Hola, tengo 18 años y voy al psicólogo y psiquiatra de la seguridad social, hoy con mi psicóloga hem
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Hola, tengo 18 años y voy al psicólogo y psiquiatra de la seguridad social, hoy con mi psicóloga hemos hablado de la pelea que tuve con mi madre que termino pegándome y yo yéndome de casa esa noche, al contarte todo a la psicóloga hemos llegado a la conclusión de que mi madre no tiene estabilidad emocional y no se que hacer para que deje de repercutirme a mi, estoy en recuperación de depresión, ansiedad, autolesiones y tca. Tengo tlp y no puedo más, no se que más hacer, he intentado hablar con ella mil veces de forma tranquila pero siempre acaba ella gritándome e insultando, hasta pegándome.
Antes que nada darte las gracias por compartir lo que te sucede. Entiendo que estás pasando por una situación difícil y dolorosa. Es importante reconocer que estas dificultades no solo te afectan a ti, sino también a tu relación con tu madre. Mi enfoque es sistémico, lo que significa que podemos empezar trabajando juntas contigo para entender cómo te sientes y cómo manejar estas emociones y situaciones. Más adelante, podríamos incluir a tu madre, si ambas están de acuerdo, para trabajar en mejorar su comunicación y construir una relación más saludable. Estoy aquí para apoyarte en este proceso a tu ritmo.
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La verdad es que no tienes que hacer nada, el que lo tiene que hacer es tu pareja. Entiendo que es una persona celosa. Aconséjale que vaya al psicólogo.
Hola. Primero, quiero agradecerte por abrirte y compartir lo que estás viviendo. No es fácil enfrentar una situación así, y estás demostrando mucha valentía al buscar soluciones y apoyo mientras lidias con tantas cosas. Entiendo lo difícil que debe ser manejar todo esto mientras trabajas en tu recuperación. Apóyate mucho en tu psicóloga y tu psiquiatra. Es natural que te sientas agotada, pero es importante priorizarte a ti misma. Eres valiosa, y tu bienestar importa muchísimo. Abrazo
Hola, tu malestar y preocupación son muy comprensibles. Parece una situación muy delicada y compleja que no puede resolverse de forma fácil ni rápida a través de este medio. Estas circunstancias que describes no fomentan ni favorecen tu equilibrio emocional, más bien al revés. Lo único que podría decirte es que aproveches el tratamiento con tus terapeutas y comprender que tú no podrás cambiar a tu madre, solo tienes margen sobre ti. Busca la ayuda que necesites para cuidarte, protegerte y encontrar la mejor forma de sobrellevar esta situación.
Buenos días. Lamento que estés pasando por esa situación. Lo cierto es que parece un escenario complejo que debería estudiarse en profundidad antes de invitarte a tomar determinadas decisiones. A corto plazo, si tienes posibilidad de pasar algunos días de la semana en casa de algún familiar o amigo podría ayudarte de cara a no estar expuesto/a a esos conflictos todos los días. A largo plazo, si vuestra relación es tan conflictiva te recomendaría que trates de independizarte tan pronto puedas para encontrar un poco de tranquilidad en tu día a día. En la interacción con ella trata de evitar la confrontación directa y aquellas situaciones que sabes que detonan el conflicto. Te animo a seguir trabajando con tu psicóloga y tu psiquiatra para que te ayuden en este momento complicado de tu vida, y te animo a pensar que esta situación pasará tarde o temprano, y que hay que tener la vista puesta en el futuro, tus planes y tus ilusiones. Muchos ánimos.
Hola:
Para tratar con personas con inestabilidad emocional, se recomienda no discutir con ellas. Hablarles siempre de forma calmada y asertiva, buscando momentos de calma para tratar de uno en uno los temas que tengáis que resolver. Céntrate en ti misma sobretodo para tomar decisiones sobre tu vida. Enhorabuena por tu recuperación. Cada pasito cuenta.
Para tratar con personas con inestabilidad emocional, se recomienda no discutir con ellas. Hablarles siempre de forma calmada y asertiva, buscando momentos de calma para tratar de uno en uno los temas que tengáis que resolver. Céntrate en ti misma sobretodo para tomar decisiones sobre tu vida. Enhorabuena por tu recuperación. Cada pasito cuenta.
Buenas tardes. Primero de todo, siento mucho que estés pasando por esta situación tan dolorosa. Tal y como te dice tu psicóloga, parece que tu madre no es estable emocionalmente. Sin embargo, tú como hijo o hija no deberías estar sufriendo las repercusiones de su inestabilidad y es evidente que esta situación está provocándote mucho dolor y terribles consecuencias psicológicas y físicas. No sé cual debe ser tu situación económica, pero creo que la mejor solución debería ser alejarte de ella en cuanto puedas para empezar a cuidarte de ti y, más adelante, valorar si es posible retomar la relación con seguridad. Espero haberte ayudado y que todo empiece a mejorar. Un saludo.
Lamento mucho que estés pasando por esta situación tan complicada. Es admirable que estés buscando ayuda y tomando pasos hacia tu recuperación, eso demuestra una gran fortaleza. Enfrentarte a una dinámica familiar tan conflictiva mientras trabajas en tu salud mental puede ser abrumador. Aquí hay algunas ideas que podrían ayudarte:
1. Prioriza tu seguridad
Si en algún momento sientes que tu integridad física o emocional está en riesgo, es importante que busques un lugar seguro donde puedas resguardarte. Esto puede ser la casa de un familiar de confianza, un amigo, o incluso contactar con servicios sociales.
Si tu madre vuelve a agredirte físicamente, no dudes en pedir ayuda llamando a emergencias o contactando con un servicio de apoyo local.
2. Considera límites claros
Aunque sea difícil, establecer límites con tu madre podría ayudarte a proteger tu salud mental. Por ejemplo, puedes decidir evitar ciertas conversaciones que suelen acabar en discusiones o retirarte de una situación antes de que escale.
Si sientes que es imposible hablar con ella sin que termine en insultos o gritos, podrías optar por escribirle una carta. A veces, la comunicación escrita permite expresar tus sentimientos sin la inmediatez de una confrontación.
3. Apóyate en tu red y profesionales
Habla con tu psicóloga y psiquiatra sobre estrategias específicas para manejar esta relación. Es posible que puedan proporcionarte herramientas para gestionar tus emociones en estas interacciones.
Si tienes familiares, amigos o personas de confianza, compárteles tu situación. Ellos podrían brindarte apoyo emocional o incluso ayudarte a buscar soluciones prácticas.
4. Busca recursos externos
En España, hay organizaciones como Fundación ANAR o el teléfono 116 111, donde puedes recibir orientación específica para jóvenes en situaciones difíciles.
También podrías contactar con los Servicios Sociales de tu zona. Ellos pueden evaluar tu situación familiar y ofrecerte apoyo o alternativas si vivir con tu madre no es seguro o beneficioso para ti.
5. Trabaja en tu independencia
Aunque pueda llevar tiempo, intenta planificar poco a poco una salida a largo plazo. Esto puede incluir buscar empleo, estudiar para ser independiente o explorar opciones de vivienda, como pisos compartidos o ayudas sociales.
Es importante recordar que no estás sola en esto. Lo que estás viviendo no es tu culpa, y tienes todo el derecho a protegerte y priorizar tu bienestar. Aunque la situación con tu madre no cambie de inmediato, con apoyo y estrategias adecuadas puedes construir una vida donde su inestabilidad no te afecte tanto.
1. Prioriza tu seguridad
Si en algún momento sientes que tu integridad física o emocional está en riesgo, es importante que busques un lugar seguro donde puedas resguardarte. Esto puede ser la casa de un familiar de confianza, un amigo, o incluso contactar con servicios sociales.
Si tu madre vuelve a agredirte físicamente, no dudes en pedir ayuda llamando a emergencias o contactando con un servicio de apoyo local.
2. Considera límites claros
Aunque sea difícil, establecer límites con tu madre podría ayudarte a proteger tu salud mental. Por ejemplo, puedes decidir evitar ciertas conversaciones que suelen acabar en discusiones o retirarte de una situación antes de que escale.
Si sientes que es imposible hablar con ella sin que termine en insultos o gritos, podrías optar por escribirle una carta. A veces, la comunicación escrita permite expresar tus sentimientos sin la inmediatez de una confrontación.
3. Apóyate en tu red y profesionales
Habla con tu psicóloga y psiquiatra sobre estrategias específicas para manejar esta relación. Es posible que puedan proporcionarte herramientas para gestionar tus emociones en estas interacciones.
Si tienes familiares, amigos o personas de confianza, compárteles tu situación. Ellos podrían brindarte apoyo emocional o incluso ayudarte a buscar soluciones prácticas.
4. Busca recursos externos
En España, hay organizaciones como Fundación ANAR o el teléfono 116 111, donde puedes recibir orientación específica para jóvenes en situaciones difíciles.
También podrías contactar con los Servicios Sociales de tu zona. Ellos pueden evaluar tu situación familiar y ofrecerte apoyo o alternativas si vivir con tu madre no es seguro o beneficioso para ti.
5. Trabaja en tu independencia
Aunque pueda llevar tiempo, intenta planificar poco a poco una salida a largo plazo. Esto puede incluir buscar empleo, estudiar para ser independiente o explorar opciones de vivienda, como pisos compartidos o ayudas sociales.
Es importante recordar que no estás sola en esto. Lo que estás viviendo no es tu culpa, y tienes todo el derecho a protegerte y priorizar tu bienestar. Aunque la situación con tu madre no cambie de inmediato, con apoyo y estrategias adecuadas puedes construir una vida donde su inestabilidad no te afecte tanto.
Hola. Siento mucho la situación por la que estás pasando. Lo primero que se me ocurre preguntarte es si en el trabajo que realizas con el psicólogo también forma parte tu madre. Quiero decir, si tu madre está siendo participe de la terapia y el psicólogo está trabajando con ella también. Por lo que puedo percibir de lo que comentas, sería esencial hacer un trabajo conjunto y analizar la situación entre todas las partes. Si no es tu caso, te recomendaría que hablases con tu psicólogo para intentarlo y si no buscar uno que trate de trabajar en la situación de manera más amplia. Te mando un abrazo y mis mejores deseos en estos momentos complicados.
Lamento profundamente que estés pasando por todo esto. No es nada fácil estar en una situación tan dolorosa, especialmente cuando se trata de algo tan cercano y crucial como tu relación con tu madre. Lo que describes, ese ciclo de peleas, gritos e incluso violencia física, tiene que ser extremadamente desgastante y traumático. Más aún cuando estás trabajando tan duro en tu salud mental y tratando de salir adelante con la depresión, ansiedad y otros retos emocionales. Es completamente comprensible que sientas que estás llegando a tu límite.
Primero que todo, quiero que sepas que lo que estás viviendo no es tu culpa. Nadie debería estar en un entorno donde se siente agredido emocionalmente o físicamente. La violencia, sea verbal o física, nunca está justificada, y menos en el contexto de una madre-hija, que se supone debe ser una relación de amor, apoyo y confianza. Reconocer que tu madre tiene dificultades emocionales, como mencionas, puede ser un paso importante, pero eso no justifica que te trate de esa manera. Tu salud y bienestar son lo primero.
Es completamente natural que, aunque hayas intentado hablar con ella en varias ocasiones, no veas el cambio. Las personas que tienen dificultades emocionales, como parece ser el caso de tu madre, a menudo no tienen la capacidad de gestionar sus propias emociones de manera saludable, lo que puede hacer que la comunicación sea aún más difícil y que, en lugar de encontrar una solución, te encuentres atrapada en un ciclo de conflictos. Además, cuando alguien es incapaz de manejar sus propios sentimientos, la tendencia a reaccionar con gritos o agresión puede ser una forma de desahogar su frustración, aunque, por supuesto, eso no significa que sea aceptable ni que tú tengas que soportarlo.
Lo que quiero que sepas es que no estás sola en esto. Aunque ahora pueda parecer que no hay salida, estás haciendo un trabajo valioso al estar en terapia y en tratamiento. El hecho de que estés en tratamiento tanto con psicóloga como con psiquiatra es un paso muy importante para tu recuperación. La situación con tu madre es muy compleja, pero quiero que sepas que tienes derecho a buscar un entorno que te cuide y te respete. Esto no significa que abandones a tu madre o que no la quieras, pero sí significa que debes protegerte a ti misma para poder sanar.
Sé que es difícil, pero necesitas poner límites muy firmes para cuidar de ti. Es posible que tu madre no esté en un lugar donde pueda entender o aceptar esos límites en este momento, y eso puede ser muy doloroso. A veces, el amor que sentimos por alguien nos lleva a querer salvarlos o arreglarlos, pero también tenemos que reconocer que solo podemos controlar lo que hacemos nosotros mismos, y no lo que hacen los demás.
Quizá una de las cosas más difíciles de aceptar es que tú no puedes cambiar a tu madre. Ella tiene que querer cambiar, y si no lo hace, tu responsabilidad sigue siendo cuidar de ti misma. De hecho, este tipo de situaciones pueden ser un obstáculo para tu proceso de sanación, por lo que tu prioridad debe ser crear un espacio seguro, incluso si eso significa mantener una distancia temporal con ella o buscar vivir en un lugar donde no te sientas amenazada.
Te sugiero que, además de continuar con tu terapia, hables con tu psicóloga sobre la posibilidad de explorar otras formas de apoyo en esta situación. Esto podría incluir hablar sobre tus opciones de vivienda, buscar ayuda legal si la violencia persiste o incluso el acompañamiento de un servicio de apoyo emocional en crisis. Existen muchas organizaciones que pueden ayudarte a encontrar un espacio seguro si necesitas alejarte de un entorno de abuso.
También es fundamental que sigas tu proceso de recuperación en cuanto a tu depresión, ansiedad y TCA. La violencia en el hogar solo agrava estos problemas, y es esencial que no descuides tu bienestar físico y emocional mientras atraviesas esta situación. Es posible que tu terapeuta y psiquiatra puedan ofrecerte herramientas adicionales para afrontar las emociones complejas que estás viviendo, y sobre todo para ayudarte a encontrar maneras más seguras y saludables de lidiar con los conflictos familiares.
Por último, quiero que sepas que no eres débil ni egoísta por buscar lo mejor para ti. Al contrario, es una muestra de valentía y de autocuidado. No estás sola en este camino, y aunque ahora mismo el dolor parece abrumador, estás tomando pasos importantes para sanar y protegerte. Sigue buscando el apoyo que necesitas y recuerda que tu bienestar es lo más importante. Mereces vivir en un lugar de paz y amor, y aunque ahora sea difícil, eso es completamente alcanzable.
Te mando un abrazo lleno de compasión y fortaleza. Sé que esto es muy difícil, pero confío en que estás dando pasos hacia una vida mejor para ti.
Primero que todo, quiero que sepas que lo que estás viviendo no es tu culpa. Nadie debería estar en un entorno donde se siente agredido emocionalmente o físicamente. La violencia, sea verbal o física, nunca está justificada, y menos en el contexto de una madre-hija, que se supone debe ser una relación de amor, apoyo y confianza. Reconocer que tu madre tiene dificultades emocionales, como mencionas, puede ser un paso importante, pero eso no justifica que te trate de esa manera. Tu salud y bienestar son lo primero.
Es completamente natural que, aunque hayas intentado hablar con ella en varias ocasiones, no veas el cambio. Las personas que tienen dificultades emocionales, como parece ser el caso de tu madre, a menudo no tienen la capacidad de gestionar sus propias emociones de manera saludable, lo que puede hacer que la comunicación sea aún más difícil y que, en lugar de encontrar una solución, te encuentres atrapada en un ciclo de conflictos. Además, cuando alguien es incapaz de manejar sus propios sentimientos, la tendencia a reaccionar con gritos o agresión puede ser una forma de desahogar su frustración, aunque, por supuesto, eso no significa que sea aceptable ni que tú tengas que soportarlo.
Lo que quiero que sepas es que no estás sola en esto. Aunque ahora pueda parecer que no hay salida, estás haciendo un trabajo valioso al estar en terapia y en tratamiento. El hecho de que estés en tratamiento tanto con psicóloga como con psiquiatra es un paso muy importante para tu recuperación. La situación con tu madre es muy compleja, pero quiero que sepas que tienes derecho a buscar un entorno que te cuide y te respete. Esto no significa que abandones a tu madre o que no la quieras, pero sí significa que debes protegerte a ti misma para poder sanar.
Sé que es difícil, pero necesitas poner límites muy firmes para cuidar de ti. Es posible que tu madre no esté en un lugar donde pueda entender o aceptar esos límites en este momento, y eso puede ser muy doloroso. A veces, el amor que sentimos por alguien nos lleva a querer salvarlos o arreglarlos, pero también tenemos que reconocer que solo podemos controlar lo que hacemos nosotros mismos, y no lo que hacen los demás.
Quizá una de las cosas más difíciles de aceptar es que tú no puedes cambiar a tu madre. Ella tiene que querer cambiar, y si no lo hace, tu responsabilidad sigue siendo cuidar de ti misma. De hecho, este tipo de situaciones pueden ser un obstáculo para tu proceso de sanación, por lo que tu prioridad debe ser crear un espacio seguro, incluso si eso significa mantener una distancia temporal con ella o buscar vivir en un lugar donde no te sientas amenazada.
Te sugiero que, además de continuar con tu terapia, hables con tu psicóloga sobre la posibilidad de explorar otras formas de apoyo en esta situación. Esto podría incluir hablar sobre tus opciones de vivienda, buscar ayuda legal si la violencia persiste o incluso el acompañamiento de un servicio de apoyo emocional en crisis. Existen muchas organizaciones que pueden ayudarte a encontrar un espacio seguro si necesitas alejarte de un entorno de abuso.
También es fundamental que sigas tu proceso de recuperación en cuanto a tu depresión, ansiedad y TCA. La violencia en el hogar solo agrava estos problemas, y es esencial que no descuides tu bienestar físico y emocional mientras atraviesas esta situación. Es posible que tu terapeuta y psiquiatra puedan ofrecerte herramientas adicionales para afrontar las emociones complejas que estás viviendo, y sobre todo para ayudarte a encontrar maneras más seguras y saludables de lidiar con los conflictos familiares.
Por último, quiero que sepas que no eres débil ni egoísta por buscar lo mejor para ti. Al contrario, es una muestra de valentía y de autocuidado. No estás sola en este camino, y aunque ahora mismo el dolor parece abrumador, estás tomando pasos importantes para sanar y protegerte. Sigue buscando el apoyo que necesitas y recuerda que tu bienestar es lo más importante. Mereces vivir en un lugar de paz y amor, y aunque ahora sea difícil, eso es completamente alcanzable.
Te mando un abrazo lleno de compasión y fortaleza. Sé que esto es muy difícil, pero confío en que estás dando pasos hacia una vida mejor para ti.
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