Rosa Chacón Pena

Estudié magisterio con el propósito de acompañar a los niños y las niñas en el despliegue de sus habilidades y en la ayuda en sus dificultades. Sin embargo, sentía que no estaba suficientemente preparada para formar parte de un sistema educativo. Así que al terminar, seguí buscando otras especialidades que tuvieran más sentido para mí, y fui compaginándolo con la tarea profesional en el ámbito de la gestión empresarial .

Mi entrada en 1.998 en integral, centre mèdic i de salut, supuso una reconciliación entre las dos facetas, la gestión empresarial y la voluntad de servicio a las personas.
Pude aportar mi experiencia en gestión, seguir formándome en el campo terapéutico y en mediación, y ofrecer un nuevo servicio de acompañamiento a familias e infancia con dificultades en aprendizaje y también acompañamiento empresarial combinando la intervención sistémica y el asesoramiento en la gestión de equipos de trabajo ( cohesión, resolución de conflictos, complementariedad de talentos,…).

Como madre, además, he vivido la experiencia de lo que significa un “trastorno de aprendizaje”, las etiquetas limitantes, la búsqueda de diagnóstico, el miedo al fracaso escolar, las discrepancias entre profesionales, el temor a errar, la desarmonía familiar, la impotencia ante el sufrimiento, y la necesidad de ser ayudada…

Transformar las dificultades que se han ido presentando en oportunidades de evolución ha sido la clave para el desarrollo del Programa de Atención y Mejora en los Procesos de Aprendizaje (PAMPA).

Un abordaje integral para dar claridad a la situación, actuar desde la conciencia, sacar provecho de las dificultades, respetar los procesos individuales e ir descubriendo y potenciando los propios talentos. No sólo los de los niños y las niñas, sino de los adultos que los acompañan, porque la atención a la infancia es la gran oportunidad para que los adultos nos miremos, nos conectemos con nuestros deseos, sueños, expectativas, miedos, frustraciones, para valorar como andamos de coherencia entre los que sentimos, pensamos, decimos, hacemos… ¡Vaya, un regalo!

Conservando intacta la voluntad de servicio por la que escogí en su día magisterio y con el entusiasmo de haber encontrado la manera de ofrecerlo, acompaño a niños, niñas, madres, padres y a adultos para que aprender sea una experiencia de bienestar, bonita, interesante, satisfactoria…

Consciente de que el aprendizaje no cesa mientras estamos en este mundo, invertir en hacerlo de la manera lo más armoniosa posible me parece un buen plan de acción.

Formación académica: