La pérdida de olfato y gusto durante varios años, sin respuesta a diferentes tratamientos, predice

Hay muchas causas de pérdida de olfato (y del gusto) que deben descartarse antes. Sí es cierto que existe una asociación entre disminución de olfato y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y, más claras aún, con el Parkinson (meses o años antes de que empiecen los síntomas motores como temblor y falta de movilidad).

Aunque no existen demasiadas publicaciones científicas al respecto, la pérdida de olfato puede ir asociada a deterioro cognitivo. Si se observan cambios de comportamiento, olvidos muy frecuentes, mala planificación de la actividad, mi consejo es acudir a un especialista que pueda realizar una evaluación cognitiva apropiada.
Un neuropsicólogo puede ayudarte a determinar si hay que preocuparse o no y establecerás así una línea base para poder analizar la evolución de esos fallos, si los hay.

En lo que se refiere al olfato, hay bastantes investigaciones que indican una asociación entre pérdida de olfato y perdida de memoria, sobre todo en la demencia tipo Azheimer". De hecho, las últimas investigaciones refieren que 10 años antes de que una persona sea diagnosticada de dicha demencia, ya manifiesta pérdida olfativa. Esto ocurre principalmente porque, cuando olemos algo, la información olfativa entra en nuestro cerebro a través del bulbo olfatorio y de ahí pasa a la corteza entorrinal, donde se procesa no solo el olor sino la experiencia asociada a ese olor (el recuerdo que nos queda de ese olor). Por ello, a medida que se pierde el olfato, se pierde también el recuerdo.

Tal y como comenta Marisa Fernández, desde la neuropsicología se habla de una posible asociación entre la pérdida de olfato y enfermedades de tipo neurodegenerativo. Pese a que existen expertos que hablan de ello, y alguna publicación, no tiene porqué ir siempre asociado.
Lo principal ante esos signos es la valoración de un neurólogo que descarte otro tipo de enfermedades y en caso de existir algún síntoma neuropsicológico, como la pérdida de memoria de manera precoz o fuera de lo común, poder realizar una valoración neuropsicológica con controles anuales que descarten una involución cognitiva.