Si una persona padece anorexia pero no reconoce la enfermedad ni pide ayuda, al ser mayor de edad se

A no ser que cumpla los criterios de hospitalización, obligarla es complicado. Trata de que vea las ventajas de resolver su problema.

En efecto, la mayoría de edad nos da derecho a nuestra autodeterminación y por tanto a cometer nuestros propios errores. De todas formas, que no reconozca abiertamente su enfermedad no significa que no sienta sus consecuencias tanto físicas como emocionales. No se trata de obligar a nadie, pero tal vez a través de lo que le rodea, de sus amigos y familia, sí podáis acercaros a ella y explicarle vuestras preocupaciones, hacerle ver lo que haya podido cambiar en ella y sobre todo: hacerle sentir vuestra cercanía afectiva, sin reproches ni exigencias para el momento en el que se sienta capaz de pedir ayuda.

A nadie que tiene más de 18-21 años se le puede obligar a nada.
Sólo por incapacidad judicial o por vía judicial más forense.
Aunque cueste entenderlo, es justo y razonable.
Pero, se puede dialogar con la persona para intentar que se avenga a un tratamiento.
Ya no estamos en la edad media y una persona tiene derecho a estar enferma y no querer ayuda.

Las personas que sufren anorexia no creen estar enfermas ahí que rechazan el tratamiento de la anorexia pero suelen estar dispuestas a acudir a un/una especialista en psicología para tratar el malestar que sienten en sus relaciones sociales o familiares. Ese puede ser el camino. Intentenlo.

Obligar a una persona a realizar un tratamiento que no desea es complicado e ilegal, sólo bajo un índice de masa corporal muy bajo su hospitalización sería obligatoria.
Hablar con ella, intentar que reflexione sobre cómo la anorexia está afectando a su vida. Como familiar, acudir al psicólogo para dotarle de estrategias de afrontamiento, pueden ayudar a que la persona tome conciencia y quiera seguir un tratamiento.

Hola buenos días. Comprendo su angustia. La única vía es por incapacidad judicial, en caso de que su vida esté en peligro, bien por padecer un IMC muy bajo o por sufrir síntomas físicos de riesgo, tipo arritmias, pérdidas de conciencia o intentos de suicidio. Desde mi experiencia se debe evitar siempre que sea posible llegar a esa vía judicial. Quizá como persona cercana podría intentar un acercamiento a ella por una vía diferente. Si no reconoce la Anorexia, que suele ser bastante frecuente, no hable de ese tema, pero seguramente habrá observado otros cambios en ella, verla más aislada, nerviosa, irascible, con un estado de tristeza o melancolía, distante de la familia o de los amigos, o extremadamente encerrada en su cuarto tratamiento de lograr unos resultados académicos perfectos, generando así un estado de angustia y preocupación continúa. Acérquese a través de estos cambios, haciendo hincapié en como la ve sufrir por ello y ofrezcase a acompañarle a un psicólogo cognitivo conductual a probar para que le de herramientas para que ella pueda manejar esos síntomas. Desde ahí será más fácil que pueda admitir ayuda, al no sentirse atacada ni juzgada por la alimentación. Una vez pida esta ayuda el terapeuta, a ser posible especializado en Anorexia y en terapia cognitivo conductual y EMDR , sabrá como ayudarle a ir reconociendo el problema de la comida. No obligue, no pelee, no fuerce, sólo busque aquel síntoma emocional que pueda ayudar a su hija, y muy sutilmente pregúntele sobre como le hace sentir eso, escuchela y hecho eso podrá orientarle a buscar ayuda. Suerte. Un saludo

Difícil, está el asunto legal que ya han citado los colegas, y está el que a nadie nos gusta escuchar lo que no queremos oír, y a un anoréxico si le empiezas a hablar de comida saldrá corriendo porque tiene su propia visión del tema y ya han intentado hacerle cambiar muchas veces. Pero... a lo mejor resulta que tú vas a un nutricionista maravilloso que te ha puesto una dieta sanísima con la que te sientes divinamente... siembra, sin insistir, tal vez recojas. Por algún sitio hay que tratar de empezar, después vendrá el análisis afectivo... Un saludo.