El electroencefalograma (EEG) es una exploración neurofisiológica que estudia la función cerebral y recoge la actividad eléctrica del cerebro. Se basa en la colocación de unos electrodos en el cuero cabelludo para registrar los circuitos neuronales de varias regiones del encéfalo. Para que la prueba sea exitosa, se recomienda al paciente que esté tranquilo, inmóvil y, en general, con los ojos cerrados (es totalmente indolora). La interpretación del registro gráfico es eficaz para diagnosticar trastornos convulsivos como la epilepsia, así como enfermedades neurológicas, metabólicas, degenerativas, del sueño y potenciales evocados. Además, se puede confirmar estados de la mente (coma, muerte cerebral) o detectar irregularidades a causa de posibles tumores, coágulos, infecciones, mareos, etc. (patologías del nervio periférico, de equilibrio, visuales).