Tengo un trastorno esquizoide y he leído en libros de psiquiatría que es un trastorno de mal pronóstico

Desde luego que merece la pena tratarlo. En primer lugar, no existe tiempo y dinero mejor invertidos que aquellos que se utilizan para mejorar la salud (física o psicológica). En segundo lugar, el diagnóstico no es más que eso: un diagnóstico. Es decir, un inventario convencional y arbitrario de síntomas que otorgan entidad a quien los cumple, (según el criterio de quien los evalúa, claro). Por lo tanto, no es en modo alguno definitivo. El sujeto con este trastorno habitualmente lleva un modo de vida aislado, sin demasiado interés por otras personas, prefiriendo las actividades solitarias. Es un trastorno de la personalidad, es decir, una manera de ser. Y, como tal, susceptible de modificarse (no de curarse, porque no es una enfermedad). Esa modificación depende en gran parte del paciente. Y, por supuesto que merece la pena modificarla. La recompensa para el afectado es ser más feliz.

En la misma línea de las dos anteriores intervenciones, te animo a no dar mucha importancia a los diagnósticos, y mucho menos a la valoración negativa de su pronóstico. Considero cada paciente, cada persona, un mundo, y lo importante es entender el desarrollo de sus síntomas para poder modificarlos en la medida de lo posible.
Agrego una recomendación, la terapia familiar sistémica es una escuela que podría obtener buenos resultados en psicoterapia con el trastorno esquizoide.
Un saludo

Efectivamente el diagnóstico es sólo una clasificación. Esto no implica que todos los casos sean iguales y muchísimo menos los tratamientos y pronósticos. En el caso de los trastornos de la personalidad, al ser rasgos propios de la persona, lo que hay que evaluar es si éstos son posibilitantes y adaptativos o no en la vida de la persona. Y los que no lo sean, siempre que el paciente quiera y lo considere se pueden trabajar y mejorar. Por lo que el empleo de tiempo y dinero puede ser muy productivo.
El principal inconveniente de este trastorno suele ser que el paciente no quiera tratarse en cierto modo porque no considere que quiera modificar su estado de ninguna forma, no tanto que si lo desea no lo pueda modificar.

Mi opinión se dirige en la línea de lo que han contestado anteriormente diferentes profesionales. Todas ellas me parecen acertadas y estoy completamente de acuerdo en que no ha de dejar que un diagnóstico funcione como una etiqueta inamovible que nos configura sin alternativa posible.
Des de mi enfoque lo único que me dice su diagnóstico es que hay ciertas habilidades que se deberían desarollar y otras que se deberían despotenciar, para ir equilibrando su funcionamiento con sigo mismo y en relación con los demás. El trabajo psicoterapeutico es un aprendizaje, que como otros muchos, le ayudará y enriquecerá como persona, mejorando aquellos aspectos que hoy le generan malestar.