Otros nombres: fistulectomia ano
La fístula es una comunicación entre el canal anal y la piel perineal. El procedimiento quirúrgico pretende eliminar de manera definitiva la fístula y las alteraciones anatómicas que se hayan podido producir en su evolución. De este modo desaparecerán el dolor, la inflamación, la supuración, y la infección que su existencia conlleva, así como la contaminación de los tejidos perianales, en los que se producen abscesos. Caso de no intervenirse, la fístula persistirá, con supuración crónica y episodios agudos de inflamación, y abscesificación, que pueden complicarse y dar lugar a infecciones mayores del periné, sin existir otro tratamiento alternativo al quirúrgico. Existen diferentes técnicas quirúrgicas para tratar esta patología: realizar un corte y puesta a plano de la fístula (fistulotomía), extirpar el trayecto fistuloso (fistulectomía), o colocación de una ligadura a través del trayecto, para un cierre diferido. Puede ser necesario reparar los esfínteres, o colocación de injertos, y en fístulas complejas comunicadas con otros órganos, se repararán ambos orificios, pudiendo requerise excepcionalmente el uso de un ano artificial. La intervención requiere anestesia. Los riesgos específicos más frecuentes son el sangrado e infeccion de la herida quirúrgica, la , retención aguda de orina, inflamación de la zona anal, dolor prolongado en la zona de la operación. De menor frecuencia y mayor gravedad serian una infección de la zona anal y el periné, incontinencia a gases o heces, estenosis del ano, reproducción de la fístula o infección hospitalaria, que pueden requerir, si no se resuelven con tratamiento médico, una reintervención (en algunos casos urgente).
La fístula es una comunicación entre el canal anal y la piel perineal. El procedimiento quirúrgico pretende eliminar de manera definitiva la fístula y las alteraciones anatómicas que se hayan podido producir en su evolución. De este modo desaparecerán el dolor, la inflamación, la supuración, y la infección que su existencia conlleva, así como la contaminación de los tejidos perianales, en los que se producen abscesos. Caso de no intervenirse, la fístula persistirá, con supuración crónica y episodios agudos de inflamación, y abscesificación, que pueden complicarse y dar lugar a infecciones mayores del periné, sin existir otro tratamiento alternativo al quirúrgico. Existen diferentes técnicas quirúrgicas para tratar esta patología: realizar un corte y puesta a plano de la fístula (fistulotomía), extirpar el trayecto fistuloso (fistulectomía), o colocación de una ligadura a través del trayecto, para un cierre diferido. Puede ser necesario reparar los esfínteres, o colocación de injertos, y en fístulas complejas comunicadas con otros órganos, se repararán ambos orificios, pudiendo requerise excepcionalmente el uso de un ano artificial. La intervención requiere anestesia. Los riesgos específicos más frecuentes son el sangrado e infeccion de la herida quirúrgica, la , retención aguda de orina, inflamación de la zona anal, dolor prolongado en la zona de la operación. De menor frecuencia y mayor gravedad serian una infección de la zona anal y el periné, incontinencia a gases o heces, estenosis del ano, reproducción de la fístula o infección hospitalaria, que pueden requerir, si no se resuelven con tratamiento médico, una reintervención (en algunos casos urgente).