Otros nombres: Reconstrucción ligamentos cruzados de rodilla, cada uno. Tratamiento quirúrgico
Al torcerse la rodilla o si se cae, puede desgarrarse el ligamento estabilizador que conecta el fémur con la tibia, éste es el Ligamento Cruzado Anterior (LCA) y al desgarrarse se desenreda como si fuera una trenza y no se cura solo. Afortunadamente existe la cirugía reconstructiva que ayuda a recuperar el completo movimiento de la pierna después del desgarro. Generalmente se desgarra el ligamento cruzado anterior al cambiar repentinamente de dirección, o cuando se desacelera después de haber corrido o al saltar. Los más propensos a sufrir estos desgarros son los jóvenes que practican deportes donde se juega con pivote. Al desgarrarse el ligamento se oye un ruido seco como si algo se rompiera, se doblan las rodillas y comienzan el dolor y la hinchazón. El médico especialista debe llevar a cabo un exámen físico y tomará radiografías para determinar el grado de daño del ligamento. La mayoría de las veces será necesario la reconstrucción quirúrgica, reemplazando el ligamento dañado con tejido saludable y fuerte que tomará de otra zona de la rodilla. Puede utilizar una porción del tendón que está debajo de la rótula (tendón de la rótula) o el tendón de la corva. El médico enhebra el tejido por dentro de la articulación de la rodilla y fija los extremos al fémur y a la tibia. En algunos casos cuando este ligamento se desprende totalmente del hueso, se puede reparar. En caso de personas menos activas puede curarse de manera no quirúrgica a través de un programa de fortalecimiento muscular. En los casos quirúrgicos exitosos, se refuerza la rodilla y se recupera la estabilidad, para evitar daños mayores y permite volver a la práctica deportiva. En los Estados Unidos se atienden más de 95.000 casos anuales de desgarro de LCA y llevan a cabo casi 50.000 cirugías de reconstrucción de ligamentos, con un resultado exitoso en aproximadamente 85-92 por ciento de los casos. Después de la reconstrucción del ligamento, será necesario hacer ejercicios de rehabilitación para volver gradualmente a recuperar la flexibilidad y la estabilidad de la rodilla. Al reforzar los músculos del muslo y de la pantorilla éstos ayudan a brindar apoyo a la estructura reconstruída. Puede que sea necesario utilizar una rodillera durante un tiempo y tal vez no se pueda practicar deportes durante un año después de la cirugía.
Al torcerse la rodilla o si se cae, puede desgarrarse el ligamento estabilizador que conecta el fémur con la tibia, éste es el Ligamento Cruzado Anterior (LCA) y al desgarrarse se desenreda como si fuera una trenza y no se cura solo. Afortunadamente existe la cirugía reconstructiva que ayuda a recuperar el completo movimiento de la pierna después del desgarro. Generalmente se desgarra el ligamento cruzado anterior al cambiar repentinamente de dirección, o cuando se desacelera después de haber corrido o al saltar. Los más propensos a sufrir estos desgarros son los jóvenes que practican deportes donde se juega con pivote. Al desgarrarse el ligamento se oye un ruido seco como si algo se rompiera, se doblan las rodillas y comienzan el dolor y la hinchazón. El médico especialista debe llevar a cabo un exámen físico y tomará radiografías para determinar el grado de daño del ligamento. La mayoría de las veces será necesario la reconstrucción quirúrgica, reemplazando el ligamento dañado con tejido saludable y fuerte que tomará de otra zona de la rodilla. Puede utilizar una porción del tendón que está debajo de la rótula (tendón de la rótula) o el tendón de la corva. El médico enhebra el tejido por dentro de la articulación de la rodilla y fija los extremos al fémur y a la tibia. En algunos casos cuando este ligamento se desprende totalmente del hueso, se puede reparar. En caso de personas menos activas puede curarse de manera no quirúrgica a través de un programa de fortalecimiento muscular. En los casos quirúrgicos exitosos, se refuerza la rodilla y se recupera la estabilidad, para evitar daños mayores y permite volver a la práctica deportiva. En los Estados Unidos se atienden más de 95.000 casos anuales de desgarro de LCA y llevan a cabo casi 50.000 cirugías de reconstrucción de ligamentos, con un resultado exitoso en aproximadamente 85-92 por ciento de los casos. Después de la reconstrucción del ligamento, será necesario hacer ejercicios de rehabilitación para volver gradualmente a recuperar la flexibilidad y la estabilidad de la rodilla. Al reforzar los músculos del muslo y de la pantorilla éstos ayudan a brindar apoyo a la estructura reconstruída. Puede que sea necesario utilizar una rodillera durante un tiempo y tal vez no se pueda practicar deportes durante un año después de la cirugía.