Otros nombres: Transfusión de sangre o hemoderivados (por unidad)
Una transfusión de sangre consiste en administrar sangre a un paciente cuya médula ósea no es capaz de fabricar la cantidad de glóbulos rojos que esta persona necesita o a la velocidad que los necesita. Después de una intervención quirúrgica, la médula ósea no es capaz de fabricar la cantidad de sangre que el paciente ha perdido durante la operación, ya que para ello necesitaría aproximadamente entre 10 y 15 días. Por eso, ocasionalmente, es necesario inyectar sangre. La sangre no es inocua para el paciente, y deberá ser controlado por el personal facultativo. Las transfusiones de sangre salvan muchas vidas, pero no están exentas de riesgos. A pesar que las pruebas que se realizan actualmente a la sangre son más sensibles y específicas, no se ha eliminado completamente la posibilidad de contraer determinadas enfermedades como la hepatitis B, , y el
Una transfusión de sangre consiste en administrar sangre a un paciente cuya médula ósea no es capaz de fabricar la cantidad de glóbulos rojos que esta persona necesita o a la velocidad que los necesita. Después de una intervención quirúrgica, la médula ósea no es capaz de fabricar la cantidad de sangre que el paciente ha perdido durante la operación, ya que para ello necesitaría aproximadamente entre 10 y 15 días. Por eso, ocasionalmente, es necesario inyectar sangre. La sangre no es inocua para el paciente, y deberá ser controlado por el personal facultativo. Las transfusiones de sangre salvan muchas vidas, pero no están exentas de riesgos. A pesar que las pruebas que se realizan actualmente a la sangre son más sensibles y específicas, no se ha eliminado completamente la posibilidad de contraer determinadas enfermedades como la hepatitis B, , y el