La agorafobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por el miedo o la ansiedad intensa de estar en lugares o situaciones de los cuales escapar podría ser difícil o embarazoso, o en los que no se puede obtener ayuda en caso de un ataque de pánico³.
Según el Manual DSM, alrededor del 2% de las mujeres y el 1% de los hombres presentan agorafobia durante algún período de 12 meses. En un estudio realizado en seis países europeos, incluida España, se encontró una prevalencia anual de agorafobia del 0,4%. La pandemia de coronavirus ha aumentado los casos de personas que sufren agorafobia debido al miedo al contagio y la distancia social.
La agorafobia se refiere a un tipo de fobia clasificada dentro de los trastornos de ansiedad. Esta se caracteriza por una gran angustia y miedo ante espacios abiertos o lugares públicos, así como situaciones en las que escapar puede resultar difícil o embarazoso, o en las que no puede disponerse de ayuda, así que no deberá confundirse con miedo a las personas; es el lugar, el espacio y la situación en sí mismos lo que genera en la persona ansiedad debido a los grandes ataques de pánico que esto le genera.
Asimismo, las personas con agorafobia presentan un miedo intenso a perder el control al enfrentarse a las situaciones que le llegan a causar ataques de pánico, estos pueden comenzar gradualmente y continuar a lo largo del trastorno, es por esto que la agorafobia resulta tan incapacitante, pues la persona deja de realizar sus actividades o evita exponerse a las situaciones que sabe le generarán pánico.
Los síntomas típicos de la agorafobia incluyen:
Generalmente la agorafobia surge de las crisis de angustia o ataques de pánico, es decir, que la agorafobia no causa los ataques de pánico, sino que los ataques de pánico o crisis de angustia se asocia a lugares o situaciones llegando a desarrollar dicho trastorno. Estos ataques o crisis implican una regresión a etapas anteriores de la existencia y vienen ante presiones sociales, es decir, que la persona se siente obligada a tomar decisiones importantes con respecto a algún momento de la vida adulta principalmente.
El fracaso ante esta toma de decisiones lleva a la persona a regresar a temores o estados mentales anteriores, en los que se reactivan situaciones traumáticas de la niñez, experimentadas como peligros reales. Se pueden observar tendencias masoquistas y un severo superyó.
Los factores de riesgo de la agorafobia incluyen:
La agorafobia es un trastorno de ansiedad que puede ser difícil de prevenir. Sin embargo, hay algunas medidas que puedes tomar para reducir el riesgo de desarrollar agorafobia. Estos incluyen:
La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad que implica tener miedo y evitar lugares o situaciones que podrían provocar pánico y sensación de estar atrapado, indefenso o avergonzado,
Los síntomas de la agorafobia pueden comenzar gradualmente y continuar a lo largo del trastorno. Esto puede hacer que la agorafobia sea muy incapacitante, ya que las personas pueden dejar de realizar actividades o evitar situaciones que les generen pánico.
La agorafobia puede afectar significativamente la calidad de vida de una persona y limitar su capacidad para participar en actividades cotidianas, por ello un tratamiento adecuado puede ayudarte a tener una vida más plena, así como disfrutar más de la vida, no siendo cautivo de su sintomatología que es muy invalidante así como evitar la cronificación del trastorno.
El tratamiento de la agorafobia puede incluir psicoterapia combinada con psicofármacos. Si quieres saber más la agorafobia puedes consultar nuestra guía: “Encerrados en la libertad: entendiendo y superando la agorafobia”.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.