Otros nombres: Rectosigmoidoscopia. Biopsia
La sigmoidoscopia que durante muchos años se realizaba era la rígida, que explora, además del canal anal y el recto, el colon sigmoide inferior, es decir, los 25 cm más distales. Esta técnica ha sido ampliamente desplazada desde la introducción de la sigmoidoscopia flexible. Se puede hacer sin preparación previa y evita que el paciente sea derivado al especialista. No obstante, los exámenes realizados con el sigmoidoscopio rígido sólo permiten visualizar con éxito el 40-70% de la unión rectosigmoide y del colon sigmoideo. La sigmoidoscopia flexible se realiza con un fibroscopio o un videoendoscopio diseñados para examinar la superficie de la mucosa rectal y el colon sigmoide. Proporciona una mejor visualización de la mucosa, permite examinar hasta los 60 cm distales del colon y es más confortable para los pacientes. Esta exploración requiere preparación previa del paciente con un enema o laxante antes de la exploración. No suele requerir sedación de manera sistemática, aunque un 10-15% de los pacientes experimentan cierta incomodidad. Es una técnica, que realizada por personal entrenado y con experiencia, es segura y altamente sensible y específica para las lesiones situadas al alcance del sigmoidoscopio. En pacientes asintomáticos la sigmoidoscopia se considera negativa cuando se detectan pólipos cuyo diagnóstico histológico es de hiperplasia o mucosa normal, ya que éstos no son premalignos y no requieren continuar el estudio. Se considera positiva cuando se detecta un o un pólipo de diámetro > 1 cm y esta situación requiere un estudio completo del colon. Existe controversia sobre la necesidad de explorar todo el colon cuando se detectan adenomas tubulares de < 1 cm, y sin displasia de alto grado. La sigmoidoscopia, al no poder explorar completamente el colon proximal, deja de identificar el 50% de las neoplasias. Cuando ante la presencia de un adenoma se decide continuar la exploración de todo el colon, la sensibilidad para diagnosticar una aumenta hasta el 70%.
La sigmoidoscopia que durante muchos años se realizaba era la rígida, que explora, además del canal anal y el recto, el colon sigmoide inferior, es decir, los 25 cm más distales. Esta técnica ha sido ampliamente desplazada desde la introducción de la sigmoidoscopia flexible. Se puede hacer sin preparación previa y evita que el paciente sea derivado al especialista. No obstante, los exámenes realizados con el sigmoidoscopio rígido sólo permiten visualizar con éxito el 40-70% de la unión rectosigmoide y del colon sigmoideo. La sigmoidoscopia flexible se realiza con un fibroscopio o un videoendoscopio diseñados para examinar la superficie de la mucosa rectal y el colon sigmoide. Proporciona una mejor visualización de la mucosa, permite examinar hasta los 60 cm distales del colon y es más confortable para los pacientes. Esta exploración requiere preparación previa del paciente con un enema o laxante antes de la exploración. No suele requerir sedación de manera sistemática, aunque un 10-15% de los pacientes experimentan cierta incomodidad. Es una técnica, que realizada por personal entrenado y con experiencia, es segura y altamente sensible y específica para las lesiones situadas al alcance del sigmoidoscopio. En pacientes asintomáticos la sigmoidoscopia se considera negativa cuando se detectan pólipos cuyo diagnóstico histológico es de hiperplasia o mucosa normal, ya que éstos no son premalignos y no requieren continuar el estudio. Se considera positiva cuando se detecta un o un pólipo de diámetro > 1 cm y esta situación requiere un estudio completo del colon. Existe controversia sobre la necesidad de explorar todo el colon cuando se detectan adenomas tubulares de < 1 cm, y sin displasia de alto grado. La sigmoidoscopia, al no poder explorar completamente el colon proximal, deja de identificar el 50% de las neoplasias. Cuando ante la presencia de un adenoma se decide continuar la exploración de todo el colon, la sensibilidad para diagnosticar una aumenta hasta el 70%.