El T.A.C. (Tomografía Axial Computarizada) de la cabeza incluye el cráneo, el cerebro, las órbitas (cuencas de los ojos) y los senos paranasales. Una TAC del cráneo genera una imagen desde la parte superior del cuello hasta la punta de la cabeza. Es importante que, una vez que la cabeza esté en su lugar, el paciente permanezca inmóvil durante el examen. Se recomienda quitarse todas las joyas, gafas, prótesis dentales y cualquier otro elemento de metal de la cabeza y el cuello para evitar obstrucción de las imágenes. Para realizar un TAC, previamente se inyectará un medio de contraste en una vena para evaluar mejor una masa, la cual se vuelve más brillante con el medio de contraste si tiene muchos vasos sanguíneos. El medio de contraste también se usa para generar una imagen de los vasos sanguíneos de la cabeza y el cerebro. Esta preparación requerirá de unos pocos minutos. La inyección del medio de contraste puede causar en el paciente una leve sensación de ardor pasajero en el brazo, sabor metálico en la boca o calentamiento corporal general, lo cual es normal y desaparecerá en unos pocos segundos. La tomografía axial computarizada se recomienda para evaluar un trauma craneofacial agudo, verificar una o subaracnoidea, identificar las causas de dolores de cabeza, diagnosticar un agudo, verificar las causas de la pérdida de la función sensorial o motora o establecer si hay desarrollo anormal de cabeza y cuello. El TAC también se utiliza para observar los huesos faciales, la mandíbula y las cavidades de los senos paranasales.