Audiometría
La audiometría, en su forma más simple, es la medición de la capacidad de un individuo para oír sonidos. Consiste en una serie de pruebas realizadas por un audiólogo u otro especialista formado, utilizando un audiómetro, una máquina equipada para producir sonidos de frecuencias y volúmenes variables. El objetivo principal de la audiometría es determinar el grado de pérdida auditiva de una persona y su posible causa. Es una herramienta indispensable en la asistencia sanitaria actual, ya que desempeña un papel crucial en el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos relacionados con la audición.
El término "audiometría" procede del latín "audire", que significa "oír", y del griego "metron", que significa "medir". Los resultados de una prueba de audiometría suelen representarse en un audiograma, un gráfico que visualiza los umbrales de audición en distintas frecuencias.
La audiometría es un procedimiento totalmente no invasivo e indoloro. Es un proceso habitual en los reconocimientos médicos rutinarios, sobre todo en personas que trabajan en entornos expuestos al ruido, ancianos y niños con dificultades para hablar o aprender.
Otros nombres: Audiometria tonal liminal o verbal.
Para qué sirve la audiometría
El objetivo principal de la audiometría es evaluar la capacidad auditiva de un individuo. Es una herramienta de diagnóstico esencial que se utiliza para identificar la deficiencia auditiva o la sordera. Además, ayuda a determinar el tipo y el grado de pérdida auditiva, lo cual es crucial para elegir un método de tratamiento adecuado.
La audiometría también se utiliza para controlar la progresión de los trastornos auditivos existentes y evaluar la eficacia de los tratamientos en curso. Puede detectar signos tempranos de daños causados por una exposición excesiva al ruido o por el envejecimiento, lo que permite intervenir a tiempo para evitar un mayor deterioro.
En el sector de la salud laboral, la audiometría desempeña un papel fundamental a la hora de evaluar la capacidad auditiva de los empleados expuestos a niveles de ruido elevados y garantizar que dispongan de la protección auditiva adecuada. También se utiliza en casos médico-legales, en los que se requieren pruebas de la pérdida de audición.
Cómo funciona la audiometría
Comprender cómo funciona la audiometría es esencial para apreciar su utilidad en la asistencia sanitaria. El principio fundamental de la audiometría consiste en presentar al paciente sonidos de distintas frecuencias e intensidades y registrar sus respuestas.
En una prueba de audiometría típica, el paciente lleva un par de auriculares conectados al audiómetro. A continuación, el audiólogo presenta una serie de tonos, empezando por la frecuencia más baja y aumentando gradualmente a frecuencias más altas. El volumen de estos tonos se ajusta inicialmente a un nivel fácilmente audible para el paciente y se va reduciendo gradualmente hasta que éste deja de oírlo. Este proceso se repite para cada frecuencia con el fin de trazar el umbral de audición del individuo.
Algunas pruebas de audiometría también incluyen la logoaudiometría, en la que se pide al paciente que repita palabras o frases presentadas a diferentes volúmenes. Esta prueba evalúa la capacidad del individuo para comprender el habla, que es un aspecto crucial de nuestra comunicación diaria.
Duración de una audiometría
En general, una audiometría básica, que mide la sensibilidad auditiva a diferentes frecuencias, suele durar entre 20 y 30 minutos.
Sin embargo, si se necesitan pruebas más exhaustivas o si se incluyen evaluaciones adicionales como la timpanometría o la logoaudiometría, el tiempo total de la prueba puede ser mayor. Además, la presencia de afecciones específicas o la necesidad de evaluaciones más detalladas también pueden repercutir en la duración de la prueba de audiometría.
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Audiometría: especialistas y clínicas recomendadas
Preguntas frecuentes
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¿Cuándo se realiza una prueba de audiometría?
Una prueba de audiometría suele realizarse cuando una persona refiere síntomas de pérdida auditiva, como dificultad para comprender el habla, peticiones frecuentes de repetición o la costumbre de subir el volumen de la televisión o la radio. También se recomienda a las personas expuestas a altos niveles de ruido en el trabajo o a quienes tienen antecedentes familiares de pérdida auditiva.
En los niños, se puede realizar una prueba de audiometría si existen preocupaciones sobre el desarrollo del habla o del lenguaje, un bajo rendimiento académico o problemas de comportamiento que puedan indicar una deficiencia auditiva. Las pruebas de audiometría periódicas también se recomiendan a los adultos mayores como parte de los reconocimientos médicos rutinarios, ya que la pérdida de audición suele acompañar al envejecimiento.
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¿Cómo prepararse para la audiometría?
Prepararse para una prueba de audiometría es sencillo y requiere unos pocos pasos. En primer lugar, es importante evitar la exposición a ruidos fuertes o música durante al menos 16 horas antes de la prueba, ya que esto puede afectar temporalmente a tu audición.
Antes de la prueba, el especialista suele examinar los conductos auditivos con un otoscopio para comprobar si existen obstrucciones o anomalías que puedan afectar a los resultados de la prueba. Si usas audífonos, asegúrate de llevarlos contigo a la cita.
Durante la prueba, se te pedirá que respondas cada vez que oigas un sonido. Es crucial que permanezcas concentrado y respondas con la mayor precisión posible. No hay respuestas correctas o incorrectas, así que no te preocupes si no estás seguro de haber oído un sonido: simplemente responde con sinceridad.
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¿Qué tipos de audiometría existen?
Existen varios tipos de pruebas de audiometría, cada una diseñada para evaluar diferentes aspectos de la audición. El tipo más común es la audiometría de tonos puros, que mide el sonido más suave que una persona puede oír en varias frecuencias.
La logoaudiometría evalúa la capacidad de una persona para comprender el habla a distintos volúmenes, mientras que la timpanometría evalúa la función del oído medio. Las pruebas de otoemisiones acústicas (OAE) se utilizan para evaluar la función del oído interno, en particular las células ciliadas que desempeñan un papel fundamental en la audición.
En algunos casos, pueden realizarse pruebas más avanzadas como la prueba de respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR). Esta prueba evalúa la actividad eléctrica del nervio auditivo y la vía auditiva en el cerebro.
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¿Cómo interpretar una prueba de audiometría?
Interpretar una prueba de audiometría requiere conocimientos profesionales. Los resultados se representan en un audiograma, un gráfico que muestra el umbral de audición de cada oído a distintas frecuencias. El eje X representa la frecuencia del sonido, mientras que el eje Y representa la intensidad o el volumen.
En el audiograma, los puntos específicos representan el sonido más suave que la persona podría oír en cada frecuencia. Se traza una línea que conecta estos puntos para proporcionar una representación visual de la capacidad auditiva de la persona. Si la línea se encuentra dentro del rango normal, el paciente tiene una audición normal. Si cae por debajo del rango normal, indica pérdida auditiva.
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¿Cuáles son los valores normales en una prueba de audiometría?
En una prueba de audiometría, se considera audición normal un umbral auditivo de 20 decibelios (dB) o superior en todas las frecuencias. Si el umbral de audición es superior a 20 dB, indica cierto grado de pérdida auditiva.
La pérdida auditiva leve se define como un umbral auditivo de 20 a 40 dB, la pérdida auditiva moderada es de 40 a 70 dB, la pérdida auditiva severa es de 70 a 90 dB, y la pérdida auditiva profunda es de 90 dB o más. El tipo de pérdida auditiva (conductiva, neurosensorial o mixta) también puede determinarse a partir del audiograma.
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¿Qué especialista realiza la audiometría?
Las pruebas de audiometría suelen ser realizadas por un audiólogo, un especialista formado para identificar, medir y tratar la pérdida de audición y los trastornos del equilibrio. Tienen conocimientos avanzados de los sistemas auditivo y vestibular humanos, y están equipados con las habilidades necesarias para realizar una serie de pruebas de diagnóstico, incluida la audiometría.
Un audiólogo puede proporcionar una evaluación y un tratamiento completos de la pérdida de audición, incluida la adaptación y puesta a punto de audífonos. Además de los audiólogos, otros profesionales sanitarios como los otorrinolaringólogos y los logopedas también pueden participar en la evaluación y el tratamiento de los trastornos auditivos.
Preguntas sobre Audiometría


Los expertos hablan sobre Audiometría
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