Tengo un niño de 6 años y estamos teniendo muchos problemas con él debido a que cuando pierde a un

Es completamente normal que se enfade, tiene que aprender a manejar la frustración. Os recomiendo que no le dejéis ganar siempre y así pueda aprender a manejar esta emoción que le va a acompañar toda a vida. Si dudáis como enseñarle a manejarla, consultad con algún@ compañer@ psicolog@.

Por lo que comentas tu hijo está pasando por un momento de baja tolerancia a la frustración. El hecho de dejarle ganar siempre es algo que os evita el conflicto pero no os ayuda a resolver el problema. Sería importante hablar con el sobre la importancia de disfrutar en el proceso y no sólo en los finales. Y sobre todo conseguir que todos y cada uno de vosotros lo experimentéis. Por otra parte, creo que sería importante contar con la ayuda de un profesional ya que os ayudará a analizar por qué tenéis vosotros tanta baja tolerancia al enfado de vuestro hijo. Ánimo para tomar la decisión que os haga sentir mejor. Un saludo

Cuando quieras que una conducta no se repita . Lo más eficaz es retirarle la atención. Hasta que se calme. Luego le explicamos que esa conducta tiene una consecuencia. La consecuencia debe ser proporcional al comportamiento. Dale la oportunidad de reconducir su error.

Es importante que le refuerces la conducta positiva cuando la tenga.

En cualquier caso es importante asistir a unas sesiones con una Psicóloga o psicólogo
Luisa pastor marin.

Buenas tardes, parece que su hijo tiene baja tolerancia a la frustración. Para poder trabajar ese aspecto, es necesario que se frustre y que vayan moldeando conductas cada vez más adecuadas (es decir, que vayan reforzando los pequeños avances que vaya teniendo en este aspecto, por tanto es un error dejarle ganar o no jugar a esos juegos competitivos). Sería aconsejable que trabajase con él un psicólogo con experiencia en poblacion infantil, ya que la baja tolerancia a la frustración puede afectarle en diferentes contextos y generarle múltiples problemas. El psicólogo les ayudaría a manejar el comportamiento de su hijo en casa y reforzar el buen comportamiento en otros contextos.. Espero haberle sido de ayuda. Un saludo.

Lo que le ocurre a tu hijo es que tiene dificultades para tolerar la frustración cuando algo no sale como el quiere o espera. Supongo que esta conducta de "rabieta" se da en el juego y se traslada también a otras situaciones por ejemplo en la que tiene que aceptar el no y los límites. Es muy frecuente a estas edades. Dejarle ganar o evitar estas situaciones solo refuerza y mantiene esta conducta. Deberíais permitirle que se enfade y que poco a poco aprenda a tolerar la frustración ya que es algo que le va ayudar en un futuro a enfrentarse a situaciones difíciles que la vida le va a poner y con ello a gestionar mejor sus emociones.

Me genera una gran ternura lo que los padres somos capaces de hacer para que no sufran nuestros hijos y es que aunque sea a través de la pataleta la angustia nos invade también a nosotros...tiene sentido que intentéis complacerle para que se sienta bien, desde luego.
No obstante, qué importante es entender las dinámicas familiares, los roles que cumple cada uno de los miembros del sistema, las posiciones emocionales que cada cual vivencia y los hitos del desarrollo que cada niño necesita elaborar en cada momento de su vida.
Si, claro que no tolera la frustración, el tema es por qué, si existen hermanos, mayores o pequeños, si hay angustia por la competencia sobre el reconocimiento de los papás acerca de sus éxitos, si existe un exceso de necesidad de dominar o destacar. Dejarle ganar o no es casi una pura anécdota, me llega la preocupación que tenéis y las ganas de ayudarle y, aunque no se trate de recetas en ningún caso, eso solo consigue aparcar por un tiempo el síntoma. Saludos

Como an dicho mis colegas, es una conducta normal a esa edad, sería importante no dejar de jugar, y en el juego ir dosificando las frustraciones, como por ejemplo que el niño pueda ganar una o dos veces y una perder, siempre que el porcentaje de victoria sea un poco mayor al de derrotas e inculcar esta idea de ganar y perder, que con el tiempo se instale dentro de las posibilidades del juego. Buena suerte.

Las rabietas ante perder a un juego, son normales, ellos quieren ser los mejores en todo, ha de aprender a controlar sus emociones, le podéis explicar que unas veces se gana y otras se pierde. Jugad entre los papás y una vez gana mamá y otra papá sin mostrar enfadado. No es nada recomendable que siempre le dejéis ganar, y que ante sus rabietas cedais a su disposición, ante una rabieta no se debe reaccionar, dejad que se le pase diciéndole que cuando se calme hablaréis, y después de la rabieta hablad sobre los sentimientos y
razonar con él.

El niño aun no controla las emociones, de ahi su ira y su frustraccion. Pero no hay que dejarle ganar, asi se le refuerza una conducta que aun no ha aprendido.

Los niños nos ponen a prueba constantemente y los adultos solemos desesperarnos, pero hay que tener en cuenta que no lo hacen con intención de fastidiarnos, simplemente todavía no saben expresarlo de otra manera. A esa edad aun no controlan la frustración y les resulta complicado comprender que no pueden tener siempre lo que quieren. Para que las rabietas desaparezcan hay que realizar cambios tanto en la reacción de los padres ante dichas rabietas como en la capacidad de expresión emocional del niño.

Lo de dejarle ganar no es muy aconsejable, ya que si lo hacemos no le dejamos enfentarse a la frustracion y no podra aprender a desenvolverse con ella.. Los niños pasan por ese tipo de etapas y es algo normal..

Las rabietas son su forma de expresar su malestar. Aunque los padres tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de responder ya que sino el niño aprendera que ese es el medio adecuado para conseguir sus propositos.

Os recomendaria acudir a alguna escuela de padres o algun psicoterapeuta para que os de las indicaciones que necesiteis para pasar esta etapa de forma exitosa..

Como cualquier niño su hijo necesita límites coherentes. Las reglas de un buen juego de mesa adaptadas a su edad es una buena manera de aprender dónde empieza y acaba él, dónde empiezan y acaban los otros.
El ritmo de las rutinas diarias es otra manera de poner límites. A los padres que vienen a mi consulta siempre les animo a empoderarse en su labor de ser padres y los límites coherentes les ayudan. De otra manera, sin límites sanos y amorosos, criamos a pequeños grandes déspotas.

No lo dejes ganar siempre...tiene que perder, frustrarse. Es importante que esto ocurra, por mas pataletas que haga. Debe aprneder que somos seres limitados, y que no siempre vamos a lograr todo lo que querramos en la vida, y que para conseguir cosas es necesario esforzarse mucho, sacrificarse. Por eso es importante que aprenda a tolerar la frustración.

La vida le va a dar un NO montones de veces: hasta simplemente cuando vamos a cruzar y el semáforo cambia a rojo, es un no.
Si ha y habrá de convivir con el lo mejor será que lo conozca y cree una relación con el. Así es que de entrada hay que presentárselo, dejando que suceda cuando toque.
Habrá que hablar con y tratar de averiguar que le sucede en concreto a él con el no ( recurrid a un psicólogo especializado en infancia ) y que pueda hacer algo con lo que siente.
Y lo que es más interesante: Se debería hacer un rastreo y anamnesis para ver de dónde viene esto, cuando empezó sin daros cuenta quizá... A buen seguro sois parte de lo que sucede y la buena noticia con ello es que sois parte de la solución.

Consultad con una psicóloga o psicólogo para que os dé pautas de cómo actuar en situaciones en las que vuestro hijo se frustre, que poco a poco aprenda a gestionar esa frustración y enfado, y vosotros a manejar su descontrol y desborde, no solamente con lo que le pasa a él, sino a lo que os pasa a vosotros con cómo se reacciona él. Saludos.

El juego es un recurso muy valioso para que los niños aprendan actitudes y valores. Una de las cosas que pueden aprender es que unas veces se gana y otras se pierde y, esto que parece tan simple, es una forma de prepararse para la vida. El niño tiene que saber y aceptar que las cosas no son siempre como a uno le gustaría y que por hacer una pataleta no va a conseguir cambiar nada. Por ello, no conviene que evitéis este tipo de situaciones, y mucho menos que le dejéis ganar. El mensaje que hay que darle es que lo importante es que todos disfrutamos con el juego, da igual quién gane. Al mismo tiempo, hay que reconocerle su derecho a sentirse frustrado y enfadado, pero poniéndole límites a la expresión de su rabia. Probablemente esto que le pasa a tu hijo tenga que ver con su incipiente autoestima. Necesita sentirse importante y valioso, por eso, convendría que le reconozcáis sus progresos en cualquier ámbito . Poco a poco, a medida que madure las cosas irán mejorando.

Es normal que el niño cuando pierde el juego muestre una rabieta , pero no es bueno que siempre le dejéis ganar o evitéis jugar a estos juegos , de esta manera evitáis el problema pero no lo solucionais. Ante las rabietas hay que quitarle atención al niño y cuando se calme hablar de lo que ha pasado ,por lo que tendréis que explicarle que unas veces se pierde y otras se gana y que no pasa nada , que nos pasa a todos . Si no sabéis que pautas seguir ante la situación es bueno que acudais a un psicólogo infantil que os pueda asesorar para que trabajéis con el niño.

Buenas.

El problema que presenta su hijo es más común de lo que puede parecer, sobretodo cuando son pequeños y están aprendiendo a jugar y competir. Los niños han de aprender a tolerar y enfrentarse a la frustración. Para ello existen varias terapias que con seguridad, psicólogos profesionales de su localidad podrían aconsejarles al respecto.

Les animo a que no desesperen, busquen ayuda profesional si no ven mejoría en un plazo de tiempo que ustedes mismos se marquen, y no le dejen ganar a los juegos, con el tiempo aprenderá que de nada sirven esas rabietas, ya que de lo contrario estarían reforzando esas reacciones negativas.

Un saludo!

Comprensión y mucha escucha, observad qué explica, qué frases dice sobre sí mismo y el entorno. A nadie nos gusta perder, aunque sepamos que es un juego; la clave está en identificar qué pensamientos se activan en su cerebro en ese momento que expresan un alto grado de frustración.