El acné vulgar es un trastorno cutáneo común de la unidad pilosebácea con una alta prevalencia en la población general. Aunque el acné facial ha sido ampliamente estudiado, el acné en el tronco ha sido menos investigado y tiene unas características y tratamientos que pueden ser diferentes del acné facial.
Se estima que la prevalencia del acné vulgar en la población es del 9,38%, y se calcula que entre el 20% y el 95% de las personas sufren de acné en algún momento de sus vidas. Se ha observado que alrededor del 48-52% de los pacientes con acné facial también tienen acné en el tronco. Los estudios han demostrado que hay una ligera predominancia masculina en el acné del tronco (54% sobre 43% femenino) siendo la espalda la región más afectada.
El acné del tronco puede presentarse en diversas formas, desde comedones no inflamatorios hasta pápulas, pústulas y nódulos inflamatorios. La localización más frecuente del acné del tronco es la parte superior de la espalda, seguida del pecho y la parte baja de la espalda. El acné conglobata y el acné fulminante son formas graves de acné que afectan el tronco y pueden dejar cicatrices hipertróficas. Además, estas zonas tienen un alto riesgo de desarrollar cicatrices anormales como queloides o cicatrices atróficas, por lo que su tratamiento y prevención es importante.
Es importante diferenciar el acné del tronco de otras erupciones cutáneas, como la foliculitis, la foliculitis por Pityrosporum, y las erupciones acneiformes inducidas por medicamentos. Las erupciones acneiformes inducidas por medicamentos pueden presentarse de manera similar al acné del tronco, pero requieren una historia detallada de la ingesta de medicamentos para un diagnóstico preciso.
Aunque se cree que el acné facial y el truncal comparten una patogénesis común, existen algunas diferencias. Mientras que la hiperseborrea se considera un factor desencadenante importante en el acné facial, estudios recientes sugieren que puede no ser el principal desencadenante en el acné truncal. Además, la pérdida de diversidad de los tipos de C. acnés parece estar asociada con la severidad del acné en la espalda, lo que activa la inmunidad innata y desencadena la inflamación.
El acné del tronco puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar psicosocial de los pacientes. Los estudios han demostrado que el acné del tronco puede afectar negativamente la autoestima, la imagen corporal y la participación en actividades sociales y deportivas.
El tratamiento del acné truncal puede implicar una combinación de opciones tópicas, sistémicas y procedimentales. Entre los tratamientos tópicos más comunes se incluyen:
Para casos más graves o resistentes, pueden ser necesarios tratamientos sistémicos, como:
Además de los tratamientos médicos, existen varios procedimientos dermatológicos que pueden ayudar a mejorar la apariencia del acné truncal y sus cicatrices, como:
En resumen, el acné del tronco es una condición común que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. El diagnóstico y manejo adecuados del acné del tronco requieren una comprensión completa de sus características clínicas, fisiopatología y opciones de tratamiento.
Los enfoques integrales que aborden tanto los aspectos médicos como los psicosociales del acné del tronco son esenciales para lograr resultados óptimos para los pacientes. Por último recuerda que para acabar con el acné con el acné de la espalda se requiere de un abordaje multifactorial con un dermatólogo y un poco de paciencia, pues los tratamientos suelen ser prolongados pero satisfactorios. Si quieres conocer más sobre el acné puedes consultar nuestra guía: Desenmascarando el acné: una guía completa para entender y tratar tu piel.
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