Hola, mi hijo tiene 11 años y desde hace 4 meses se habla muchas veces a si mismo haciendose afirmac

Hola,
Entiendo tu preocupación por tu hijo. Es importante saber que los niños pueden experimentar una variedad de pensamientos y emociones mientras crecen, y a veces pueden tener dificultades para manejarlos. Las afirmaciones que mencionas parecen estar causando angustia a tu hijo, lo cual no es algo que deba ignorarse.

Es posible que tu hijo esté pasando por una fase en la que está tratando de entender sus propios sentimientos y pensamientos, lo cual puede ser confuso y abrumador. Sin embargo, si estas afirmaciones le están causando tanto malestar que afectan su sueño y bienestar general, sería recomendable buscar la ayuda de un profesional, como un psicólogo infantil. Ellos pueden trabajar con tu hijo para ayudarle a manejar estos pensamientos y enseñarle estrategias para lidiar con la ansiedad.

Mientras tanto, aquí hay algunas cosas que podrías intentar en casa:

1. Habla con él: Anímale a expresar sus sentimientos y pensamientos sin juzgarle. A veces, simplemente hablar sobre lo que le preocupa puede aliviar parte de su angustia.
2. Rutinas de relajación: Practicar técnicas de relajación antes de dormir, como la respiración profunda o la meditación, puede ayudarle a calmarse.
3. Refuerza su autoestima: Recuérdale sus cualidades positivas y lo mucho que le quieres. Esto puede ayudarle a contrarrestar los pensamientos negativos.

Recuerda que buscar ayuda profesional no significa que haya algo "malo" con tu hijo, sino que es una forma de proporcionarle las herramientas necesarias para manejar sus emociones de manera saludable.

Buenas tardes, parece que tu hijo sufre pensamientos rumiativos. Puede indicar que está sufriendo ansiedad. ¿Hay algún suceso que esté atravesando la familia complicado? Si quieres podemos ver qué está generando su síntoma y atajarlo. Un abrazo

Hola, entiendo tu preocupación por lo que está experimentando tu hijo. Los pensamientos intrusivos y rumiativos, (ideas, imágenes o impulsos no deseados que aparecen de manera repentina en la mente y suelen generar malestar, ansiedad o incomodidad) como los que describes, pueden generar mucha angustia y afectar su bienestar. Es importante abordar estos pensamientos de manera adecuada para que no interfieran con su vida diaria.

Una técnica que puede ser útil es la “Caja de Pensamientos”, un ejercicio sencillo que puedes hacer con él para ayudarle a manejar esos pensamientos molestos:

Explícale que no todos los pensamientos son reales o merecen nuestra atención. Muchas veces, la mente genera pensamientos que no reflejan la realidad, y aprender a identificar cuáles son útiles y cuáles no, es un buen primer paso.

Consiste en tener una caja (puede ser una caja decorada o una simple cajita) y papeles pequeños. Cada vez que su hijo tenga un pensamiento que le angustie, anímale a escribirlo o dibujarlo en un papel y luego guardarlo en la caja. Este acto simbólico le ayudará a “guardar” el pensamiento en lugar de cargarlo consigo todo el tiempo.

Cada cierto tiempo, en un momento tranquilo y sin presión, pueden revisar juntos la caja y ver si esos pensamientos siguen siendo importantes o si ya han perdido fuerza. Esto también le ayudará a observar cómo cambian sus pensamientos y sentimientos con el tiempo.

Anímale a escribir pensamientos más positivos o recordatorios de lo que ha logrado. Esto puede servir como un contrapeso a los pensamientos negativos.

Además, es importante que se sienta escuchado y apoyado, y que sepa que sus sentimientos son válidos. Si notas que estos pensamientos siguen afectando su vida diaria, te recomiendo acudir a un psicólogo infantil que pueda ofrecerle más estrategias y acompañamiento.

Buenas;
Podría tratarse tal vez de pensamientos rumiativos (obsesiones que se repiten), tal vez de pensamientos intrusivos, cosas que pueden tratarse perfectamente.
No obstante, le aconsejo que le hagan una valoración minuciosa para ver de qué puede tratarse y para iniciar una intervención psicológica.
Ha hecho muy bien en preguntar y muy probablemente irá todo bien.
Saludos cordiales.

Buenas tardes, en estas cuestiones hay que tener en cuenta el malestar subjetivo que le provoca a tu hijo y los síntomas ansiosos que le generan. Por lo que , según lo describes, si que sería conveniente que pudiera recibir ayuda para que manejase mejor estas situaciones que comentas, y que los padres recibierais pautas para poder facilitarle afrontar estas dificultades. Un saludo

Buenas tardes. Según lo descrito, es una forma normal de relacionarse con los pensamientos. La dificultad recarre en la creencia literal de ese pensamiento desagradable y la posterior estrategia de evitación llevada a cabo para librarse de ese malestar: el control. De esta forma, a corto plazo existe un alivio porque siente que puede dominar ese pensamiento, mientras que a largo plazo ese control no resulta eficaz y el malestar aumenta viéndose en un bucle del que le resulta complicado salir. Mediante el trabajo con la toma de perspectiva de los propios pensamientos (los pensamientos no son ni buenos ni malos, aunque sean desagradables) y la aceptación de los mismos se puede lograr un mayor bienestar. Quedo a su disposción para ahondar más en la problemática. Un saludo.

Primero que nada, quiero agradecerte por compartir tus preocupaciones sobre tu hijo. Es evidente que te importa profundamente su bienestar y deseas ayudarlo en este momento.

Lo que describes, sobre su tendencia a hablarse a sí mismo y formular afirmaciones que le generan angustia, es algo que muchos niños experimentan en esta etapa de desarrollo. A los 11 años, los niños están en un proceso de autoconocimiento y, a menudo, se vuelven más conscientes de sí mismos y de cómo son percibidos por los demás. Esto puede llevar a pensamientos negativos y autoevaluaciones críticas.

Es importante validar sus sentimientos. Puedes decirle que es normal sentirse confundido o inseguro en ciertas situaciones, y que no está solo en esto. Promover un espacio donde se sienta seguro para expresar sus emociones es fundamental. A veces, simplemente hablar sobre lo que siente puede ayudarlo a liberar parte de esa carga.

Además, te recomendaría explorar algunas técnicas de manejo de ansiedad que puedan ayudarlo a manejar esos pensamientos intrusivos. Ejercicios de respiración, la práctica de la gratitud, o incluso escribir en un diario pueden ser herramientas útiles.

Si ves que estos pensamientos persisten y afectan su calidad de vida, no dudes en considerar la posibilidad de consultar a un profesional. Un psicólogo especializado en niños puede ofrecer estrategias adaptadas a su situación y brindarle el apoyo que necesita.

Recuerda que tu amor y apoyo son cruciales en este proceso. Mantén la comunicación abierta y sigue siendo su refugio seguro.

Entiendo la preocupación que transmites. Los pensamientos que describe, en los que se hace afirmaciones que él mismo niega pero que le generan angustia, podrían estar relacionados con pensamientos intrusivos o rumiativos. Aunque en cierto grado es normal que los niños, especialmente a su edad, pasen por fases de confusión emocional y mental, cuando estos pensamientos causan malestar significativo, como dificultades para dormir o ansiedad, es importante gestionar la situación.

Puede estar tratando de manejar estos pensamientos creyéndoselos literalmente, lo que al mismo tiempo le puede generar angustia.

Como sugieren varios profesionales, sería muy útil que un psicólogo infantil le haga una valoración minuciosa para entender mejor qué está ocurriendo y qué tratamiento sería más adecuado. El trabajo terapéutico puede centrarse en ayudarle a tomar perspectiva sobre sus propios pensamientos, enseñándole que no son ni buenos ni malos, simplemente ocurren, y que aprender a aceptarlos sin luchar contra ellos puede aliviar mucho la angustia que siente.

En casa, puedes apoyarlo hablando con él de manera abierta, sin juzgarle, y reforzando su autoestima. Además, técnicas de relajación adaptadas a su edad pueden ayudarle a calmarse.

Recuerda que estás haciendo lo correcto al buscar apoyo y que, con la ayuda adecuada, todo puede mejorar para tu hijo. ¡Ánimo!