Mis hijas son mujeres y me tratan muy mal y yo las agredo verbalmente porque soy muy impulsiva, que puedo hacer?

Hola. Ante todo debemos estudiar con detalle el modo de actuar tanto de sus hijas como de usted, y cómo se producen las interacciones (o sea, la relación) entre ustedes antes, durante y después. La impulsividad, como la agresividad, se puede tratar, pero tenemos que ver qué está rodeando a esta impulsividad.

Si le parece puede reservar una visita conmigo y lo hablamos para poder ayudarlas como se merecen. Gracias.

Hola, para poder responder a tu pregunta es importante conocer más la situación familiar, en cómo es la dinámica familiar, qué está sucediendo etc. La terapia psicológica podría ser útil para que puedas adquirir herramientas y mejorar tu situación actual. Un saludo

Hola! gracias por tu sinceridad y darte cuenta que es una situación que no os favorece a ninguna.
Deberemos explorar bien el contexto y trabajar aquello que está debajo de tu impulsividad, focos de ira, formas de canalizarla, fuentes de estrés, etc. Trabajar la expresión de tus emociones es una de las primeras claves, ya sea a través del diálogo o de formas creativas que puedan hacer consciente lo que sientes y darle forma externa.
Te propongo iniciar un proceso psicológico para tratar este tema cariñosamente y aprender nuevas formas de comunicarte e interactuar con ellas.
saludos

Hola!!! Te en cuenta que la impulsividad que sientes puede ser debida a varios factores, aunque casi siempre es una muestra de ansiedad. Trabajar esta ansiedad te va a permitir mejorar la relación con tus hijas y así no llegar a la agresión.

Buenas tardes!! Tal y como comentan mis compañeros, hay muchos factores de los que depende lo que te está pasando... Si siempre ha sido así, el tipo de relación, en qué contexto ocurre, el antes, durante y después, etc. La impulsividad, la agresividad y la ansiedad, si esta fuese el motivo, son tratables, por lo que te recomiendo hablar con un profesional y poder hacer una terapia para que tengas unas herramientas y poder gestionarlo mejor. Cualquier cosa que necesites, aquí estamos ;)

Hola,

Comparto las cinco respuestas de mis compañeras/os.

Por nuestra parte, añadiremos un nuevo dato que podría dar alivio a su situación y mejorar su impulsividad. Hablaremos de los valores de actitud.

Su pregunta:

¿Qué puedo hacer si mis hijas me tratan mal y yo les agredo verbalmente porque soy muy impulsiva?

Respuesta:

Si la situación con sus hijas es irremediable, porque no puede razonar adecuadamente con ellas, le recomendamos que desarrolle valores de actitud que le ayuden a controlar las conductas impulsivas.

Argumentación

De la lectura de su relato, entendemos que no es sencillo mediar con sus hijas para encontrar una solución a su problema.

Existe una forma positiva de enfrentarse a la situación que consiste en la actitud que adopte ante la mala comunicación que se está dando en su atmósfera familiar.

Este modo de enfrentarse con la limitación de sus posibilidades para entenderse con sus hijas abre ante usted un reino nuevo y propio de valores, que deben contase entre los más altos.

Su calidad de vida y la de sus hijas, se ha empobrecido drásticamente por la incomunicación y la impulsividad –esto es un hecho, de aquí su consulta-. Sentimos que haya tenido que ser así considerando lo difícil que es educar para una madre.

Lo que importa es la actitud que adopte ante una situación que, de momento, parece irremisible. La posibilidad de llegar a realizar esta clase de valores se da, por tanto, siempre que una persona se enfrenta con un destino que no le deja otra opción que la de afrontarlo.

Lo que importa es, a nuestro modo de ver, “cómo lo soporta, cómo carga con él como con una cruz”. Se trata de actitudes humanas como el valor ante el sufrimiento –en este caso, que una madre vea a diario cómo sus hijas la tratan mal y no haya una tercera persona para mediar entre la madre y las hijas-.

Tan pronto como estos “valores de actitud” los incorpore al campo de las posibles categorías de valores, se ve que, en rigor, la existencia humana no puede, en realidad, carecer nunca de sentido: “la vida de la persona conserva su sentido hasta el aliento final”, hasta que exhala el último suspiro.

Mientras la persona conserva la conciencia, sigue siendo responsable frente a los valores de la vida, aunque éstos sean solamente los que llamamos de actitud –como es la situación en la que usted se encuentra-.

Mientras la persona es un ser-consciente, es también un ser-responsable.

Su deber de realizar valores no le deja en paz hasta el final instante de su existencia. Por muy limitadas que las posibilidades de realización de valores sean, siempre le será posible, aun reducido a la mayor de las inopias –como usted describe-, lograr esta clase de valores a que aquí nos referimos.

Conclusión

A veces, es necesario, en efecto, que la persona no se aferre, por así decirlo, a un grupo de valores –aquellos que la sociedad nos ofrece, sean estos valores de creación o vivenciales-, sin ver más allá de él, sino que sea lo suficientemente ágil para pasar a otros grupos, caso de que sea en ellos, y solamente en ellos, donde se dé la posibilidad de realización –en su caso, de actitud que adopte ante sus hijas-. La vida le impone, en este sentido, una cierta elasticidad, una adaptación elástica a las posibilidades que se le ofrecen.

Por ultimo, volvemos a insistir, usted como persona es consciente de la importancia que tiene sus hijas en su vida, si éstas no modifican su conducta voluntariamente, le corresponde como madre ser-consciente y ser-responsable de la tarea que debe mantener frente a ellas.

Espero y deseo haber sido de ayuda.

Reciba un cordial saludo,

Juan José Regadera, Murcia.

Gracias por compartir tu malestar y gracias a mis compañer@s por sus aportaciones.

Para no repetir lo ya comentado, sería interesante saber la evolución de ese tipo de agresiones verbales que comentas y desde cuando se vienen produciendo.

Para evitar hablar en términos abstractos y poder centrarnos en el malestar que estás manifestando es importante definir qué quiere decir para ti "me tratan muy mal" mediante ejemplos concretos y que tipo de agresiones verbales desencadenan en ti, si esto es una conducta aislada con ellas o te sucede cuando sientes que te tratan sin respeto en otras ocasiones.

También es interesante observar cómo te refieres a la situación y a ti misma. Diciendo "soy muy impulsiva" te identificas con la impulsividad como si fuera una parte de ti, como si fuera tu color de pelo. En cambio, la impulsividad suele aparecer ante una necesidad de protección o defensa que se puede estar dando o bien por un ataque o bien porque estás interpretando situaciones como un ataque debido a una falta de aceptación y comunicación entre vosotras.

Por otra parte, te ayudaría identificar las señales dentro de ti que te indican que vas a llegar a ponerte en ese estado y poder responsabilizarte de la parte que te corresponde.

En cuanto a tus hijas, habría que ver cómo están viviendo ellas la situación y si tienen intención de mejorar la relación contigo.

Por otra parte, es importante saber cuantos miembros de la familia vivís en ese ambiente y/o formáis parte de esas dinámicas y qué relaciones tienes tú, aparte de ejercer de madre que te provoquen bienestar y te hagan sentir bien tratada para poder dedicarles más espacio.

¡Un saludo!

Hola! agradecerte tu compartir. Quizás sería bueno darte cuenta de cómo te tratas a ti misma... las herramientas que utilizo en mis sesiones de terapia son desde la amabilidad teniendo en el centro a la persona... porque si tú no te tratas bien a ti misma cómo vas a tratar a tus hijas? piénsalo. Aquí estoy si te puedo acompañar en tus emociones. Un abrazo!

Es comprensible que te sientas preocupada y frustrada por la dinámica actual con tus hijas. En las relaciones familiares cercanas muchas veces se crean dinámicas poco saludables que son difíciles de cambiar, pero que si no se hace nada al respecto acaban siendo muy destructivas.

En el momento en que estás preguntando qué puedes hacer significa que tus hijas son importantes para ti y que estás dispuesta a hacer algo por tu parte para mejorar la relación y este es el primer paso.

Para darte un consejo más personalizado debería entender mejor la dinámica, el entorno, tu historia y la relación que has tenido con tus hijas a lo largo de los años, pero te dejo algunas ideas para que puedas explorar:

- Identificar los elementos que desencadenan las agresiones: ¿Hay algunas situaciones donde te sientas más alterada? ¿Hay algún tema de conversación que desencadene más tensión? ¿Has notado patrones específicos en las situaciones que desencadenan la agresión verbal?
- Buscar formas de canalizar la frustración: a través de la escritura, terapia, actividades
- Autocuidado: asegúrate de que te estás dedicando tiempo para ti, que tus necesidades están cubiertas. Esto es esencial, si uno no está bien consigo mismo hay tensión que impacta a los que nos rodean
- Límites saludables: es probable que haga falta poner límites en vuestra relación para evitar que llegué a niveles de agresión, parece que el maltrato viene de ambas partes así que es importante buscar maneras de protegerte y protegerlas
- Ver a tus hijas como dos personas independientes: te recomiendo que en lugar de agruparlas mentalmente en un mismo elemento "mis hijas", intentes trabajar la relación con cada una de ellas por separado, en entender las necesidades y perspectivas únicas de cada una.

En las sesiones podremos explorar en más detalle la situación y te daré herramientas para que puedas canalizar las emociones de una forma más constructiva y así tener una relación más sana contigo misma y con tus hijas. Aquí estoy para acompañarte en este proceso.

Andrea Arcusa

Es difícil lidiar con la agresión verbal, tanto recibirla como expresarla.
Es positivo que te des cuenta de la dinámica de agresión verbal en tu relación con tus hijas. Reconocer el problema es el primer paso para hacer cambios.
Aprende y practica técnicas de comunicación efectiva. Escuchar activamente y expresar tus emociones de manera asertiva son habilidades cruciales.
Examina tus propias reacciones y trata de entender las razones detrás de tus impulsos verbales. Identificar patrones puede ayudar a trabajar en cambiarlos.
Establece límites claros en la comunicación y asegúrate de respetar el espacio emocional de tus hijas. El respeto mutuo es clave para una relación saludable.
Si has herido a tus hijas con tus palabras, considera disculparte sinceramente. Explica que estás comprometida a cambiar tu comportamiento y trabajar en una relación más saludable.
Desarrolla estrategias para manejar el estrés y la impulsividad. Esto puede incluir técnicas de relajación, meditación o actividades que te ayuden a calmarte.
Intenta ponerte en el lugar de tus hijas para comprender sus perspectivas y sentimientos. La empatía puede fortalecer la conexión familiar.
Destaca y refuerza los aspectos positivos de la relación con tus hijas. El elogio y el reconocimiento pueden fomentar un ambiente más positivo.
Por último te recomiendo que consideres la posibilidad de asistir a sesiones familiares con un profesional. Esto proporciona un entorno estructurado para abordar problemas y trabajar hacia soluciones.

Es crucial abordar esta situación de manera urgente y buscar ayuda profesional para aprender estrategias de manejo de la impulsividad y mejorar la comunicación con tus hijas. Considera la terapia individual y familiar para abordar estos problemas y trabajar en relaciones más saludables.

En primer lugar decirte que es un LOGRO que identifiques una situación que te está generando malestar y que deseas cambiar.

En segundo lugar hay que ver cómo te has relacionado con tus padres en tu infancia, y desde ahí cómo tú lo has hecho con tus hijas. Los hijos aprenden de sus padres de una manera inconsciente, automatizan las formas en cómo se comportan sus padres: cómo les hablan, cómo discuten los padres, cómo son de afectivos entre ellos y sus hijos, cómo expresan sus emociones si lo hacen. Todo esto contribuye al comportamiento de tus hijas contigo.

Habría que trabajar tus heridas de la infancia, y cómo relacionarte con tus hijas, y tus hijas tendrán que trabajar también las suyas para que este patrón de conducta no se repita en un futuro con con sus hijos o parejas.

Cuando nos comportamos así es porque tenemos CARENCIAS AFECTIVAS las cuales hay que suplirlas. Un abrazo, Almudena

Es comprensible que te sientas preocupada por la dinámica conflictiva que tienes con tus hijas. Reconocer que tienes dificultades con la impulsividad es un paso importante para abordar esta situación.
Te sugiero que busques ayuda profesional de un terapeuta o consejero. Un terapeuta puede ayudarte a explorar las causas subyacentes de tu impulsividad y a desarrollar estrategias efectivas para manejar tus emociones y comunicarte de manera más saludable con tus hijas.
Además, es importante tomarte un tiempo para reflexionar sobre tus acciones y cómo afectan a tus hijas. Practicar la empatía y el autocontrol puede ayudarte a reducir la agresión verbal y mejorar tu relación con ellas.
Recuerda que todas las familias enfrentan desafíos, pero buscar ayuda y estar dispuesta a cambiar es un paso valiente hacia la construcción de relaciones más saludables y amorosas. Espero haberte sido de ayuda. ¡Un saludo!

Hola, gracias por la confianza en preguntar y tu sinceridad.

En primer lugar deberíamos saber más acerca de tu caso: cómo es la dinámica familiar, cómo os relacionáis entre vosotras. Por lo que comentas parece haber una circularidad en la dinámica que provoca que tanto ellas como tú misma os habláis de formas que no son respetuosas (si no he entendido mal). Podrías partir por romper esa circularidad tú misma, intentar contestarles de otra forma diferente que, de alguna forma, logre hacer que las pautas relacionales cambien. Si una persona cambia en una relación la forma de dirigirse a la otra, puede hacer que el bucle cambie de dirección y comiencen a comunicar de otra forma.

Como digo, necesito saber un poco más acerca del caso en cuestión, pero puedes partir de esta idea.

Un saludo y cualquier duda, estoy disponible.