Sara Corral Álvarez

Sara es cercana, empática, sería y profesional y, a la vez, muy divertida con nuestro hijo ¡Y cuánto lo necesitaba!
El proceso fue muy duro, tuvimos que hacer grandes cambios, tanto nuestro hijo como nosotros pero gracias a su paciencia, a sus pautas y orientaciones y a su implicación, estamos aquí.
No tenemos palabras suficientes de agradecimiento.
¡Seguimos en contacto!

Sara es una gran profesional. Te explica muy bien cómo se va a proceder durante la terapia y es muy eficaz y eficiente durante las sesiones, además de en el logro de objetivos terapéuticos. Es una gran persona que te acepta como eres, ve lo mejor de ti y te ayuda a encontrarlo por ti mismo. Sara te acompaña durante todo el camino del proceso: en los momentos más duros te apoya, y en los momentos más felices y reconfortantes se alegra de corazón por ti. Con ella también te aseguras de que la terapia dura lo que tiene que durar, pues sabe perfectamente cuando los problemas han dejado de limitar tu vida y cuando "soltarte" para que seas independiente y pongas en práctica todo lo aprendido.

Excelente profesional y excelente persona. A mi hija le ha ayudado muchísimo. Buena pero recta. Mil gracias por todo

Que decir de Sara??, todo lo bueno que os podáis imaginar, aparte de ser una profesional 100%, tiene un interior maravilloso, desde el primer momento transmite mucho cariño, comprensión... Tengo 54 años, con una vida llena de dolor, en todos los sentidos, llevo toda mi vida viviendo en la "ESPERA", con respecto a mi matrimonio, 31 años sufriendo de dolores y agotamiento a lo que ahora se que es fibromialgia (y sus otras amigas las enfermedades, porque ella nunca va sola). Cuando mi hijo( fue su paciente con unos resultados maravillosos) me "llevó" a Sara, mi vida simplemente no era vida, el hueco vacío, negro, enorme de mi interior era enorme, vivía completamente en el pasado y en futuro, el presente para mi no existía. Metida una vez mas en la depresión. Sara, con su cariño, su maravillosa sonrisa, con su experiencia poco a poco, pasito a pasito me ha ido llevando hacia el final del túnel, hacia la luz, ha echo que el vacío de mi interior ya no exista. Mis problemas no tienen solución, pero ella ha conseguido que yo viva "EN EL AQUI Y EN EL AHORA". Que viva el día a día según se va presentando. A conseguido que yo ACEPTE, mi enfermedad, a mi marido tal y como es, ACEPTAR, no resignación, que era lo que yo tenia, me había resignado. Son muchas las cosas que ella me ha echo ver poco a poco, y en una persona con fatiga crónica eso no es nada fácil, y con 54 años ya somos un árbol torcido. ACEPTO, VIVO EL DÍA A DÍA, Y YA NO VIVO EN LA ESPERA. Creo que no hace falta decir que la recomiendo 100%. Vivo tranquila y en paz conmigo misma. Conseguir todo esto en alguien de mi edad es muy difícil, ella consiguió lo que otros profesionales no pudieron. Gracias Sara, que Dios te bendiga, te deseo lo mejor de lo mejor.!! No dudéis ni un solo segundo en contactar con ella, a mi hijo y a mi nos cambio la vida. De mi hijo no os cuento nada ya que es mayor de edad, es su vida y su privacidad, pero el echo de que él me llevo con ella lo dice todo. Por cierto, todas mis terapias fueron por spyke. por culpa del covid 19 y los continuos confinamientos.

Recibí un trato excepcional por parte de Sara. Su manera de acogerte, escucharte y trabajar hace que disfrutes de las sesiones. Es un proceso en el cual te sientes acompañado y apoyado. Merece mucho la pena ir a terapia con una profesional como ella porque hace que te sientas bien a cada sesión, aunque trabajes aspectos difíciles consigue que salgas sintiéndote un poco mejor cada día que vas.

Excelente profesional. Conectó perfectamente con mi hija y fue de gran ayuda también para nosotros
La recomendaría sin dudarlo

La experiencia con Sara ha sido excepcional. Desde el primer momento conectó con mi hija y así hasta que hemos finalizado la terapia, con unos resultados excelentes.
Le estoy agradecidísimo del trabajo que ha hecho.

Profesional, cercana y muy comprometida con los pacientes, hace de las sesiones una experiencia transformadora.

Fuimos a ver a Sara porque nuestro hijo Marcos de tres años, a pesar de no tener ningún problema de habla, no era capaz de pronunciar palabra con nadie que no fuésemos o sus padres o su hermana. Nosotros pensábamos que se trataba de un exceso de timidez, pero al llevar 6 meses sin pronunciar una sola palabra en el colegio y al notar a nuestro hijo cada vez más irritable decidimos buscar ayuda. Contactamos con muchísimos «profesionales» en busca de ayuda y fue muy duro tener que escuchar ciertos cometarios y ver que todos ellos le quitaban importancia al asunto. Gracias a Dios, contactamos con Sara en una de las múltiples búsquedas por Internet. Tuvimos una larga conversación por teléfono donde pude explicarle a Sara todo el caso. Jamás olvidaré esa preciosa primera conversación con ella; escuchó todo el caso, se interesó muchísimo y entendió la gravedad del problema. Por fin, habíamos encontrado a la persona que estábamos buscando.
Marcos tenía mutismo selectivo y digo tenía porque, en algo menos de 4 meses, Marcos ha superado ese mutismo de forma sorprenderte, gracias a todo el trabajo que Sara ha hecho con Marcos, con la familia y con el colegio.
Hemos tenido sesiones todas las semanas. Ha estado disponible en todo momento; tanto por correo electrónico como por teléfono. Ha sabido tratar a Marcos desde la primera sesión y consiguió que Marcos hablará con ella desde la segunda sesión. Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia Sara; una gran profesional, una gran persona y desde el día 4 de febrero ( nuestra primera sesión con ella) una de las personas más importantes en la vida de nuestro hijo Marcos y nuestra hija Clara, que también es consciente de este Ángel que apareció en nuestro camino.
Actualmente Marcos es un niño feliz, que se relaciona en todos los contextos como cualquier niño de su edad.
Sara, gracias una y mil veces más...

Fuimos a ver a Sara porque nuestro hijo de 7 años se enfadaba muchísimo. Gritaba, tenía unas rabietas larguísimas hasta que un día nos pegó y pensamos que ya no podíamos controlar más la situación.
Sara trabajó con nosotros y con nuestro hijo. Nos dio muchas pautas y recursos para manejar las situaciones en casa. Pusimos límites y nos “acercamos” más a nuestro hijo. Después de tantos años así, casi parecía nuestro enemigo. Ahora estamos todos bien. Gracias, de corazón, por devolver la tranquilidad y la felicidad a esta casa.