Tratamiento para destruir las células cancerosas que quedan en el organismo y evitar que vuelvan a brotar y expandirse. Se puede administrar por vía intravenosa, inyección en un músculo, por vía oral (formato fármaco) o en crema. Es compatible con otros tratamientos como la radioterapia y la cirugía. Los posibles efectos secundarios son: anemia, caída de pelo, debilidad física, sensibilidad bucal, irritación dérmica, cambios hormonales (alteraciones en la menstruación, sexualidad, fertilidad), alteraciones digestivas (diarrea, estreñimiento, náuseas, vómitos). Una vez terminado el tratamiento, el paciente empieza a crear nuevas células sanas que regeneran y regularizan el organismo.