Mi hija de casi 4, no quiere saber nada con el inodoro, hace ya 8 meses que controla a la perfeccion

Hola! gracias por compartir tu pregunta, Lo que describes es una situación bastante común en el proceso de control de esfínteres. Aunque tu hija es independiente y madura en muchos aspectos, el paso de usar el pañal o el lavamanos al inodoro puede generar cierta resistencia o ansiedad, sobre todo después de un accidente como el que tuvo en el jardín. Es fundamental validar sus emociones, hacerle saber que lo que siente es normal y que los accidentes ocurren a veces. Puedes explicarle que es parte del proceso de aprender, sin que se sienta avergonzada. Además, sería útil crear un entorno donde se sienta segura, acompañándola si es necesario al baño, y utilizar el juego simbólico para introducir el uso del inodoro de manera divertida y sin presión. Reforzar positivamente cualquier pequeño avance, sin castigarla o hacer énfasis en los retrocesos, ayudará a que el cambio sea menos estresante para ella. Puedes también proponerle transiciones graduales, como permitirle usar el pañal en el inodoro si eso le da más seguridad al principio. La clave es mantener la paciencia y no esperar cambios rápidos, ya que cada niño tiene su propio ritmo. Si notas que este miedo comienza a afectar otras áreas de su vida, como la interacción social o su confianza en sí misma, podría ser útil consultar con un especialista infantil para un apoyo más específico.

Acude a terapia con un psicólogo infantil, para que puedan ofrecerte asesoramiento para gestionar esta situación y poder hacer un acompañamiento emocional frente a esta situación.
Un saludo

Hola. Seria interesante averiguar por que no queire el baño. En base a eso se podrían hacer muchas cosas, pero hay que recoger más información. Ir a consulta os puede venir muy bien. Un saludo

Gracias por compartir lo que estás viviendo con tu hija. Entiendo que esta situación te esté preocupando, ya que parece que ella ha logrado un buen control de esfínteres pero aún no ha hecho la transición completa al inodoro, y ahora la situación del accidente en el jardín ha añadido una capa de complejidad.

Primero, quiero felicitarte por no haber presionado a tu hija en este proceso, ya que es muy importante que los niños se sientan seguros y acompañados en estos momentos de cambio. La transición del pañal al inodoro no siempre es lineal, y cada niño lo experimenta a su propio ritmo, incluso los que son más maduros e independientes como describes a tu hija.

Es bastante común que los niños presenten resistencias al uso del inodoro por diversas razones. En el caso de tu hija, el hecho de que pida el pañal para hacer caca y prefiera el lavamanos para hacer pis puede estar relacionado con una necesidad de control y seguridad en un entorno que ella domina y conoce bien. Para ella, el pañal y el lavamanos son opciones seguras, mientras que el inodoro puede generar algún tipo de incomodidad o temor, especialmente si ha tenido una experiencia negativa, como el accidente en el jardín.

Ese accidente parece haber generado una preocupación adicional en ella, lo que es completamente comprensible. A los casi 4 años, los niños comienzan a desarrollar una mayor conciencia social y emocional, y es posible que el hecho de haberse hecho pis en el jardín la haya puesto en una situación incómoda que teme repetir. Este miedo puede estar amplificando su negativa a usar el inodoro, ya que ahora asocia el baño con la posibilidad de tener otro accidente.

Aquí algunos pasos que podrían ayudarte a guiarla suavemente en este proceso:

-Normaliza el accidente: Recuérdale que los accidentes son algo común, y que le puede pasar a cualquiera. Evitar que sienta vergüenza o ansiedad por lo sucedido es clave. Puedes decirle algo como: "Es normal que a veces pase, todos aprendemos poco a poco y a veces tenemos accidentes, y está bien".

-Crea un ambiente relajado en el baño: Asegúrate de que el baño sea un lugar cómodo y accesible para ella. Si aún no lo tienes, podrías añadir una sillita adaptadora para el inodoro y un escalón que le permita subir y sentirse segura sentada. Quizás sienta que el inodoro es grande o poco controlable para ella. También puedes decorarlo o hacer que lleve un juguete o un libro que le guste, para que se sienta más cómoda y tranquila mientras está allí.

-Involúcrala en la elección: Hazla partícipe del proceso. Por ejemplo, podrían ir juntas a elegir un asiento especial para el inodoro o una ropa interior que le guste mucho y que pueda asociar con "ser grande". Cuando los niños sienten que tienen algo de control en el proceso, es más probable que se sientan cómodos avanzando.

-Refuerza los pequeños pasos: Si ella acepta simplemente estar en el baño, o sentarse en el inodoro por un momento, aunque no haga nada, elógiala y refuerza su esfuerzo. Puedes decirle algo como "¡Qué bien que estás sentada en el inodoro, es un gran paso!". La idea es que se sienta valorada por sus intentos, sin presión por el resultado.

-Ofrece opciones y respeta su ritmo: Si ella aún quiere usar el pañal para hacer caca, está bien permitirlo mientras poco a poco la animas a usar el inodoro, quizás estableciendo una meta suave: "Podemos usar el pañal por ahora, pero vamos a intentarlo en el inodoro la próxima vez, ¿te parece?".

-Reforzadores positivos: Algunos padres encuentran útil utilizar recompensas simbólicas, como una tabla de stickers, donde cada vez que use el inodoro o haga un esfuerzo hacia esa meta, ella pueda ganar un sticker o algún refuerzo positivo que le motive.
Espero haberle ayudado, para lo que necesites puedes pedir cita, un fuerte abrazo!

Parece que tu hija está experimentando ansiedad respecto al uso del inodoro, lo cual es común a su edad. Como ya tiene control sobre sus esfínteres, el obstáculo es emocional. Puedes intentar abordar esto de manera lúdica, sin presionarla, presentando el inodoro como algo positivo (con cuentos, juegos o hasta un "inodoro especial"). Refuerza cada pequeño intento sin forzarla. También es clave escuchar sus miedos sobre el accidente y darle seguridad, recordándole que es normal equivocarse. Si la situación no mejora o afecta mucho su día a día, consultar con un especialista en desarrollo infantil podría ser útil.

Este problema de rechazo del inodoro cuando llega el menor a conseguir el control de esfínteres, crea mucho desasosiego en los padres pero no es difícil de tratar. De hecho, no se necesitan demasiadas sesiones para conseguir que se siente en el baño. La terapia se centra, sobre todo, en los padres. Se realiza un evaluación pormenorizada del caso y se les instruye para que puedan conseguir que su hijo/a pierda el miedo al inodoro o cualquier miedo relacionado con este proceso.
Deben ponerse en manos de un profesional que les guiará y les hará de soporte emocional.¡Ánimo!

Es común que algunos niños, a pesar de haber aprendido a controlar sus esfínteres, enfrenten dificultades para usar el inodoro. En el caso de tu hija, parece que hay un miedo o ansiedad asociada al uso del baño, especialmente después del accidente que tuvo en el jardín. Este tipo de situaciones pueden generar un rechazo hacia el inodoro, ya que los niños a menudo no pueden expresar sus emociones de manera verbal. Intenta hacer que el baño sea un lugar más atractivo. Puedes decorarlo con colores o personajes que le gusten, o incluso permitirle llevar un libro o juguete que le guste mientras está en el inodoro. Es importante que tu hija sienta que tiene el control. Puedes ofrecerle opciones, como elegir entre un inodoro o un orinal, o permitirle que decida cuándo quiere intentar usar el baño. Aunque los niños pequeños a veces tienen dificultades para expresar sus sentimientos, puedes intentar hablar con ella sobre lo que siente. Pregúntale qué le preocupa del inodoro y escúchala con atención. Como mencionaste, nunca la han presionado, y es crucial continuar con esta estrategia. La presión puede aumentar su ansiedad y hacer que se resista aún más. A veces, ver a otros usar el inodoro puede ayudar. Si es posible, puedes permitir que ella vea a un hermano mayor o a un adulto usar el baño, para que entienda que es algo normal y seguro. Si la situación no mejora, podría ser útil consultar a un pediatra o a un psicólogo especializado en desarrollo infantil para obtener más orientación. La paciencia y el apoyo emocional son clave en este proceso. Para lo que necesites. Un abrazo.

Entiendo tu preocupación. Es normal que algunos niños, a pesar de haber aprendido a controlar sus esfínteres, tengan resistencias hacia el inodoro. A veces, puede haber un evento que les cause ansiedad, como el accidente que mencionas en el jardín, que hace que se sientan inseguros.
Te propongo algunas indicaciones que pueden ser de utilidad:

Crear un entorno positivo: Intenta hacer que el inodoro sea un lugar divertido o cómodo. Puedes decorarlo con pegatinas, usar un escalón o un adaptador que le ayude a sentirse segura.

Explorar alternativas: Como ha utilizado pañales para hacer caca, podrías considerar un orinal portátil o un asiento para el inodoro que le dé más confianza.

Hablar sobre sus miedos: Pregúntale cómo se siente respecto al inodoro y al accidente. Escucharla puede ayudarla a sentirse más comprendida y menos ansiosa.

Modelar el comportamiento: Si es posible, permite que vea a otros niños o a ti usando el inodoro de manera casual, para normalizar la experiencia.

Evitar la presión: Sigue ofreciendo el inodoro sin forzarla. La presión puede aumentar su resistencia. Celebra cualquier pequeño progreso que haga, incluso si no es el resultado que esperabas.

Rutina y calma: Establecer una rutina regular para ir al baño puede ayudar a que se sienta más segura. La calma y la paciencia son clave.

Si la situación persiste y afecta su bienestar emocional, considerar consultar con un pediatra o un especialista en desarrollo infantil podría ser útil. Tu apoyo y comprensión son fundamentales en este proceso. Aquí estoy si necesitas más orientación.

Parece que tu hija ha alcanzado un buen desarrollo en cuanto al control de esfínteres, pero es posible que aún necesite más tiempo para sentirse cómoda con el inodoro. La transición puede ser un proceso gradual, y a veces los accidentes, como el que mencionas en el jardín, pueden generar inseguridades. Es importante hacer aproximaciones suaves y respetuosas para que se sienta segura.

Te sugiero que sigas brindándole opciones y que, sin presionarla, refuerces las experiencias positivas cercanas al inodoro. Quizás podrías permitirle familiarizarse con el baño de manera más lúdica o usando un adaptador que le dé más confianza.

Si necesitas más orientación sobre cómo manejar esta situación, no dudes en contactarme para trabajar juntos en soluciones personalizadas.