Mi abuela de 100 años lleva dos meses con trastornos del sueño y casi no duerme. Además se encuentra

Llamativa la longevidad de tu abuela. Considero que debe ser evaluada por un profesional de la psicología y de la neurología. En los pacientes ancianos de avanzada edad es muy favorable tener en cuenta en esta problemática si padecen algún tipo de demencia que podría explicar el trastorno del sueño, así como toda su historial clínico tanto de salud mental como física.

Lo habitual es que conforme un sujeto empieza a envejecer la fase del sueño lento se reduce, siendo aumentada la del sueño ligero, lo cual hace el sueño sea menos reparador y da lugar a más agotamiento durante el día que da lugar a inadecuadas siestas, hay que valorar en consulta que los horarios del sueño sean los más regulares posibles. En un sugerente estudio de EEUU, queda patente que sólo un 57,7% de los médicos relizaban historiales del sueño detallados y minuciosos de los pacientes ancianos afectados por trastornos del sueño. Tenlo en cuenta, es relevante. Un saludo.

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El sueño es algo que suele empeorar con la edad. Si ahora, ademas está teniendo pesadillas, puede que tenga alguna preocupación que le esté afectando al sueño. También, los cambios en la medicación pueden llevar como efecto secundario problemas de sueño, hasta que el cuerpo se adapta.
Un estudio del sueño detallado, realizado por neurólogos y psicólogos, seguro que os dan más pistas. Además de un repaso a las últimas medicaciones incorporadas o dosis cambiadas.

Estoy de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente por mis colegas de profesión, ya poco más añadiría.
Solo decirle a sus familiares y/o cuidadoras/es que se pongan en sus "zapatos", en su lugar, con más empatía que nunca. Estar ahí para acompañar en lo que desee (hablar, callar, dormir, estar despierta...).
Por muy lejos que pudiese estar, su proceso vital se acerca al final y ella, consciente o inconscientemente, lo sabe o lo percibe. Por tanto lo más importante es acompañar y respetar su dignidad hasta el momento final. A veces el solo acto de presencia es suficiente. Mirarla. Otras sostenerle la mano o darle una caricia o un beso.
Estos actos tan aparentemente sencillos pueden tener incluso mejor efecto que muchos psicofármacos. Bien es verdad que es preciso saber cómo le gusta a su abuela ser tratada, si prefiere afecto, cómo, de quién, en qué momentos.
Recuerden que no vale afecto fingido. O es genuino de corazón a corazón,o mejor no ofrecérselo.
Lograrán su tranquilidad.