Resfriado que duró un poco mas de la cuenta con taponamiento de oidos, al durar éste mas de lo yo te
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Resfriado que duró un poco mas de la cuenta con taponamiento de oidos, al durar éste mas de lo yo tenia establecido como normal , se me relacionó la idea de que yo estaba alargando o provocando la mayor duracion del resfriado, que yo era el culpable de la congestión y de taponamiento de oido, al intentar mejorar tuve dias y semanas de frustación por no poder escapar de esa idea, con el temor de que pensando asi, se hiciese cronico el resfriado y el oido, como no mejoras al instante, son dias de frustación y de creer que jamas saldras de ese estado, ahora recuperado de la congestion y el oido, queda el miedo, mentalmente no acepto la recuperación, mi cabeza esta como alerta por si vuelve o lo tengo, pues el resfriado fue 85% ansiedad y mal pensar, sin síntomas de enfermedad física, queda como miedo o sensación de no haber salido 100%, eso es lo que mas miedo me da ahora, quitar esa idea enquistada de no haber salido 100% del resfriado, aun no teniendo sintomas , es como si mi yo sano no se pudiese instalar, llevo 1 mes asi.
Lo que describes es una experiencia común cuando la ansiedad y los pensamientos recurrentes toman protagonismo durante y después de un malestar físico. Aunque ya no tengas síntomas físicos claros, parece que tu mente sigue en "modo alerta", enfocada en la posibilidad de recaer o en no sentirte completamente recuperado. Esto puede ser agotador, pero tiene solución con el enfoque adecuado.Tu preocupación es válida, pero también lo es tu capacidad de superar esto. Date tiempo y permítete sentirte vulnerable. SI necesitas más orientación, aquí estoy para ayudarte.
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Es importante no buscar reasegurarte constantemente, ya que esto refuerza la ansiedad y el ciclo de la hipocondría. Aunque no tengas síntomas físicos, tu mente sigue alerta, lo cual es común en estos casos.
Trabaja en aceptar que la recuperación no significa perfección inmediata. Practica técnicas de relajación y distracción para desviar la atención del cuerpo. Si sientes miedo, recuerda que es solo ansiedad y no una señal real. Busca apoyo terapéutico para trabajar en la tolerancia a la incertidumbre y reducir la necesidad de comprobar constantemente tu estado de salud.
Trabaja en aceptar que la recuperación no significa perfección inmediata. Practica técnicas de relajación y distracción para desviar la atención del cuerpo. Si sientes miedo, recuerda que es solo ansiedad y no una señal real. Busca apoyo terapéutico para trabajar en la tolerancia a la incertidumbre y reducir la necesidad de comprobar constantemente tu estado de salud.
Lo que describes parece estar relacionado con un estado de hipervigilancia y ansiedad residual tras haber pasado un episodio de malestar físico. Este fenómeno es bastante común y puede explicarse por cómo la ansiedad puede amplificar la percepción de síntomas físicos, incluso después de que el cuerpo se ha recuperado. Es como si tu mente estuviera "atrapada" en el miedo.
La preocupación constante por tu estado físico puede hacer que cualquier sensación corporal se amplifique y sea percibida como un posible síntoma. Al temer que no has salido "al 100%", estás más pendiente de tu cuerpo, lo que refuerza el miedo y perpetúa la sensación de alerta. Es habitual que, después de una experiencia desagradable, la mente se quede en un estado de alerta preventiva, intentando protegerte de que se repita.
Qué puedes hacer: Reconoce que este estado de alerta es parte de tu recuperación mental. No intentes luchar contra él; simplemente obsérvalo sin juzgarlo. Intenta enfocar tu atención en actividades que disfrutes, como hacer ejercicio suave, leer o practicar meditación. Reducir el enfoque en tu cuerpo ayudará a disminuir la hipervigilancia. Cuando surja la idea de que "no estás del todo recuperado", pregúntate: ¿Qué pruebas tengo de esto? ¿Estoy basando mi preocupación en hechos o en suposiciones?
Si estas sensaciones persisten y afectan tu calidad de vida, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental. Un psicólogo puede ayudarte a trabajar en la raíz del miedo y en estrategias para gestionarlo. Si tienes cualquier duda estoy aquí para escucharte.
La preocupación constante por tu estado físico puede hacer que cualquier sensación corporal se amplifique y sea percibida como un posible síntoma. Al temer que no has salido "al 100%", estás más pendiente de tu cuerpo, lo que refuerza el miedo y perpetúa la sensación de alerta. Es habitual que, después de una experiencia desagradable, la mente se quede en un estado de alerta preventiva, intentando protegerte de que se repita.
Qué puedes hacer: Reconoce que este estado de alerta es parte de tu recuperación mental. No intentes luchar contra él; simplemente obsérvalo sin juzgarlo. Intenta enfocar tu atención en actividades que disfrutes, como hacer ejercicio suave, leer o practicar meditación. Reducir el enfoque en tu cuerpo ayudará a disminuir la hipervigilancia. Cuando surja la idea de que "no estás del todo recuperado", pregúntate: ¿Qué pruebas tengo de esto? ¿Estoy basando mi preocupación en hechos o en suposiciones?
Si estas sensaciones persisten y afectan tu calidad de vida, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental. Un psicólogo puede ayudarte a trabajar en la raíz del miedo y en estrategias para gestionarlo. Si tienes cualquier duda estoy aquí para escucharte.
Sientes un miedo muy grande a qué te Vuelva a pasar lo mismo, pero esto no tiene porque volver passar.
Con ayuda lo conseguirás.
Un saludo
Con ayuda lo conseguirás.
Un saludo
Lo que describes parece estar relacionado con un proceso en el que tus pensamientos sobre el resfriado y la recuperación están generando una tensión continua, incluso cuando los síntomas físicos ya han desaparecido. La mente tiende a aferrarse a ciertas ideas o temores, y en tu caso, eso parece estar dificultando la aceptación de la recuperación completa. Esto es algo que es común cuando la ansiedad se mezcla con la percepción de nuestra salud y bienestar.
Lo que sucede aquí no es tanto que debas cambiar esos pensamientos, sino más bien aprender a relacionarte con ellos de una manera diferente. En lugar de luchar contra esos pensamientos de miedo o de no estar completamente recuperado, el enfoque es permitirte experimentarlos, sin dejar que definan tu bienestar. Es decir, es posible que sigas teniendo ciertos pensamientos, pero el objetivo es que no te controlen ni te impidan disfrutar de la vida tal y como es en el presente.
Sin embargo, este tipo de trabajo puede ser desafiante hacerlo por cuenta propia. La ansiedad y los miedos que describes pueden haberte atrapado en un ciclo difícil de romper, y para ello, puede ser útil contar con el apoyo de un terapeuta que te acompañe en este proceso. Un profesional con experiencia en este enfoque podrá ayudarte a entender mejor estos patrones y trabajar contigo para que puedas avanzar hacia una mayor paz mental, sin quedarte atrapado en el miedo o la preocupación. Estoy a su disposición si lo necesita. Un saludo.
Lo que sucede aquí no es tanto que debas cambiar esos pensamientos, sino más bien aprender a relacionarte con ellos de una manera diferente. En lugar de luchar contra esos pensamientos de miedo o de no estar completamente recuperado, el enfoque es permitirte experimentarlos, sin dejar que definan tu bienestar. Es decir, es posible que sigas teniendo ciertos pensamientos, pero el objetivo es que no te controlen ni te impidan disfrutar de la vida tal y como es en el presente.
Sin embargo, este tipo de trabajo puede ser desafiante hacerlo por cuenta propia. La ansiedad y los miedos que describes pueden haberte atrapado en un ciclo difícil de romper, y para ello, puede ser útil contar con el apoyo de un terapeuta que te acompañe en este proceso. Un profesional con experiencia en este enfoque podrá ayudarte a entender mejor estos patrones y trabajar contigo para que puedas avanzar hacia una mayor paz mental, sin quedarte atrapado en el miedo o la preocupación. Estoy a su disposición si lo necesita. Un saludo.
Lamento que estés atravesando esta situación tan angustiante. Lo que describes parece ser un ciclo de ansiedad relacionado con la percepción de tu salud, donde el miedo y los pensamientos recurrentes han prolongado la sensación de malestar incluso después de la recuperación física. Esto es común cuando la mente se queda atrapada en un estado de hipervigilancia, interpretando cualquier sensación corporal como una posible recaída. Para romper este ciclo, es importante trabajar en aceptar tu recuperación y reducir la atención constante hacia tu cuerpo. Primero, reconoce que tus síntomas actuales son más resultado de la ansiedad que de una enfermedad física. Practica técnicas de respiración profunda y mindfulness para calmar tu sistema nervioso y ayudarte a redirigir tu atención hacia el presente. Cada vez que aparezca la idea de que no estás recuperado al 100%, intenta observar ese pensamiento sin reaccionar ni luchar contra él, recordándote que tu cuerpo está sano y que este temor es solo una respuesta automática de tu mente. Además, sería muy beneficioso hablar con un terapeuta especializado en ansiedad. La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudarte a desafiar estas creencias de manera efectiva y a trabajar en las estrategias necesarias para recuperar la sensación de normalidad.
Lo que te ocurre es un ciclo de ansiedad que te hace dudar de tu recuperación, aunque físicamente estés bien. Las ideas obsesivas refuerzan esa sensación de “no estar al 100%”. Es importante aceptar que no siempre se puede sentir un bienestar absoluto y dejar de buscar señales de síntomas. Si persiste la angustia, hablar con un psicólogo podría ayudarte a manejar mejor esos pensamientos y reducir el miedo.
Lo que describes parece estar relacionado con ansiedad y pensamientos obsesivos. Aunque ya no tengas síntomas físicos, el miedo persiste porque tu mente sigue enfocada en la posibilidad de recaída. Practica técnicas de relajación y distracción para reducir esta hipervigilancia, y considera acudir a un profesional para trabajar en la gestión de la ansiedad y los pensamientos recurrentes.
Entiendo lo frustrante y angustiante que debe haber sido este proceso. Lo que describes refleja cómo nuestra mente y emociones pueden influir significativamente en cómo percibimos y vivimos los síntomas físicos, incluso cuando ya no existen de manera tangible. La ansiedad y el miedo a que los síntomas regresen pueden mantenernos atrapados en un ciclo de preocupación constante, lo cual hace más difícil experimentar una recuperación completa y tranquila.
Es muy común que las personas, al enfrentar situaciones de salud que no mejoran tan rápido como esperaban, empiecen a desarrollar pensamientos negativos o catastróficos, como la idea de que algo no está "completamente curado". Este tipo de pensamientos puede generar más ansiedad y prolongar el malestar, aunque físicamente ya no haya síntomas.
Lo primero es validar que tu cuerpo, al haber superado la congestión y el taponamiento, ya ha sanado. Sin embargo, es totalmente comprensible que los pensamientos y miedos sobre el regreso de los síntomas o la idea de no haber salido "100%" del malestar puedan persistir. Estos miedos son parte de un proceso psicológico que podemos abordar y trabajar para liberar la mente y reducir la ansiedad.
Te recomendaría considerar la posibilidad de buscar apoyo psicológico para aprender herramientas que pueden ser efectivas para cambiar patrones de pensamiento negativos y aprender a gestionar las preocupaciones sobre la salud de una manera más saludable y constructiva.
Es posible recuperar la paz mental y aceptar que tu cuerpo ya está bien. La terapia puede ser un espacio útil para sanar también desde lo emocional, y conseguir que te sientas más tranquilo y seguro en tu bienestar.
Es muy común que las personas, al enfrentar situaciones de salud que no mejoran tan rápido como esperaban, empiecen a desarrollar pensamientos negativos o catastróficos, como la idea de que algo no está "completamente curado". Este tipo de pensamientos puede generar más ansiedad y prolongar el malestar, aunque físicamente ya no haya síntomas.
Lo primero es validar que tu cuerpo, al haber superado la congestión y el taponamiento, ya ha sanado. Sin embargo, es totalmente comprensible que los pensamientos y miedos sobre el regreso de los síntomas o la idea de no haber salido "100%" del malestar puedan persistir. Estos miedos son parte de un proceso psicológico que podemos abordar y trabajar para liberar la mente y reducir la ansiedad.
Te recomendaría considerar la posibilidad de buscar apoyo psicológico para aprender herramientas que pueden ser efectivas para cambiar patrones de pensamiento negativos y aprender a gestionar las preocupaciones sobre la salud de una manera más saludable y constructiva.
Es posible recuperar la paz mental y aceptar que tu cuerpo ya está bien. La terapia puede ser un espacio útil para sanar también desde lo emocional, y conseguir que te sientas más tranquilo y seguro en tu bienestar.
Lo que describes es una experiencia común cuando la ansiedad se mezcla con una enfermedad física, como un resfriado. La mente juega un papel fundamental en cómo experimentamos el malestar físico, y el miedo de no haberte recuperado completamente o de que los síntomas regresen puede convertirse en una preocupación constante, incluso cuando no hay síntomas evidentes.
Este tipo de pensamiento es lo que se conoce como ansiedad por la salud o hipocondría cuando se enfoca en la preocupación excesiva por enfermedades físicas, incluso cuando no hay señales claras de que haya un problema. En tu caso, la frustración y el miedo de que el resfriado o el taponamiento de oído puedan volver, a pesar de estar físicamente recuperado, pueden estar alimentando ese ciclo de preocupación.
Aquí hay algunas ideas para abordar lo que estás viviendo:
Aceptar la recuperación: Aunque es natural sentirse inquieto después de una experiencia prolongada con un malestar físico, el primer paso es reconocer que, aunque la mente puede seguir asociando el malestar con la enfermedad, el cuerpo ya ha sanado. El proceso de sanación puede llevar tiempo para tu mente, pero es importante recordar que no todo lo que sentimos está relacionado con un síntoma físico real.
Reemplazar los pensamientos ansiosos: La ansiedad tiende a alimentarse de pensamientos catastróficos, como la idea de que algo malo volverá a suceder. Un ejercicio útil podría ser identificar estos pensamientos y reemplazarlos por afirmaciones más realistas y tranquilizadoras, como "Ya me he recuperado físicamente y mi cuerpo está sano", o "Aunque me siento inseguro, no hay evidencia de que el resfriado regrese".
Mindfulness y relajación: El mindfulness (atención plena) puede ser muy útil para alejarse de los pensamientos intrusivos. Practicar respiraciones profundas, relajación muscular progresiva o meditación puede ayudarte a reducir el nivel de ansiedad y a recalibrar la mente, permitiéndote volver a conectar con tu bienestar físico sin la constante preocupación por la salud.
Este tipo de pensamiento es lo que se conoce como ansiedad por la salud o hipocondría cuando se enfoca en la preocupación excesiva por enfermedades físicas, incluso cuando no hay señales claras de que haya un problema. En tu caso, la frustración y el miedo de que el resfriado o el taponamiento de oído puedan volver, a pesar de estar físicamente recuperado, pueden estar alimentando ese ciclo de preocupación.
Aquí hay algunas ideas para abordar lo que estás viviendo:
Aceptar la recuperación: Aunque es natural sentirse inquieto después de una experiencia prolongada con un malestar físico, el primer paso es reconocer que, aunque la mente puede seguir asociando el malestar con la enfermedad, el cuerpo ya ha sanado. El proceso de sanación puede llevar tiempo para tu mente, pero es importante recordar que no todo lo que sentimos está relacionado con un síntoma físico real.
Reemplazar los pensamientos ansiosos: La ansiedad tiende a alimentarse de pensamientos catastróficos, como la idea de que algo malo volverá a suceder. Un ejercicio útil podría ser identificar estos pensamientos y reemplazarlos por afirmaciones más realistas y tranquilizadoras, como "Ya me he recuperado físicamente y mi cuerpo está sano", o "Aunque me siento inseguro, no hay evidencia de que el resfriado regrese".
Mindfulness y relajación: El mindfulness (atención plena) puede ser muy útil para alejarse de los pensamientos intrusivos. Practicar respiraciones profundas, relajación muscular progresiva o meditación puede ayudarte a reducir el nivel de ansiedad y a recalibrar la mente, permitiéndote volver a conectar con tu bienestar físico sin la constante preocupación por la salud.
Buenas tardes. En tu caso sería recomendable trabajar en psicoterapia individual los síntomas de ansiedad que comentas, concretamente abordar la manera que tienes de relaciónarte con tus pensamientos respecto a la salud, y cómo estos influyen en tu cuerpo y viceversa. A veces pensamos que los pensamientos tienen más poder del que realmente tienen, y por esto mismo, les otorgamos poder y acaban afectándonos, pero en gran parte se debe a una sugestión subconsciente. El trabajo terapéutico con esta sintomatología, si la persona se involucra, da muy buenos resultados y los síntomas remiten relativamente rápido. Espero haber podido ayudar.
Expertos
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