Buenas mi hijo de 6 años aun tiene rabietas, en el cole no habla con su tutora , cuando termina la t
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Buenas mi hijo de 6 años aun tiene rabietas, en el cole no habla con su tutora , cuando termina la tarea no lo dice , a veces se esconde , cuando hacen alguna actividad en conjunto , no la hace , un dia hacian un ejercicio de memoria y en su lugar , mi hijo decidio hacer ruiditos ( sin hacer el ejercicio ) , cuando le recojo del cole , si no estoy donde quiere me pega , a veces me chilla , le pega a su hermano mayor y le chilla tambien , me exige cosas cuando se enoja con el hermano , como que lo deje sin tablet entre otras ...
Hola, no se bien cuál es tu consulta pero parece que tu peque está encontrando algunas dificultades para comunicarse y como mamás vernos sin herramientas para ayudarles puede ser bastante angustioso.
Estaría bien que desde el equipo de orientación del Colegio puedan evaluar qué está sucediendo o puedes consultar al servicio de salud de tu zona para valorar si tu hijo necesita que algunas normas sean diferentes o si necesita apoyos para realizar algunas de esas tareas de comunicación.
Espero que te sirva, ¡un abrazo grande!
Estaría bien que desde el equipo de orientación del Colegio puedan evaluar qué está sucediendo o puedes consultar al servicio de salud de tu zona para valorar si tu hijo necesita que algunas normas sean diferentes o si necesita apoyos para realizar algunas de esas tareas de comunicación.
Espero que te sirva, ¡un abrazo grande!
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Buenas,
entiendo que quieras conocer si es normal o que tienes que hacer en esta situación.
Es conveniente que pueda ser valorada la situación por un psicólogo y pueda analizar lo que está sucediendo.
Según lo que comentas, se observan aspectos emocionales y conductuales relacionados con la frustración, el autocontrol, la rabia, la gestión emocional y aspectos tanto a nivel individual, social y familiar que habría que trabajar. Acude a un profesional para que lo vea,
Saludos
entiendo que quieras conocer si es normal o que tienes que hacer en esta situación.
Es conveniente que pueda ser valorada la situación por un psicólogo y pueda analizar lo que está sucediendo.
Según lo que comentas, se observan aspectos emocionales y conductuales relacionados con la frustración, el autocontrol, la rabia, la gestión emocional y aspectos tanto a nivel individual, social y familiar que habría que trabajar. Acude a un profesional para que lo vea,
Saludos
Hola, y gracias por compartir tu situación. La situación que describes es bastante compleja a falta de más información, pero es importante saber que hay formas de abordar los comportamientos de tu hijo para que mejore tanto en casa como en el colegio.
Es normal que los niños de 6 años todavía tengan dificultades para gestionar sus emociones, lo que puede llevar a rabietas y frustración. Un buen punto de partida es asegurarte de que en casa haya reglas claras y consistentes, con consecuencias firmes pero justas cuando no se cumplen. Esto puede ayudar a reducir las rabietas y la agresividad.
Cuando ocurren rabietas, es importante que te mantengas calmada y no refuerces su comportamiento con atención negativa. Dale su espacio para tranquilizarse, y luego, una vez que esté calmado, hablad sobre lo sucedido. Intenta enseñarle a expresar sus emociones con palabras en lugar de gritos o golpes.
Es fundamental reforzar de manera positiva los comportamientos adecuados, premiando cuando se comunica bien o sigue las instrucciones. En lugar de centrarte en lo negativo, resalta y celebra los momentos en los que actúa de forma correcta, para que esos comportamientos se repitan más a menudo.
En cuanto a su falta de comunicación en el colegio, sería útil que hablases con su tutora para buscar maneras de que se sienta más cómodo en el aula. Puedes también practicar en casa situaciones similares a las del colegio a través de juegos de roles, lo que puede ayudar a que se sienta más seguro al expresarse en clase.
Respecto a la agresividad hacia su hermano, es importante establecer límites muy claros sobre lo que está permitido y lo que no. Cuando ocurra una agresión, es fundamental separarlos y explicarle que hay formas más adecuadas de expresar su enfado, como hablar o pedir ayuda. Esto le ayudará a entender que la violencia no es una opción.
Finalmente, puedes ayudarle a identificar y regular sus emociones enseñándole técnicas de respiración o momentos de calma, lo que puede ser muy útil para reducir sus impulsos en momentos de frustración o enfado.
Si sientes que estos comportamientos persisten o empeoran, sería recomendable consultar con un profesional para recibir orientación más personalizada y profundizar en lo que puede estar ocurriendo.
Espero haberte sido de ayuda. ¡Un abrazo!
Es normal que los niños de 6 años todavía tengan dificultades para gestionar sus emociones, lo que puede llevar a rabietas y frustración. Un buen punto de partida es asegurarte de que en casa haya reglas claras y consistentes, con consecuencias firmes pero justas cuando no se cumplen. Esto puede ayudar a reducir las rabietas y la agresividad.
Cuando ocurren rabietas, es importante que te mantengas calmada y no refuerces su comportamiento con atención negativa. Dale su espacio para tranquilizarse, y luego, una vez que esté calmado, hablad sobre lo sucedido. Intenta enseñarle a expresar sus emociones con palabras en lugar de gritos o golpes.
Es fundamental reforzar de manera positiva los comportamientos adecuados, premiando cuando se comunica bien o sigue las instrucciones. En lugar de centrarte en lo negativo, resalta y celebra los momentos en los que actúa de forma correcta, para que esos comportamientos se repitan más a menudo.
En cuanto a su falta de comunicación en el colegio, sería útil que hablases con su tutora para buscar maneras de que se sienta más cómodo en el aula. Puedes también practicar en casa situaciones similares a las del colegio a través de juegos de roles, lo que puede ayudar a que se sienta más seguro al expresarse en clase.
Respecto a la agresividad hacia su hermano, es importante establecer límites muy claros sobre lo que está permitido y lo que no. Cuando ocurra una agresión, es fundamental separarlos y explicarle que hay formas más adecuadas de expresar su enfado, como hablar o pedir ayuda. Esto le ayudará a entender que la violencia no es una opción.
Finalmente, puedes ayudarle a identificar y regular sus emociones enseñándole técnicas de respiración o momentos de calma, lo que puede ser muy útil para reducir sus impulsos en momentos de frustración o enfado.
Si sientes que estos comportamientos persisten o empeoran, sería recomendable consultar con un profesional para recibir orientación más personalizada y profundizar en lo que puede estar ocurriendo.
Espero haberte sido de ayuda. ¡Un abrazo!
Hola. Gracias por compartir lo que estás viviendo con tu hijo. Entiendo que estas situaciones pueden ser muy desafiantes y preocupantes. A veces, los comportamientos que parecen problemáticos son una forma en la que los niños nos dicen que necesitan ayuda para entender y manejar su mundo interior. Te recomiendo que lo consultes.
La clave aquí es la comunicación y la consistencia.
Primero, intenta establecer una rutina clara y predecible para tu hijo. Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar. Además, es fundamental que todos los adultos involucrados en su vida (padres, maestros, cuidadores) mantengan un enfoque coherente en cuanto a las expectativas y las consecuencias.
En segundo lugar, trabaja en la comunicación emocional. Ayuda a tu hijo a identificar y nombrar sus emociones. Puedes usar libros, juegos o simplemente hablar sobre cómo se siente en diferentes situaciones. Esto le dará herramientas para expresar sus sentimientos de manera más adecuada.
Finalmente, refuerza positivamente los comportamientos deseados. Cuando tu hijo actúe de manera adecuada, asegúrate de reconocerlo y elogiarlo. Esto puede ser más efectivo que centrarse únicamente en corregir los comportamientos negativos.
Si la situación persiste o empeora, considera buscar la ayuda de un profesional en psicología infantil que pueda ofrecerte estrategias personalizadas y apoyo adicional.
Primero, intenta establecer una rutina clara y predecible para tu hijo. Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar. Además, es fundamental que todos los adultos involucrados en su vida (padres, maestros, cuidadores) mantengan un enfoque coherente en cuanto a las expectativas y las consecuencias.
En segundo lugar, trabaja en la comunicación emocional. Ayuda a tu hijo a identificar y nombrar sus emociones. Puedes usar libros, juegos o simplemente hablar sobre cómo se siente en diferentes situaciones. Esto le dará herramientas para expresar sus sentimientos de manera más adecuada.
Finalmente, refuerza positivamente los comportamientos deseados. Cuando tu hijo actúe de manera adecuada, asegúrate de reconocerlo y elogiarlo. Esto puede ser más efectivo que centrarse únicamente en corregir los comportamientos negativos.
Si la situación persiste o empeora, considera buscar la ayuda de un profesional en psicología infantil que pueda ofrecerte estrategias personalizadas y apoyo adicional.
Entiendo que es una situación bastante complicada de manejar a diario.
No obstante, antes de decidir si es un problema conductual exclusivo, habría que valorar al menor, su estadio evolutivo, su cociente intelectual, su capacidad de lenguaje comprensivo y expresivo y determinar cualquier trastorno del desarrollo que esté padeciendo.
Una vez evaluado todo esto se puede empezar a trabajar con el menor y los padres y con su maestra del colegio, en técnicas de modificación de conducta, manejo de los conflictos entre hermanos y a establecer límites claros por parte de los padres que el menor entienda, así como ayudar a los padres a manejar las emociones del hijo y ayudarle a verbalizar sus estados y necesidades.
No obstante, ponerse en manos de un profesional es imprescindible, y cuanto antes mejor.
Espero haberle resuelto algunas dudas.
Un saludo
No obstante, antes de decidir si es un problema conductual exclusivo, habría que valorar al menor, su estadio evolutivo, su cociente intelectual, su capacidad de lenguaje comprensivo y expresivo y determinar cualquier trastorno del desarrollo que esté padeciendo.
Una vez evaluado todo esto se puede empezar a trabajar con el menor y los padres y con su maestra del colegio, en técnicas de modificación de conducta, manejo de los conflictos entre hermanos y a establecer límites claros por parte de los padres que el menor entienda, así como ayudar a los padres a manejar las emociones del hijo y ayudarle a verbalizar sus estados y necesidades.
No obstante, ponerse en manos de un profesional es imprescindible, y cuanto antes mejor.
Espero haberle resuelto algunas dudas.
Un saludo
Hola,
Gracias por tu confianza al compartir y expresar esa preocupación por tu peque.
Entiendo que te preocupe la conducta que nos explicas de tu hijo. A esta edad, es normal que los niños experimenten rabietas y tengan dificultades para manejar sus emociones; las rabietas siguen siendo una forma en la que expresar sus sentimientos, sobretodo cuando aun tienen dificultades para entender su mundo emocional y poder regularse y calmarse cuando se frustran, enfadan, están tristes... aunque es importante hablar con él sobre sus emociones para ayudarlo a identificarlas y saber qué le pasa, puede que esté teniendo estas dificultades.
Además, si tu hijo tiene dificultades para interactuar en el colegio, sería importante pedir una evaluación en este entorno para valorarlo allí y qué está sucediendo en este contexto, con sus iguales y en clase. Puede ayudar mucho consultar al orientador de su colegio para que pueda valorarlo y darte información sobre lo que le sucede.
Si estos comportamientos persisten y afectan su vida diaria, te recomendaría que acudas a un especialista que pueda evaluarle y ayudaros.
Gracias por tu confianza,¡Un abrazo!
Gracias por tu confianza al compartir y expresar esa preocupación por tu peque.
Entiendo que te preocupe la conducta que nos explicas de tu hijo. A esta edad, es normal que los niños experimenten rabietas y tengan dificultades para manejar sus emociones; las rabietas siguen siendo una forma en la que expresar sus sentimientos, sobretodo cuando aun tienen dificultades para entender su mundo emocional y poder regularse y calmarse cuando se frustran, enfadan, están tristes... aunque es importante hablar con él sobre sus emociones para ayudarlo a identificarlas y saber qué le pasa, puede que esté teniendo estas dificultades.
Además, si tu hijo tiene dificultades para interactuar en el colegio, sería importante pedir una evaluación en este entorno para valorarlo allí y qué está sucediendo en este contexto, con sus iguales y en clase. Puede ayudar mucho consultar al orientador de su colegio para que pueda valorarlo y darte información sobre lo que le sucede.
Si estos comportamientos persisten y afectan su vida diaria, te recomendaría que acudas a un especialista que pueda evaluarle y ayudaros.
Gracias por tu confianza,¡Un abrazo!
En base a lo que comentas creo que es imprescindible un abordaje conjunto con el equipo docente del centro escolar. Seguramente sea necesario que el equipo de psicólogos y psicopedagogos junto a su tutora hagan un exhaustivo análisis de las circunstancias que están llevando a que se comporte así.
Da la sensación de estar muy nervioso y frustrado, como si no pudiera manejar lo que le pasa ni transmitir la petición de ayuda.
Da la sensación de estar muy nervioso y frustrado, como si no pudiera manejar lo que le pasa ni transmitir la petición de ayuda.
Tu hijo está atravesando una etapa en la que tiene dificultades para regular sus emociones y manejar ciertas situaciones sociales, lo cual es común a su edad. Las rabietas, la falta de comunicación con la tutora, la resistencia a las actividades y las interacciones agresivas con su hermano pueden ser señales de que está lidiando con frustraciones emocionales. Puedes probar - establecer rutinas claras y predecibles para que se sienta más seguro y reducido el estrés,
- reforzar el buen comportamiento con elogios para que entienda qué conductas son apropiadas, - ayudarle a poner en palabras sus emociones enseñándole a expresar lo que siente en lugar de reaccionar con agresividad
- establecer consecuencias claras y consistentes cuando ocurra una rabieta o comportamiento agresivo sin generar confusión o malestar
- hablar con la tutora y otros profesionales para obtener una visión más amplia de su comportamiento
si es necesario buscar apoyo de un psicólogo infantil para trabajar más profundamente en su desarrollo emocional y estrategias para regular sus reacciones.
- reforzar el buen comportamiento con elogios para que entienda qué conductas son apropiadas, - ayudarle a poner en palabras sus emociones enseñándole a expresar lo que siente en lugar de reaccionar con agresividad
- establecer consecuencias claras y consistentes cuando ocurra una rabieta o comportamiento agresivo sin generar confusión o malestar
- hablar con la tutora y otros profesionales para obtener una visión más amplia de su comportamiento
si es necesario buscar apoyo de un psicólogo infantil para trabajar más profundamente en su desarrollo emocional y estrategias para regular sus reacciones.
Muy buenas, entiendo lo preocupante que puede ser para ti observar este comportamiento en tu hijo, y quiero transmitirte que es un paso muy importante el que busques orientación al respecto. Las conductas que mencionas, como las rabietas, la dificultad para comunicarse con su tutora, el evitar ciertas actividades grupales o responder con agresividad, pueden estar relacionadas con emociones que tu hijo aún no sabe gestionar o expresar de otra manera. A su edad, es común que los niños estén en pleno desarrollo emocional y social, y este tipo de señales puede indicar que necesita apoyo para entender y manejar lo que siente, así como para integrarse mejor en su entorno escolar y familiar. Mi recomendación sería trabajar en estrategias de comunicación y manejo emocional, tanto en casa como en colaboración con el colegio, y sería importante considerar la ayuda de un profesional que evalúe más a fondo el caso para ofrecer herramientas personalizadas. Quedo a tu disposición. Psicóloga Leticia Martín Enjuto.
Hola, gracias por compartirlo. Las rabietas, la evitación de tareas y las conductas agresivas que describes pueden indicar que tu hijo tiene dificultades para manejar sus emociones. A esta edad es normal, pero si es persistente y afecta su día a día, sería bueno actuar. Mantén límites claros, valida sus emociones y habla con el colegio para entender mejor su situación. También te recomiendo valorar apoyo psicológico para ayudarle a aprender a regularse mejor. Esto puede mejorar mucho tanto para él como para la familia.
Gracias por compartir lo que estáis viviendo . Entiendo tu preocupación: tu hijo de 6 años muestra rabietas frecuentes, dificultades para relacionarse con la maestra, conductas de oposición y agresividad en casa. Te comento algunas claves para entenderlo y orientarte:
Qué podría estar pasando
Edad y maduración emocional
A los 6 años todavía hay niños con dificultades para regular emociones (rabia, frustración, miedo).
En algunos, estas dificultades se expresan con rabietas, gritos o golpes.
Ansiedad o timidez extrema en la escuela
Que no hable con la tutora, se esconda o evite actividades podría señalar inhibición social o incluso un rasgo de mutismo selectivo (cuando el niño puede hablar en algunos contextos pero no en otros por ansiedad).
Desafíos en el manejo de la frustración
Cuando exige castigos para el hermano o pega al no obtener lo que quiere, está mostrando que aún no sabe canalizar su enojo de forma adecuada.
Qué puedes hacer en casa
1. Mantener calma y firmeza
No ceder ante gritos o agresiones, porque refuerza la conducta.
Usa frases cortas y firmes: “Entiendo que estás enfadado, pero no se pega”.
2. Poner límites claros y consistentes
Establecer reglas básicas de convivencia (no pegar, no gritar).
Consecuencias inmediatas y proporcionales: perder privilegios por un tiempo corto (ej. 10–15 min sin tablet).
3. Reforzar lo positivo
Cuando logre expresar su enojo con palabras, reconocerlo: “Gracias por decirme que estabas enfadado en vez de pegar”.
Premiar conductas adecuadas con atención positiva (elogios, tiempo juntos).
4. Dar alternativas para canalizar la rabia
Tener un espacio o recurso para descargar: cojín para golpear, respiración de “globo”, saltos, dibujos de emociones.
Practicar juntos juegos de calma (soplar burbujas, yoga infantil, “semáforo de las emociones”: rojo = parar, amarillo = respirar, verde = hablar).
5. Favorecer expresión emocional
Leer cuentos sobre emociones y comentarlos (“El monstruo de colores”, por ejemplo).
Preguntar al final del día: “¿Qué fue lo que más te gustó hoy? ¿Qué fue lo que menos te gustó?”.
Qué trabajar con la escuela
Hablar con la tutora para entender mejor las conductas en clase: ¿es solo con ella o con más adultos? ¿le pasa en actividades de grupo o también en solitario?
Proponer estrategias: darle tiempo para responder, no forzarlo a hablar en público, reforzar cualquier iniciativa positiva.
Si la inhibición persiste (no habla en el cole pero sí en casa), sería recomendable evaluar mutismo selectivo.
Cuándo consultar
Sería buena idea acudir a un psicólogo infantil si:
Las rabietas son diarias e intensas.
La agresividad con hermanos y padres no mejora con límites claros.
La inhibición en el colegio se mantiene durante meses.
Se observan dificultades también en otras áreas (sueño, ansiedad, retraimiento).
Qué podría estar pasando
Edad y maduración emocional
A los 6 años todavía hay niños con dificultades para regular emociones (rabia, frustración, miedo).
En algunos, estas dificultades se expresan con rabietas, gritos o golpes.
Ansiedad o timidez extrema en la escuela
Que no hable con la tutora, se esconda o evite actividades podría señalar inhibición social o incluso un rasgo de mutismo selectivo (cuando el niño puede hablar en algunos contextos pero no en otros por ansiedad).
Desafíos en el manejo de la frustración
Cuando exige castigos para el hermano o pega al no obtener lo que quiere, está mostrando que aún no sabe canalizar su enojo de forma adecuada.
Qué puedes hacer en casa
1. Mantener calma y firmeza
No ceder ante gritos o agresiones, porque refuerza la conducta.
Usa frases cortas y firmes: “Entiendo que estás enfadado, pero no se pega”.
2. Poner límites claros y consistentes
Establecer reglas básicas de convivencia (no pegar, no gritar).
Consecuencias inmediatas y proporcionales: perder privilegios por un tiempo corto (ej. 10–15 min sin tablet).
3. Reforzar lo positivo
Cuando logre expresar su enojo con palabras, reconocerlo: “Gracias por decirme que estabas enfadado en vez de pegar”.
Premiar conductas adecuadas con atención positiva (elogios, tiempo juntos).
4. Dar alternativas para canalizar la rabia
Tener un espacio o recurso para descargar: cojín para golpear, respiración de “globo”, saltos, dibujos de emociones.
Practicar juntos juegos de calma (soplar burbujas, yoga infantil, “semáforo de las emociones”: rojo = parar, amarillo = respirar, verde = hablar).
5. Favorecer expresión emocional
Leer cuentos sobre emociones y comentarlos (“El monstruo de colores”, por ejemplo).
Preguntar al final del día: “¿Qué fue lo que más te gustó hoy? ¿Qué fue lo que menos te gustó?”.
Qué trabajar con la escuela
Hablar con la tutora para entender mejor las conductas en clase: ¿es solo con ella o con más adultos? ¿le pasa en actividades de grupo o también en solitario?
Proponer estrategias: darle tiempo para responder, no forzarlo a hablar en público, reforzar cualquier iniciativa positiva.
Si la inhibición persiste (no habla en el cole pero sí en casa), sería recomendable evaluar mutismo selectivo.
Cuándo consultar
Sería buena idea acudir a un psicólogo infantil si:
Las rabietas son diarias e intensas.
La agresividad con hermanos y padres no mejora con límites claros.
La inhibición en el colegio se mantiene durante meses.
Se observan dificultades también en otras áreas (sueño, ansiedad, retraimiento).
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