Tengo a mi mamá a quien quiero mucho, pero ahora que soy adulta y madre caí en razón de todos sus de
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Tengo a mi mamá a quien quiero mucho, pero ahora que soy adulta y madre caí en razón de todos sus desprecios, ella no me abrazaba, me veia como competencia y trataba a veces de invalidar todos los triunfos a nivel de mos estudios, yo me esforzaba por ser la hija perfecta para recibir su reconocimiento y su ayuda, la abrazada y besaba y muchos veces recibí un no quiero. Ella todo se lo daba a mi hermana, a mí me dejó sola luchando contra la vida, pagando mis propias cosas, y por más exitosa que fuera ella no me lo premiaba, a mi hermana le dió cursos de idiomas, los cuales dejaba botados y cursos caros, mientras yo aunque quería no me daba nada, a ella le dió computador mientras mi hermana mayor me tuvo que comprar uno y yo comprar el primero con trabajo, a ella le dejo casa y le dejo lo mejor de lo mejor, a ella le ha dado a manos abiertas mientras que yo he tenido que luchar hasta el cansancio para pagar y conseguir lo que quiero. Yo quisiera irme a vivir en el terreno donde ellos viven, y hacer una casa allí, para cuidar de mis padres cuando ancianos, en especial mi papá que si corazón anda algo mal, y con tanto terreno y aún así siendo la propiedad de mi padre, ella no lo permite. Me duele en el alma porque amo a mi papá con todo mi corazón y quisiera que viera a sus nietos crecer, quizá eso incluso le de vida a su corazón y su alma. Y peor lo que madre me hizo en el día de las madres que quería ir a celebrar maternidad con ella, ese día me dijo que no fuera a su casa porque lo iba a celebrar con mi hermana. Me dió rabia colgué la llamada y me fui a celebrar con mi esposo e hijos a un lugar maternidad como me lo merezco, allá ella si no quiere en su vejez disfrutar un rato de sus pequeños nietos. En fin, no sé si a veces visitarla o no, pero me da lástima por mi papá, cuyo amor conmigo siempre ha sido incondicional.
Es comprensible que sientas dolor y una mezcla de sentimientos intensos al reflexionar sobre su trato hacia ti a lo largo de los años. Al crecer y convertirte en madre, has ganado una perspectiva más amplia, y esa comparación entre lo que has vivido y lo que brindas a tus hijos puede hacer aún más evidente la falta de afecto y reconocimiento que te ha marcado. Ese deseo por el reconocimiento de tu madre es muy humano y muestra cuánto has valorado su presencia, aunque te haya resultado difícil recibir ese apoyo o validación que tanto necesitabas.
La situación con tu hermana también parece haber creado una brecha de injusticia, y es natural que sientas tristeza y enojo al ver el trato desigual. En momentos como el del Día de la Madre, que puede ser una ocasión significativa para compartir con ella, la herida se hace más evidente. Ese día encontraste una alternativa, celebrando con tu familia, y es valioso que pudieras darle un giro y disfrutar de tu rol materno sin quedarte atrapada en la decepción. Este paso de redirigir la energía hacia ti misma y tus hijos puede ser una forma de autocuidado que fortalezca tu bienestar.
Respecto a tu padre, su relación parece ser una fuente de apoyo y cariño para ti, y tu deseo de cuidarlo en su vejez refleja el amor y compromiso profundo que sientes hacia él. Es comprensible que desees ver a tus hijos crecer cerca de él y compartir ese espacio con alguien que ha sido una figura de amor incondicional. Esta conexión puede ser una ancla emocional para ti, y quizás priorizar la relación con él, sin necesariamente depender de la relación con tu madre, te ayude a sentir paz.
En cuanto a tu relación con tu madre, es posible que la dinámica entre ustedes no cambie radicalmente, pero puedes encontrar formas de acercarte a ella de una manera que te proteja emocionalmente. La clave puede estar en fijar ciertos límites, eligiendo cuándo y cómo te sientes más segura al interactuar. Estas visitas pueden darse en momentos y contextos en los que te sientas bien, sabiendo que lo haces por ti, por tu padre, o porque es lo que prefieres en ese momento, y no por una expectativa no cumplida de recibir finalmente el afecto o la validación que ella no ha podido darte.
Esta situación es dolorosa, pero también puede darte la oportunidad de enfocar tus energías en construir una relación diferente y satisfactoria con tus propios hijos y en brindarte a ti misma el amor y reconocimiento que mereces.
Un saludo :)
Conchita
La situación con tu hermana también parece haber creado una brecha de injusticia, y es natural que sientas tristeza y enojo al ver el trato desigual. En momentos como el del Día de la Madre, que puede ser una ocasión significativa para compartir con ella, la herida se hace más evidente. Ese día encontraste una alternativa, celebrando con tu familia, y es valioso que pudieras darle un giro y disfrutar de tu rol materno sin quedarte atrapada en la decepción. Este paso de redirigir la energía hacia ti misma y tus hijos puede ser una forma de autocuidado que fortalezca tu bienestar.
Respecto a tu padre, su relación parece ser una fuente de apoyo y cariño para ti, y tu deseo de cuidarlo en su vejez refleja el amor y compromiso profundo que sientes hacia él. Es comprensible que desees ver a tus hijos crecer cerca de él y compartir ese espacio con alguien que ha sido una figura de amor incondicional. Esta conexión puede ser una ancla emocional para ti, y quizás priorizar la relación con él, sin necesariamente depender de la relación con tu madre, te ayude a sentir paz.
En cuanto a tu relación con tu madre, es posible que la dinámica entre ustedes no cambie radicalmente, pero puedes encontrar formas de acercarte a ella de una manera que te proteja emocionalmente. La clave puede estar en fijar ciertos límites, eligiendo cuándo y cómo te sientes más segura al interactuar. Estas visitas pueden darse en momentos y contextos en los que te sientas bien, sabiendo que lo haces por ti, por tu padre, o porque es lo que prefieres en ese momento, y no por una expectativa no cumplida de recibir finalmente el afecto o la validación que ella no ha podido darte.
Esta situación es dolorosa, pero también puede darte la oportunidad de enfocar tus energías en construir una relación diferente y satisfactoria con tus propios hijos y en brindarte a ti misma el amor y reconocimiento que mereces.
Un saludo :)
Conchita
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En primer lugar muchas gracias por compartir tu situación y lamento mucho que hayas tenido que pasar por esa invalidación y sentir ese rechazo por parte de tu madre. Te recomiendo identificar tus necesidades, no actuar en base a lo que siento que "debo hacer" ya que me impongo el acto y si no cumplo con mi exigencia me puedo sentir culpable. Sin embargo, si actúo en base a lo que siento que quiero voy a satisfacer mis necesidades, no habrá una incongruencia entre lo que pienso y lo que hago y resultará más gratificante. Por otro lado, identifica tus expectativas sobre la relación con tus padres, es normal sentir esa frustración y rabia cuando una persona tan importante para mi actúa de manera injusta, trabaja el autocuidado y establecer límites claros en tu relación con tu madre. Cuando pienso en satisfacer las necesidades de los demás y me olvido de las mías entro en conflicto, doy demasiado y me hago codependiente. Valora por qué mantienes una relación con ellos, haz lo que creas que es lo correcto para ti, identifica que reglas quieres implementar en esa relación y si hay alguna cuestión que sea innegociable. Por otro lado poder comunicar como te hacen sentir los comportamientos de la otra persona te ayudará a respetarte y aliviar el malestar. Recuerda que tienes derecho a fijar tus expectativas en lo que corresponde a la relación y que para que esta sea saludable, tus deseos serán escuchados y aceptados. Espero haber podido ayudarte, te mando un fuerte abrazo.
Lamento mucho que estés atravesando por este doloroso conflicto emocional con tu madre. Parece que has vivido una experiencia difícil de no recibir el reconocimiento ni el apoyo que esperabas de ella, lo que ha generado una profunda sensación de injusticia y abandono. Lo que describes son patrones de favoritismo, falta de afecto y validación por parte de tu madre, lo que es comprensible que haya dejado una marca emocional en ti. Esta situación, que a menudo se relaciona con dinámicas familiares disfuncionales, puede ser muy dolorosa, especialmente cuando los sentimientos de amor y el deseo de cuidar a tus padres entran en conflicto con lo que percibes como una falta de reciprocidad o consideración de parte de tu madre.
En primer lugar, es importante validar tus emociones: el dolor, la frustración, la rabia y la tristeza que sientes son completamente comprensibles. Has luchado mucho por obtener el reconocimiento de tu madre, y en muchos momentos, te has sentido sola en esa lucha, lo cual genera una herida emocional profunda. El hecho de que hayas tenido que enfrentarte a la vida de manera más independiente mientras veías que a tu hermana se le daban oportunidades y recursos, puede haber generado un sentimiento de abandono y desigualdad que, en tu caso, se ha intensificado con el paso del tiempo.
Tu deseo de cuidar a tu papá y brindarles a tus hijos la oportunidad de estar cerca de él es muy noble y refleja un amor profundo. El problema es que esta situación está entrelazada con el dolor de no sentirte aceptada o valorada por tu madre, lo que genera una contradicción interna. A lo largo de los años, las expectativas que tienes sobre tu madre y las heridas que esa relación te ha dejado son muy difíciles de resolver, sobre todo cuando parece que ella sigue manteniendo una postura distante o despectiva hacia ti.
Es normal que te cueste decidir si visitarla o no. La relación con una madre que ha sido emocionalmente distante o que ha favorecido a otro hijo puede hacerte sentir confundida sobre cómo manejar los vínculos familiares. Tal vez puedas empezar a reflexionar sobre lo siguiente: **¿Qué es lo que realmente necesitas para sanar?** Puede ser que busques, en lo más profundo, la validación y el cariño que nunca recibiste de ella, pero es importante saber que, aunque esa validación puede ser sana, también es fundamental que no te sigas sacrificando emocionalmente por una relación que te sigue causando más dolor que paz.
Considera también que el amor que tienes por tu padre y tus hijos es algo independiente de lo que tu madre decida hacer o no. Tú puedes brindarles cariño y apoyo, y aunque no puedas controlar lo que tu madre haga, tienes el derecho de crear la familia y los espacios donde encuentras paz y satisfacción emocional. Si en algún momento decides hacerle una visita a tu madre, tal vez podría ser útil hablar de manera honesta sobre tus sentimientos, pero también estar preparada para la posibilidad de que no obtengas la respuesta que esperas, lo que no debería hacerte sentir menos valiosa o merecedora de amor.
El perdón hacia tu madre y el proceso de sanar las heridas familiares lleva tiempo y esfuerzo, y a veces significa que, aunque sigues amando a tu madre, es necesario establecer ciertos límites para proteger tu bienestar emocional. No hay una respuesta única sobre si debes o no visitarla, pero sí es importante que tu bienestar emocional no dependa de la aceptación o el trato de ella. Considera la posibilidad de hablar con un terapeuta que pueda ayudarte a procesar esta situación, entender las dinámicas familiares disfuncionales y encontrar formas de sanar.
Recuerda que tu valor no depende de lo que otros te den, sino de lo que tú te permitas recibir de ti misma y de las relaciones que genuinamente te suman.
Te envío un abrazo lleno de comprensión.
En primer lugar, es importante validar tus emociones: el dolor, la frustración, la rabia y la tristeza que sientes son completamente comprensibles. Has luchado mucho por obtener el reconocimiento de tu madre, y en muchos momentos, te has sentido sola en esa lucha, lo cual genera una herida emocional profunda. El hecho de que hayas tenido que enfrentarte a la vida de manera más independiente mientras veías que a tu hermana se le daban oportunidades y recursos, puede haber generado un sentimiento de abandono y desigualdad que, en tu caso, se ha intensificado con el paso del tiempo.
Tu deseo de cuidar a tu papá y brindarles a tus hijos la oportunidad de estar cerca de él es muy noble y refleja un amor profundo. El problema es que esta situación está entrelazada con el dolor de no sentirte aceptada o valorada por tu madre, lo que genera una contradicción interna. A lo largo de los años, las expectativas que tienes sobre tu madre y las heridas que esa relación te ha dejado son muy difíciles de resolver, sobre todo cuando parece que ella sigue manteniendo una postura distante o despectiva hacia ti.
Es normal que te cueste decidir si visitarla o no. La relación con una madre que ha sido emocionalmente distante o que ha favorecido a otro hijo puede hacerte sentir confundida sobre cómo manejar los vínculos familiares. Tal vez puedas empezar a reflexionar sobre lo siguiente: **¿Qué es lo que realmente necesitas para sanar?** Puede ser que busques, en lo más profundo, la validación y el cariño que nunca recibiste de ella, pero es importante saber que, aunque esa validación puede ser sana, también es fundamental que no te sigas sacrificando emocionalmente por una relación que te sigue causando más dolor que paz.
Considera también que el amor que tienes por tu padre y tus hijos es algo independiente de lo que tu madre decida hacer o no. Tú puedes brindarles cariño y apoyo, y aunque no puedas controlar lo que tu madre haga, tienes el derecho de crear la familia y los espacios donde encuentras paz y satisfacción emocional. Si en algún momento decides hacerle una visita a tu madre, tal vez podría ser útil hablar de manera honesta sobre tus sentimientos, pero también estar preparada para la posibilidad de que no obtengas la respuesta que esperas, lo que no debería hacerte sentir menos valiosa o merecedora de amor.
El perdón hacia tu madre y el proceso de sanar las heridas familiares lleva tiempo y esfuerzo, y a veces significa que, aunque sigues amando a tu madre, es necesario establecer ciertos límites para proteger tu bienestar emocional. No hay una respuesta única sobre si debes o no visitarla, pero sí es importante que tu bienestar emocional no dependa de la aceptación o el trato de ella. Considera la posibilidad de hablar con un terapeuta que pueda ayudarte a procesar esta situación, entender las dinámicas familiares disfuncionales y encontrar formas de sanar.
Recuerda que tu valor no depende de lo que otros te den, sino de lo que tú te permitas recibir de ti misma y de las relaciones que genuinamente te suman.
Te envío un abrazo lleno de comprensión.
Lamento mucho el dolor que te causa esta situación tan compleja con tu madre y entiendo lo difícil que es cuando, siendo adulta y madre, tomas consciencia de las heridas de tu propia infancia. Es completamente natural que desees el amor y reconocimiento de tu madre, así como también querer cuidar a tu padre, cuyo cariño siempre has sentido cercano. Sin embargo, a veces, por mucho que anhelemos recibir el afecto de alguien importante para nosotros, nos encontramos con limitaciones emocionales en esa persona que no podemos cambiar.
Podría ser útil enfocarte en poner límites sanos para proteger tu bienestar emocional, sin necesidad de renunciar a tu vínculo con tu padre. También podrías plantearte nuevas maneras de manejar tu relación con tu madre, que te permitan cuidar de ti misma y al mismo tiempo acercarte a tu padre. Aceptar las limitaciones de tu madre puede ser un proceso doloroso pero liberador, ya que te da la oportunidad de centrarte en tu propia vida y construir relaciones en las que puedas experimentar reciprocidad y respeto. Celebrar los momentos que compartes con tu esposo e hijos, donde encuentras amor y apoyo, puede ayudarte a fortalecer tu bienestar. Además, hablar con un profesional podría brindarte un espacio seguro para explorar tus sentimientos y encontrar herramientas emocionales que te permitan manejar esta relación de una forma que te haga sentir en paz. Espero haberte podido ayudar, independientemente, si lo consideras necesario, busca ayuda de un profesional para comenzar a trabajar con todo ello. Un saludo!
Podría ser útil enfocarte en poner límites sanos para proteger tu bienestar emocional, sin necesidad de renunciar a tu vínculo con tu padre. También podrías plantearte nuevas maneras de manejar tu relación con tu madre, que te permitan cuidar de ti misma y al mismo tiempo acercarte a tu padre. Aceptar las limitaciones de tu madre puede ser un proceso doloroso pero liberador, ya que te da la oportunidad de centrarte en tu propia vida y construir relaciones en las que puedas experimentar reciprocidad y respeto. Celebrar los momentos que compartes con tu esposo e hijos, donde encuentras amor y apoyo, puede ayudarte a fortalecer tu bienestar. Además, hablar con un profesional podría brindarte un espacio seguro para explorar tus sentimientos y encontrar herramientas emocionales que te permitan manejar esta relación de una forma que te haga sentir en paz. Espero haberte podido ayudar, independientemente, si lo consideras necesario, busca ayuda de un profesional para comenzar a trabajar con todo ello. Un saludo!
Hola, entiendo cuánto dolor y frustración puede generar una situación así, sobre todo cuando has hecho tantos esfuerzos por lograr una relación cercana con tu mamá y ves que las muestras de afecto y apoyo no han sido recíprocas. Es normal que, como madre y adulta, ahora tengas una perspectiva más clara sobre la relación que han tenido y que te sientas herida al recordar esos momentos difíciles.
El deseo de estar cerca de tu papá y que tus hijos lo disfruten es algo muy valioso. A veces, en situaciones familiares complicadas, poner límites saludables puede ayudarte a proteger tu bienestar emocional sin renunciar a tu cariño hacia ellos. Podrías considerar alternativas para visitar a tu papá o pasar tiempo con él y tus hijos en un entorno donde te sientas cómoda y valorada.
Recuerda que, por mucho que queramos cambiar una relación, el bienestar de cada uno también es importante. Si sientes que necesitas seguir explorando cómo gestionar este vínculo de forma más saludable para ti, estoy aquí para orientarte.
El deseo de estar cerca de tu papá y que tus hijos lo disfruten es algo muy valioso. A veces, en situaciones familiares complicadas, poner límites saludables puede ayudarte a proteger tu bienestar emocional sin renunciar a tu cariño hacia ellos. Podrías considerar alternativas para visitar a tu papá o pasar tiempo con él y tus hijos en un entorno donde te sientas cómoda y valorada.
Recuerda que, por mucho que queramos cambiar una relación, el bienestar de cada uno también es importante. Si sientes que necesitas seguir explorando cómo gestionar este vínculo de forma más saludable para ti, estoy aquí para orientarte.
Lidiar con una relación complicada con un padre, especialmente una madre, puede ser profundamente doloroso, sobre todo cuando hay una percepción de trato desigual. Es completamente válido que sientas frustración, tristeza y hasta enojo al reflexionar sobre lo que has vivido. A pesar de todo, es admirable que mantengas un amor y un compromiso hacia tu familia, especialmente hacia tu padre, y que estés buscando el mejor camino para manejar esta situación. Es importante que te permitas sentir lo que surja sin juzgarte. Es normal que estos recuerdos y experiencias generen una mezcla de emociones, desde rabia hasta tristeza. Reconocerlas es un primer paso para procesarlas. Puedes querer mantener una relación con tu madre, pero es fundamental proteger tu bienestar emocional. Establecer límites no significa cortar el contacto, sino decidir en qué situaciones estás dispuesta a interactuar y cuáles prefieres evitar para cuidar tu estabilidad. Hablar con un terapeuta te puede ayudar a explorar y procesar las dinámicas familiares que te han afectado. La terapia puede ofrecerte herramientas para manejar tus emociones y establecer límites sin culpa, permitiéndote navegar esta situación con mayor claridad y paz.
Hola, siento mucho lo que has vivido y el dolor que esto pueda seguirte causando. Por lo que leo, describes una experiencia muy compleja y entiendo que ha tenido que ser duro de atravesar. Desear el amor y la validación de tu mamá puede llegar a convertirse en una dinámica dolorosa, que muchas veces deja heridas y lesiones psicológicas que afectan tanto tu autoestima como la manera en que relacionas con otras personas y contigo misma.
Es admirable tu fortaleza y todo lo que has logrado a pesar de no recibir el apoyo y el afecto que merecías. Que hayas salido adelante por tus propios medios es testimonio de tu capacidad y de la resiliencia que has construido.
Me permito darte unas recomendaciones que pueden acercarte a experimentar tranquilidad en esta situación.
-Pon límites emocionales: Aunque la relación con tu mamá ha sido dolorosa, es posible tener contacto con ella sin permitir que eso te lastime constantemente. Podrías limitar el tiempo que pasas con ella, o intentar interactuar con ella solo cuando tu papá esté presente, de manera que puedas disfrutar de él sin exponerte demasiado a sus actitudes negativas.
-Reconocer y liberar el resentimiento: El resentimiento es comprensible en este caso, pero a la larga puede hacerte más daño a ti misma. Es importante perdonar aunque ahora mismo te resulte difícil, pero sí es útil ir trabajando en soltar el enojo poco a poco. Tal vez en algún momento, hablar de esto con un terapeuta podría ayudarte a procesar mejor tus emociones y a reducir el peso de esta carga emocional.
-Redefinir tu valor propio y tus logros: Parte del dolor viene de no haber recibido el reconocimiento que merecías por tus logros. Date a ti misma ese reconocimiento y deja que tus logros sean fuente de orgullo propio, no necesites que otros lo validen. Estás construyendo una vida exitosa y amorosa por ti misma y para tu familia; eso es inmenso.
Por último, me gustaría recomendarte que esto lo trabajes con un terapeuta que pueda acompañarte en este proceso.
Es admirable tu fortaleza y todo lo que has logrado a pesar de no recibir el apoyo y el afecto que merecías. Que hayas salido adelante por tus propios medios es testimonio de tu capacidad y de la resiliencia que has construido.
Me permito darte unas recomendaciones que pueden acercarte a experimentar tranquilidad en esta situación.
-Pon límites emocionales: Aunque la relación con tu mamá ha sido dolorosa, es posible tener contacto con ella sin permitir que eso te lastime constantemente. Podrías limitar el tiempo que pasas con ella, o intentar interactuar con ella solo cuando tu papá esté presente, de manera que puedas disfrutar de él sin exponerte demasiado a sus actitudes negativas.
-Reconocer y liberar el resentimiento: El resentimiento es comprensible en este caso, pero a la larga puede hacerte más daño a ti misma. Es importante perdonar aunque ahora mismo te resulte difícil, pero sí es útil ir trabajando en soltar el enojo poco a poco. Tal vez en algún momento, hablar de esto con un terapeuta podría ayudarte a procesar mejor tus emociones y a reducir el peso de esta carga emocional.
-Redefinir tu valor propio y tus logros: Parte del dolor viene de no haber recibido el reconocimiento que merecías por tus logros. Date a ti misma ese reconocimiento y deja que tus logros sean fuente de orgullo propio, no necesites que otros lo validen. Estás construyendo una vida exitosa y amorosa por ti misma y para tu familia; eso es inmenso.
Por último, me gustaría recomendarte que esto lo trabajes con un terapeuta que pueda acompañarte en este proceso.
Creo que es un tema que debes abordar en terapia ya que genera mucho sufrimiento.
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