Por qué es importante llamar las cosas por su nombre cuando hablas de un trauma? Me da miedo nombrar

Hola,
A veces, poner palabras hacia lo que uno siente, ayuda a calmar la angustia. Sin embargo, no siempre es tan así. En este ejemplo que traes, creo que la parte importante a escuchar, es el miedo que viene asociado a esa palabra. Hay palabras que para uno tienen una intensidad emocional importante, no tanto por la palabra en sí, sino por lo que viene asociado, en la medida que se va pensando el por qué, y se trabaja sobre ello, estas suelen perder intensidad.
Sobre ello, en un espacio de terapia se puede pensar.
Si lo deseas, puedes escribirme.
Un saludo cálido,
Laura.

Gracias por tu pregunta. El miedo es la emoción más natural cuando hablamos de trauma. Es importante poder hablar de lo ocurrido para reprocesar la información, ya que muchas veces hay partes de la historia traumática que quedan bloqueadas. Lo que para mi es fundamental, es realizar todo este proceso tan complejo de la mano de un terapeuta especializado. Un abrazo!

Hola, es una duda muy lógica.

Nombrar un trauma puede ser una experiencia aterradora y difícil. Sin embargo, hay varias razones por las que es importante hacerlo, especialmente cuando estás tratando de superar un evento traumático:

Validación y Reconocimiento: Nombrar el trauma valida tus experiencias y emociones. Al ponerle un nombre al dolor que sientes, estás reconociendo que lo que ocurrió fue real y que tus sentimientos son legítimos.

Comprender y Procesar: Hablar sobre el trauma de manera honesta y específica puede ayudarte a entender mejor lo que ocurrió y cómo te afectó. Al nombrarlo, puedes empezar a procesar los eventos y las emociones asociadas, lo que es fundamental para sanar.

Comunicación Efectiva: Al nombrar el trauma, puedes comunicar de manera más clara tus sentimientos y pensamientos a las personas cercanas a ti o a tu terapeuta. Esto facilita la comprensión mutua y el apoyo que puedas necesitar.

Reducción de la Vergüenza y el Estigma: Nombrar el trauma puede ayudar a reducir la vergüenza y el estigma que a menudo están asociados con las experiencias traumáticas. Al darte cuenta de que no estás solo/a y que otras personas han pasado por situaciones similares, puedes empezar a liberarte de la carga emocional que llevas.

Empoderamiento: Enfrentar y nombrar el trauma puede darte un sentido de control y empoderamiento sobre tu propia historia. Puede ser el primer paso para recuperar el control sobre tu vida y trabajar hacia la curación.

Es natural sentir miedo al hablar de un trauma, pero ten en cuenta que es un proceso gradual y puedes avanzar a tu propio ritmo. Un terapeuta capacitado puede proporcionarte un entorno seguro y de apoyo para explorar tus sentimientos y experiencias. Si sientes temor, es importante comunicarlo a tu terapeuta; ellos pueden ayudarte a abordar estos miedos de una manera que te sientas cómodo/a y seguro/a :)

¡Hola! Es verdad que la palabra 'trauma' impone un poco sólo con decirla. Esas connotaciones negativas van en aumento cada vez que aparece, porque el miedo que te genera no ha tenido exposición y crece en tus pensamiento. Realmente trabajar el trauma es un proceso difícil y doloroso, sin embargo es muy esclarecedor y realizado con una ayuda técnica, te puede ayudar a liberar todo ese miedo acumulado y te proporcionará otro punto de vista diferente y mucho más sano de la situación que ha creado ese momento traumático. Yo te animo a que escuches ese miedo y le acompañes para solventar lo que te causa malestar. Mucha fuerza.

Entiendo que hablar de un trauma puede ser aterrador y doloroso. Nombrar las cosas por su nombre en este contexto es importante por que ayuda a identificar y expresar las emociones asociadas y este puede ser el primer paso hacia la curación. Al nombrar lo que has experimentado, estás reconociendo su existencia y permitiéndote confrontarlo.
Además, hablar de un trauma de manera honesta y abierta puede facilitar la comunicación con otros. El lenguaje preciso ayuda a transmitir tus experiencias de manera más clara, lo que puede llevar a un mejor entendimiento y apoyo por parte de quienes te rodean.
Recuerda que es un proceso gradual y puedes tomarte el tiempo que necesites. No estás solo/a, y buscar apoyo puede marcar la diferencia en tu camino hacia la curación.

Hola! La respuesta a tu pregunta es depende. Lo que suele ocurrir cuando hemos vivido situaciones traumáticas es que nuestra manera de gestionarlas es tratar de evitar recordarlo o pensarlo a toda costa, sin darnos cuenta de que cuanto más hacemos esto, peor nos sentimos y peor lo pasamos a largo plazo, porque realmente es prácticamente inevitable que cosas de la vida diaria no nos lo recuerde o nos haga pensarlo. Esto acaba provocando que nuestra vida quede muy limitada, más de lo que ya estaba por haber vivido aquello traumático. Llamar las cosas por su nombre puede ser beneficioso porque significaría que abandonas esa estrategia de evitarlo a toda costa que no te está funcionando. Pero esto tiene un matiz importante: no es exponerte a eso sin más, sino que llamar a las cosas por su nombre tiene que tener un sentido para ti. Puede ser relacionarte mejor con otras personas, ser más cariñoso/a con tu pareja, salir a la calle para hacer tu vida normalmente, etc. la lista puede ser muy larga y eso depende de lo que es importante para ti.

Espero haberte ayudado. Un saludo!

Hola,
Para enfrentarse a un trauma, el primer paso en ponerle nombre. Lo contrario es no afrontar, evitación del problema. Sino somos capaces de ponerle nombre va ser difícil avanzar,

Estimado: en parte coincido contigo. Hay técnicas actualmente orientadas a destapar traumas de manera brutal, sin más. Eso muchas veces no suele repercutir favorablemente en la salud de quien consulta. Una terapia bien orientada, a mi parecer, debería considerar el trauma como esas heridas que nos constituyen, pero bajo ningún punto de vista exponerlas ni descubrirlas...

Creo que todas las personas vivimos la vida con nuestras heridas a cuestas, muchas de ellas aún no han cicatrizado y nos duelen más de la cuenta. Sin embargo también es cierto que nuestras heridas nos movilizan y nos llevan a querer ser mejores...

Considero que la relación de cada persona con sus traumas es una relación compleja y que lleva mucho tiempo y trabajo a una persona aprender a convivir con aquello que no puede cambiar de su historia y le gustaría que haya sido diferente.

Espero que mi comentario haya sido de ayuda para ti.

Te envío un afectuoso saludo.

Hola, poner nombre a la experiencia que te traumatizó, cuando llegue el momento, te va a poder permitir sentir que en vez de ser un tsunami, quizás fue una ola muy grande y que te asustó mucho. Es decir, es algo un poco más manejable y en lo que tú puedes tener cierto margen de maniobra para poder resituarte.
Ese proceso de poder nombrarlo es importante que esté acompañado por un profesional de la psicología o por un psiquiatra psicoanalista, ya que si te saltas el trabajo previo de poder comprender qué papel juega en tu vida esa experiencia, etc.; no vas a poder avanzar.
No sé si estás trabajándolo en este momento, pero si te interesa que te acompañe, podemos trabajar de manera telefónica, presencial y/u online.
Un saludo,
Paul

Es importante llamar las cosas por su nombre al hablar de un trauma porque proporciona validación emocional, claridad y comprensión sobre las experiencias vividas. Al nombrar el trauma, se da un paso hacia la sanación al enfrentarlo de frente y comenzar el proceso de aceptación y recuperación emocional. Además, permite una comunicación efectiva con profesionales de la salud mental, amigos y familiares, facilitando la búsqueda de apoyo y comprensión. Nombrar el trauma desafía el estigma y la vergüenza que a menudo lo rodean, promoviendo una cultura de apertura y aceptación sobre estas experiencias. Sin embargo, hablar sobre un trauma puede ser difícil y provocar emociones intensas. Si te sientes abrumado o asustado, es importante buscar apoyo de un profesional de la salud mental, quien puede ayudarte a explorar tus sentimientos de manera segura y compasiva.

Hola, habitualmente las vivencias que definimos como un trauma, tienen en común que la persona que lo sufrió, busca evitar el contacto tanto con el recuerdo de la experiencia como con las palabras relacionadas con ella, situaciones similares que recuerdan a ese momento etc. Esta estrategia en el corto plazo, permite a la persona que vivió ese suceso, sobrevivir y seguir adelante. No obstante, las evitaciones relacionadas con el suceso traumático, es habitual que interfieran en la vida de esa persona, por ejemplo, siéndole muy difícil ir a determinados lugares o vivir determinadas experiencias. También puede interferir, a través de recuerdos intrusivos, en forma de imágenes o pensamientos sobre suceso ocurrido, que desencadenan terror en la persona que lo sufre.
De esta forma, un mecanismo que, a corto plazo, resulta funcional, a medio/largo plazo se vuelve disfuncional. La manera de revertir ese recorrido, es el afrontamiento de los elementos que rodean a la situación traumática. De esta forma, se busca que la persona pueda vivir con la mayor libertad posible, sin que el pasado, se siga apoderando del presente y del futuro. No obstante, es clave en primer lugar dotar de recursos previos para afrontar la exposición a elementos relacionados con el trauma y establecer una progresión de acercamiento a los diferentes elementos que lo rodean, de manera que la exposición no sea perjudicial para la persona. Una exposición perjudicial puede darse si la intervención se realiza de manera prematura, en un momento en que no se disponen de los recursos suficientes o se expone a la persona a un elemento con una intensidad demasiado fuerte respecto al momento en el que se encuentra el/la consultante.