La punción cisternal o suboccipital es una prueba para evaluar el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. El líquido cefalorraquídeo, que habitualmente es transparente, actúa como un amortiguador, protegiendo el cerebro y la columna de una lesión. El examen también se utiliza para medir la presión en dicho líquido.
Existen varias formas de obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo. La es el método más común y generalmente se realiza de la siguiente manera: El paciente se acostará de lado con las rodillas encogidas hacia el abdomen y la barbilla pegada al tórax. Algunas veces, este procedimiento se realiza con la persona sentada, pero doblada hacia adelante. El médico inyecta anestésico local en la parte inferior de la columna, inserta la aguja espinal y mide la presión del líquido cefalorraquídeo, recogiendo la muestra. Posteriormente, se retira la aguja, se higieniza el área y se aplica un vendaje. Con frecuencia, se le pide al paciente permanecer acostado por un corto período de tiempo después del examen
Los riesgos de la son, entre otros: reacción alérgica al anestésico, malestar y dolor de cabeza durante y/o después del examen, sangrado en el conducto raquídeo. También hay que destacar que existe un aumento del riesgo de sangrado en personas que toman anticoagulantes.