  • Exposición a contenido audiovisual violento.

Sin embargo, no debemos olvidar que en la base de todo esto se encuentran la siguientes dificultades como causa del comportamiento agresivo:

  • La falta de tolerancia a la frustración y la irritabilidad que esto genera. Niños con escasa capacidad de espera, acostumbrados a la satisfacción inmediata.
  • La deficiencia afectiva. Ausencia de figuras parentales sólidas y estables que les permitan regular sus emociones e identificarlas en el otro para poder entenderlo.
  • Permisividad. Padres asustados y frágiles que son incapaces de incluir una normativa que organice límites con los que el niño pueda sentirse protegido y seguro.
  • Consumo excesivo como criterio de vida. Permanente reclamo de objetos materiales, costumbres y estilos de vida. Padres con una abnegada entrega a los hijos, volcados en cubrir sus necesidades sin atender a sus obligaciones.
  • Funciones parentales difusas. No hay claridad en el reparto de roles familiares, los padres quieren ser amigos de sus hijos colocándose en un lugar que no les corresponde, renunciando a su función tan necesaria para que crezcan seguros.
  • Niños muy inseguros. Violencia como mecanismo primario de autodefensa porque se sienten amenazados. Necesitan contención y consecuencias para crecer seguros.
niños preocupado pelo rubio camisa patinete Los niños que no procesan las emociones de una forma adecuada y que no evalúan correctamente la realidad recurren a la agresividad como forma de expresión ante las dificultades.

Recomendaciones para ayudar a los niños a que no sean agresivos

Entre las recomendaciones más eficaces para resolver la agresividad en los niños diferenciaremos, por un lado, las que van dirigidas a los niños y, por otro, las que van dirigidas a los padres.

Los aspectos a trabajar con los niños son los siguientes:

  • Enseñarles a identificar y comprender sus propias emociones. Guiarles hacia formas más adecuadas de mostrar el enfado, la ira o la desilusión.
  • Dotarles de recursos y habilidades para responder a los enfados o ataques. Tienen que aprender a sustituir los golpes o gritos por una expresión verbal adecuada, así como a saber alejarse de la situación o persona que genera el conflicto.
  • Enseñarles a ser empáticos y asertivos.
  • Ayudarles a tolerar la frustración.
  • Hacerles responsables de sus propios actos y que aprendan a reparar el daño causado.

Las pautas a seguir por los padres son:

  • Restaurar la jerarquía familiar. Establecer unos roles familiares claros y adecuados (no somos amigos).
  • Poner normas y límites claros, responder a cada episodio con firmeza y constancia informando de las consecuencias. Esto ayudará a que el niño se sienta seguro y protegido, facilitará que sepa reconocer un patrón y anticipar las consecuencias, lo que fomentará que aprenda a regular su comportamiento.
  • Evitar la permisividad y el consumo excesivo.
  • Educar a los niños en derechos pero también en obligaciones.
  • Criar a los hijos desde el afecto.

Los niños que no procesan las emociones de una forma adecuada y que no evalúan correctamente la realidad recurren a la agresividad como forma de expresión ante las dificultades. Cuando los padres son empáticos y establecen vínculos adecuados, los niños pueden manejar adecuadamente sus emociones y mostrar empatía, estableciendo relaciones de respeto hacia el otro. Sin embargo, cuando el desarrollo no se da en un contexto relacional seguro, el niño no aprende a manejar las emociones propias ni ajenas, dándose situaciones en las que la violencia pueda instaurarse fácilmente.

Para evitar la agresividad en los niños es importante que conozcan y pongan nombre a lo que sienten, que aprendan a hablar de ello y conozcan formas de expresión funcional, que crezcan con unos límites y valores claros que les ayuden a manejarse en la vida de manera eficaz. De lo contrario, la poca expresividad emocional, el desconocimiento de lo que les ocurre y la falta de normas y obligaciones les llevará a una situación de ansiedad, frustración y descontrol, donde la impulsividad se convierta en una alternativa de expresión que, junto a la dificultad para comprender al otro, pueda llevarles a expresiones violentas.

Trabajar habilidades parentales y estilos de apego seguro en los padres fomentará que sean capaces de percibir, interpretar y responder adecuadamente a las demandas del niño (ni por exceso ni por defecto), desde una relación cálida y de afecto en la que se gestionen las emociones y emitiendo respuestas coherentes que eduquen y den seguridad al niño. Todo esto facilitará que la agresividad se sustituya por formas adecuadas de resolución de conflictos. Puedes pedir cita con un psicólogo para que pueda ayudarte en lo que necesites.

La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.

El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.


www.doctoralia.es © 2023 - Encuentra tu especialista y pide cita

Nuestra web utiliza cookies.
Sigue navegando si estás de acuerdo con nuestra política de cookies.