Trabajar y dedicarte a tu carrera profesional son sin duda cosas positivas. Y quizás habrá momentos en que tendrás que esforzarte poniendo algo más de horas, como algo puntual (y no cabe decir que lo justo es que te lo compensen con dinero o tiempo).
Ahora bien, si estás dedicando mucho tiempo y esfuerzo a tu trabajo, en detrimento de tu salud y de otras áreas de tu vida, esto ya no tiene nada de bueno y seguramente haya llegado el momento de plantearte qué hacer con tu vida laboral.
Las personas adictas al trabajo o trabajólicas (como se les suele llamar por influencia del término inglés “workaholic”) no disfrutan del trabajo. Se trata de una verdadera adicción, y como las otras formas de adicción, es una manera de llenar un cierto vacío interior.
La gente que siente pasión por su oficio y que le pone mucha energía no es trabajólica, sino que siente felicidad de poder estar creando, organizando, produciendo… es un flujo de acción que le sale de dentro con entusiasmo. En cambio, un trabajólico no es feliz: vive con una compulsividad constante a trabajar en exceso, algo que no está manejando desde la plenitud de su ser.
Si estás continuamente cancelando tus planes sociales uno tras otro y dejando de lado tus hobbies por el trabajo, esto podría bien indicar que estás adicto al trabajo. Igual que otras formas de adicción, ser un trabajólico puede tener consecuencias muy serias en tu salud, nada que ver con un alto estrés laboral o una situación de burnout, sino también un riesgo elevado de padecer depresión, ansiedad y síntomas físicos relacionados con el estrés** (como por ej. desórdenes del sueño o de la alimentación).
No es casualidad que la gente desarrolle adicción al trabajo, puesto que en nuestra sociedad se premia en gran manera a los que trabajan duro; se facilita y alienta constantemente. ¿Qué jefe no quisiera tener colaboradores muy implicados, a los que poder valorar y promover muy positivamente?
Además, con la vida superinterconectada de hoy en día, no hace falta hallarse físicamente en la oficina para poder estar dando lo máximo: las ocasiones están servidas a todas horas y en todo lugar (correo electrónico, navegadores, nube, etc.). Por ello, resulta muy difícil desconectar y luchar contra la propia adicción.
A continuación te detallamos 7 pistas para detectar este problema:
¿A menudo te quedas trabajando más horas de las que tenías previsto?
¿A veces te paras a pensar cómo poder sacar horas de tu tiempo libre (noche, fin de semana o incluso vacaciones) para poder dedicarlas al trabajo?
¿Tienes sentimientos de ansiedad, frustración o tristeza, que consigues atenuar con tus tareas laborales?
¿Te estresa la idea de no poder ir a la oficina porque estás enfermo o tienes alguna otra urgencia? ¿O de tener que delegar tareas en alguien?
¿Alguna vez algún amigo o familiar te ha insinuado que trabajas demasiado o que deberías pensar menos en el trabajo?
¿Por más que te guste mucho el deporte o el cine, por más que estés comprometido con tu pareja o amigos, ves que a menudo priorizas tu profesión y la pones por delante de cualquier otro plan?
¿Te sientes cansado y sospechas que pueda deberse a un esfuerzo excesivo, que te está afectando la salud?
Al leer y reflexionar estas preguntas, ¿sientes una fuerte conexión o respondes un “sí” rotundo a 4 de ellas, o más? En caso afirmativo, es bastante probable que la carga de trabajo que ejerzas tenga más que ver con un comportamiento adictivo que con ser un trabajador entregado y responsable.
A nivel mental, cuando las personas adictas se ven impedidas de trabajar, pueden sentir irritabilidad. En cambio, cuando están trabajando, lo hacen sintiendo mucha urgencia y rigidez; están continuamente pensando en nuevas tareas y retos; pueden desplegar mucho perfeccionismo, así como autoexigencia en ellos mismos y en los demás.
Pero lo cierto es que todo ello les suele llevar a sentir tanto burnout, depresión o agotamiento mental, que acaban cayendo en una crisis de insatisfacción laboral profunda (y, claro está, disminuye su tan anhelada productividad).
En los casos más graves, la adicción al trabajo podría incluso estar relacionada con algún trastorno de salud mental, como el trastorno obsesivo-compulsivo, la ansiedad, la distimia o la depresión, por citar los más comunes.
A nivel físico, los trabajólicos suelen ser personas poco dadas a cuidarse y a realizar ejercicio. A veces desarrollan problemas cardiovasculares, de presión arterial, dolores físicos… Además, pueden fácilmente negligir sus citas médicas, lo que agrava el riesgo de enfermedad no diagnosticada.
En cuanto a sus hábitos, suelen comer mal y rápido, recurriendo al tabaco, el azúcar o la cafeína, para poder volver a sus quehaceres cuanto antes y con supuesta energía. En el peor de los casos, se puede probar alguna droga buscando erróneamente un rendimiento mayor.
A nivel social, las personas más allegadas se sienten abandonadas y su relación con la persona adicta se deteriora. La poca disponibilidad, la falta de presencia plena, la disminución de muestras de cariño, la pérdida de sensación de control sobre la vida en común… son algunas de las consecuencias (y a la vez síntomas) de este grave problema que estamos tratando.
Algunos estudios incluso demuestran que en los hijos de las personas adictas al trabajo suele haber mayor incidencia de baja autoestima, conflicto emocional o dolencia física de algún tipo.
Las personas adictas en general pueden tener dificultad para reconocer su problema. Una vez toman conciencia de éste (quizás con la inestimable ayuda de sus seres queridos) pasan a la acción y ponen en práctica medidas para frenar su conducta.
Sin embargo, la solución más eficaz es aquella que trabaja en el origen emocional de la adicción: el posible vacío interior que el afectado siente dentro de sí mismo y que necesita llenar inconscientemente.
Por ello, para poder erradicar esta dolencia de una vez para siempre, evitando futuras recaídas (o incluso la posible sustitución de una adicción por otra), la mejor opción es recurrir a un psicólogo para realizar la terapia apropiada. Ya sea presencial u online, grupal o individual… la clave será trabajar la autoestima, la seguridad en sí mismo, el sentimiento de propia valía, el vínculo con sus padres, etc. por mencionar algunos temas clave en la solución eficaz de la adicción al trabajo. Puedes resolver todas las dudas que tengas a través de nuestra guía sobre: El complejo mundo de las adicciones: un análisis en profundidad.
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