Hola mi hija tiene trastorno alimentario, no quiere engordar y se enfusca por todo. Qué hacer? a pa

36 respuestas
Hola
mi hija tiene trastorno alimentario, no quiere engordar y se enfusca por todo.
Qué hacer? a parte de llevarla a tratar

Graciss
Saludos. Ya estás haciendo lo que hay que hacer en estos casos: buscar un terapeuta que os asesore sobre cómo tratar este problema.
La persona idónea para daros pautas de actuación a los familiares es el terapeuta que acabéis escogiendo, es posible que dos profesionales tengan distintas maneras de abordar el trastorno de conducta alimentaria (TCA); lo más importante es que la persona afectada, en este caso vuestra hija, conecte con el terapeuta en cuestión.
Independientemente de la orientación teórica del terapeuta y de su forma de proceder hay recetas que siempre suelen funcionar: escuchad a vuestra hija, con apertura, sin juicio, diría incluso con genuina curiosidad; para que se sienta segura y en confianza para poder hablar de sus problemas.
Otro aspecto importante y a veces difícil de asumir es qué tal vez la familia no puede ayudar más de lo que ya está ayudando. Hay cuestiones que tienen que ver con ella, pasos que necesariamente debe dar ella, y ese es un trabajo que no podéis ahorrarle.

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Faltan muchos datos, edad, peso, altura, ¿cómo es la relación con ella? Se niega a la comida, ¿y a qué más? Un problema con la comida no es algo aislado, se acompaña de un mundo de creencias y relaciones (¿y qué no?). Sugerencia: volver a intentar hablar con ella, no desde la crítica, sino desde cómo te sientes como madre/padre, de lo que a tí te preocupa, de lo que te importa, tal vez sea una vía no explorada...
Los trastornos de la conducta alimentaria son muy complejos, y en muchas ocasiones las familias acaban convertidas en parte del equipo de enfermería encargada de que coma, de que cumpla los horarios... Es importante que como familia no perdáis la perspectiva de que la familia siga teniendo ese rol y confiar en el equipo que trate a la paciente, preguntando cualquier duda que pueda surgir y confiando en que saben lo que están haciendo.
El TCA es un trastorno largo y agotador, es importante que la familia se cuide también para evitar problemas en un futuro.
Mucha suerte
Buenas tardes, tu hija padece un trastorno por conducta alimentaria. En estos casos es muy importante que visitéis un profesional, para que pueda no sólo tratar este problema con ella, sino asesorar a la familia sobre cómo ayudarla. Es importante que el terapeuta conozca el caso en profundidad para evaluar su situación y poder realizar la intervención más adecuada. Espero haberte ayudado. Un saludo
Como tú bien dices a parte de llevarla a un profesional es importante que tú como madre o padre prestes atención a tus propias necesidades y a lo que te está pasando. Muchas veces nos olvidamos que los que cuidamos también necesitamos cuidarnos. Es importante que estés lo mejor posible para poder ayudar a tu hija de la mejor forma, sin culpa y con responsabilidad. También cuidar la comunicación con tu hija, trabajar en la línea de poder expresar lo que te pasa y lo que necesitas, sin culpabilizarla, y aceptando que a veces preferirá a una amiga. También poder escuchar de ella lo que tenga para decirte, y qué necesita de ti. Esto puede parecer fácil, pero se entremezclan miedos propios, patrones de relación, emociones no expresadas... por eso te recomiendo que también tú acudas a un psicoterapeuta, no estás sol@, hay profesionales preparados para acompañarte en esto, un abrazo y mucha suerte
Buenos días. Como bien indicas, a parte de que acudáis a un psicólogo que pueda evaluar la situación, la familia es un factor muy importante en este tipo de trastornos. Habría que trabajar también cómo llevar esto en casa y en contextos donde estéis la familia al completo y que así se acentúe la mejoría de tu hija. Estoy segura de que lo conseguireis. Ánimo. Un saludo.
Buenos dias. El primer paso ya lo estás haciendo, que es que ella inicie un proceso psicoterapéutico. Una vez iniciada la terapia, el profesional ya te recomendará que pasos seguir. Es comprensible la necesidad por tu parte de querer hacer más, pero hasta que el profesional no calibre la problemática de tu hija no se iniciara el trabajo parental y/o familiar. Animo. Un saludo.
Hola. Ya estás haciendo lo mejor que puedes hacer por tu hija, que es llevarla a un psicólogo especializado en trastornos de la conducta alimentaria o bien a Centro multidisciplinar. Como pautas, sin dudas las que te indique el psicólogo que lleve el caso de tu hija. Confía en los profesionales de la salud y resuelve todas tus dudas con ellos. Son los que conocen el caso de tu hija y su evolución. Si no está todavía acudiendo a un psicólogo, acudid cuanto antes para no cronificar el trastorno. Un saludo cordial, te deseo lo mejor.
El buscar un profesional para que pueda ayudarla es una de las principales vías para su mejora. Dejaros asesorar por él y tratar de escuchar a vuestra hija con compresión, cariño y apoyo para cultivar la confianza, la conexión con ella. Tratar de no juzgarla y confiar en su mejoría a través de su esfuerzo con el tratamiento.
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Hola, estas haciendo el primer paso importante que es buscar ayuda. Visita a un/a profesional o centro especializado para que os asesoren, es clave que estéis acompañados en este proceso.
Además, para poder acompañar a tu hija de la mejor manera posible, escuchala sin intentar convencerla de nada, sin consejos ni recriminaciones. Escucha atentamente. Y luego pregúntate que está intentando expresar entre líneas, intentanto no juzgarla. ¿Que hay detrás de su ofuscación? Al principio seguramente te cueste, pero poco a poco podrás ir dándote cuenta.
Se, tanto como puedas, un puerto seguro para ella. Marcando límites con amor. Y para hacerlo cuidate tu también, escucha como te sientes, que necesitas para que puedas estar bien y así acompañarla mejor.
Os mando un abrazo
Confiar en los consejos y valorar si el problema mejora, evitar de convertir el problema de la hija en la unica fuente de dialogo y intentar hacer una vida normal y cuando ella se "ofusca" escuchar evitando de opinar porque en estos momento todo lo que se dice es equivocado, según la hija evidentemente
¿El diagnóstico se lo ha dado un especialista? A veces no se trata de un TCA, sino de una relación desequilibrada con la comida. En cualquier caso, lo primero es acudir a un profesional especializado en trastornos alimentarios. En estos casos, la familia juega un papel fundamental. Sería el psicólogo que atienda el caso el que debería dictar unas pautas para que la familia las pusiera en práctica con el fin de ayudar al tratamiento ya que, con toda la mejor intención, a veces se puede actuar de manera errónea en vez de ayudar.
Buenas tardes:
Probablemente tu hija pueda estar desarrollando un Trastorno de la Conducta Alimentaria, pero también puede ser que el hecho de "no comer" sea consecuencia quizás de otro problema que nada tiene que ver con eso. Por lo tanto, ya estás haciendo lo correcto, es muy importante que visitéis un/a profesional de la Psicología, para que pueda ahondar en las posibles razones de su conducta y también poder asesoraros a vosotros en cómo ayudarla.
Un saludo
Buenas tardes, lo mejor es buscar ayuda de un profesional. Cuando pasa el tiempo y no se aborda de manera adecuada puede deteriorar diferentes áreas (salud, autoestima, relaciones familiares...).

Algún consejo, aunque recomiendo encarecidamente la búsqueda de un especialista, podría ser:

1. Acompañar: En esos momentos esa persona necesita saber que hay alguien ahí, que ya no está solo con su enfermedad, debemos acompañarle durante el próximo y largo periodo de recuperación.

2. Ser espejo de sus cualidades: Sus características personales fueron uno de los factores que le llevaron a esta enfermedad, pero actualmente siente que ya no tiene “ninguna cualidad positiva”, siente que ha perdido la batalla y eso le frustra mucho. Podemos ejemplificar sus cualidades: “Bueno con lo perseverante y trabajador/a que eres seguro que lo consigues”; “Nos han dicho que esto va lento, pero como sé que cuando quieres algo hasta que no lo consigues no paras, me quedo tranquilo”, “Dices que estás cansado pero esta semana has ido a trabajar como siempre”.

3. Proporcionar una buena alimentación: Aunque de este apartado los médicos se encargan especialmente, los padres y/o personas cercanas (hermanos, amigos, abuelos…) tenéis que tener en cuenta que este chico ha caído en esta adicción entre otros motivos por su falta de tolerancia a la frustración. Cuando una persona deja de hacer deporte durante un tiempo y luego lo retoma, se da cuenta de que su capacidad física ha disminuido, lo mismo sucede cuando alguien lleva un largo periodo de privación de comer. Si ponemos a alguien un gran plato de comida después de haber estado meses manteniéndose con un vaso de agua y una manzana, se va a frustrar, va a sentir lo que menos le gusta y lo que le ha llevado a estar ahí. Intentar que alguien que se está recuperando se coma un gran plato de comida o simplemente un plato “normal”, es igual que poner a un futbolista que se ha lesionado, y estado un año de baja, a jugar una final de la Champions League. Debemos ir proponiendo metas viables, y alcanzables para esa persona, no desesperar: “¿No puedes más? Bueno al próximo día seguro que podemos comer un poquito más”.


4. Instaurar conductas saludables: En todos los casos, pero especialmente cuando existe culto al cuerpo, debemos enseñarle maneras de mantenerse en forma, y que la sensación o culpabilidad de “voy a engordar” desaparezca.

5. Ofrecerles situaciones donde tenga control: Estas personas han vivido una etapa en la que su enfermedad mandaba y dirigía, han sentido que han perdido la batalla. Enseñarles técnicas de relajación para adquirir un control progresivo de su propio cuerpo, facilitarle algunas situaciones en las que pueda demostrar su capacidad, y demostrarse así misma que sigue teniendo esas cualidades, aptitudes y talentos que pasaron a un segundo plano, aumentarán su sensación de control.

6. Muy unido a este último punto, es la importancia de enseñarles a diferenciar Objetivos de valores. Los objetivos son consecuencias alcanzables que una vez conseguidos se acaban, mientras que los valores no se consiguen ni se acaban nunca. No se trata de volver a tener un control “obsesivo”, sino que se valore por lo que es (trabajador, luchador, perseverante, simpático...) y no se valore solo por los resultados que consiga (suspender, no ser seleccionado para un determinado puesto, que alguien no le quiera…). Los éxitos no dependen sólo de uno mismo, también influyen factores externos y por lo tanto el lograrlos o no, no siempre dice algo de uno mismo.

7. Enseñar a disfrutar no cuando alcance los logros, sino durante todo el camino, de ese modo, podrán valorar cada instante. Valorar el esfuerzo, trabajo de esa persona, no solo el resultado, ya que somos lo que hacemos día a día, y los frutos y resultados se ven con el hábito.

8. Ponerle ejemplos de personas que admire y hayan cometido errores, que se ponga en la piel de esa persona, y que diga los motivos que le llevan defender a esa persona a pesar de haber fallado. Aprender que equivocarse es normal, y que lo que nos gusta de quienes admiramos es su capacidad para aprender y seguir adelante. Ser tolerante con nuestros errores es un gran paso.

9. Enseñar y entrenar Habilidades Sociales: En estos casos las relaciones sociales se han alterado notablemente con la enfermedad. El aislamiento social es muy frecuente por lo que el trabajar este aspecto es fundamental. Enseñar y poner en práctica diferentes técnicas y habilidades que mejoren la comunicación tanto en su entorno familiar como entre iguales, mejorará así la expresión de sus sentimientos.



Muchas veces la anorexia surge por problemas dentro de la familia, con los amigos, estudios, trabajo… al sentir que no se tiene control sobre lo que sucede alrededor.

Dejar de comer comienza siendo una herramienta para obtener control y se cae en el error de tratar de sentirse mejor a través de ella. No comer es equivalente a abandonar sus problemas, alivia su ansiedad a corto plazo, pero las situaciones preocupantes siguen ahí.

Sentimos que estamos en un momento en el que nada depende de nosotros, y esta privación depende solo de nosotros, por lo que cada vez que no tenemos control no comemos, y eso lo hacemos una y otra vez.

Acompañar, comprender, dar alternativas, buscar ayuda y a pesar de la dificultades, rabia, ira, y odio de la otra persona decir que estaremos ahí con ella, facilita que quien vive esta odisea, se posicione hacía el deseo de cambio. Reconocer sus problemas, preguntarle cómo le hacen sentir, ayudarle a ocuparse de ellos, y proporcionar herramientas para sus problemas presentes y futuros, potencia su percepción de eficacia y así su lucha y colaboración para la superación de esta terrible enfermedad.
¡Hola!
En los trastornos de conducta muchas veces no nos damos cuenta y agravamos el problema centrándonos solo en la alimentación, lo que crea en la familia una dinámica muy dañina y en tu hija una angustia añadida. Trataría de no centrarme sólo en la alimentación y trabajar la relación entre los miembros de la familia.
Además de lo que comentas de acudir a terapia con ella.
Un abrazo
¡Hola! Como bien han destacado mis compañeros es necesario el acudir a un psicólogo/a especialista que ayude a conocer las características adecuadas y personificadas a la situación por la que está pasando tu hija y cómo desde casa pueden ayudarla, ya que el especialista y su hija necesitarán del apoyo del resto de familiares que ejercerán como coterapeutas. Mientras esto ocurre, es recomendable que no se deteriore el vínculo que tienen entre las dos ya que ese será un gran apoyo durante toda la intervención. Trata de escucharla, darle importancia a a que acuda a un especialista que les pueda ayudar a todos y de acercarte a ella. ¡Mucho ánimo y paciencia!
Buenas tardes, lo primero que deberías hacer es buscar ayuda profesional y el profesional que te atienda te orientará el proceso a seguir. Un saludo
Hola, un tratamiento psicológico es la solución más adecuada, para usted también; no desde un punto de vista critico, sino desde una perspectiva relacional y emocional. Las emociones tienen un rol muy importante en estas situaciones, también en el contexto familiar. Fundamental es no criticarse o juzgarse como padres, sino apoyar y aprender nuevas dinámicas que resultaran útiles para el futuro de toda la familia.
Por mi experiencia profesional en casos de anorexia, por lo general, los familiares cercanos a la persona que la padece, acostumbran estar muy pendientes de si la persona afectada come o no come. Si bien no es fácil, es recomendable que el entorno familiar esté tranquilo y que predique con el ejemplo, comer sin prisas y disfrutando del alimento. Es una forma de mostrar que comer es placentero. También es importante la atención psicológica que en definitiva es la que ayudará a la curación.
La puerta de entrada a los trastornos alimentarios no siempre es la de querer estar delgada.
Puede ser, entre otras cosas:
Una forma de control, la
necesidad de autonomía, un arma en batallas de poder, una forma de dar voz al malestar, una huelga de hambre, miedo a la madurez....
Por tanto, siempre es importante identificar la función que el trastorno tiene para la persona , tanto a nivel individual como familiar.
Por consiguiente, mi consejo es buscar terapia familiar.A su disposición quedo
Buenos días. Los trastornos de alimentación hay que tratarlos en profundidad y conocer todo lo que engloba. Si llega a casos muy graves puede llevar a ingreso hospitalario. Recomendaría terapia integrativa y sistémica. Lo más importante es mostrar apoyo y comprensión, y sobre todo, acudir a un profesional cualificado. Un abrazo!
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¡Hola! Como bien comentan en líneas generales los compañeros, es muy importante iniciar un proceso terapéutico con tu hija que involucre, además, a toda la familia en él. Como complemento a esta intervención, te orientaría a que contactarais con alguna asociación de familiares de personas con trastornos alimentarios cercana a vuestro lugar de residencia. En este tipo de asociaciones encontraréis, además de atención profesional especializada en este campo, grupos de apoyo tanto para la familias como para las personas afectadas. Esto quizá pueda ayudaros a afrontar mejor el problema y a encontrar soluciones de forma conjunta.
Deduzco que por el mensaje "además de llevarla a tratar", tu duda es qué hacer cómo madre.
Los TCA no sólo afectan a quien está diagnosticado, sino que tienen gran repercusión en todo el entorno familiar y social del paciente.
Por ello, la terapia no se debe limitar solo al paciente, sino que también a los familiares.
Consulta con el psicólogo/a de tu hija, por grupos de apoyo a los familiares o terapia para ti. Si no tienes esa opción, cualquiera de nosotros podemos informarte sobre ello.
¡Ánimo! todo paso es importante. De los TCA también se sale.
¡Buenas tardes!

La mejor forma de tratar un TCA es tratándolo con un profesional, que tenga información concreta respecto a la situación de tu hija. En caso de que ella no quiera acudir a terapia, lo más recomendable sería que, en este caso, como madre pudieras acudir tú a un profesional y que te asesore sobre cómo tratarla y qué cosas podrías hacer.

Mucho ánimo.
Los consejos más importantes son:
La dieta debe ser sana, equilibrada y variada que incluya todos los alimentos necesarios, con limitación de dulces y postres industriales y comida rápida. Es fundamental ofrecerle verduras y frutas de forma variada.
Es importante que tu hija tenga el apoyo vosotros como padres.
El problema de los trastornos de alimentación es psicológico, y por este motivo es esencial que desde casa cuides muchísimo su autoestima.
Por ello, como padres debéis fomentar la autoestima de tu hija para que descubra sus capacidades y sus limitaciones, las acepte y aprenda a sentirse bien consigo misma,.
También te aconseja que establezcas una buena comunicación dentro de la familia, para que tu hija se sienta segura y, de esta manera, sea capaz de buscar opinión y la ayuda de su propia familia cuando se enfrente a situaciones que le resulten difíciles o estresantes.
Otro consejo es que logres que adopte y mantenga unos hábitos saludables en aspectos como la constancia en la práctica de actividad física y en el número de horas de sueño. Todo ello la ayudará a llevar una vida saludable.
Anímala sin obligarla y trata de aumentar tu paciencia, esa es la clave en casa.
Da la impresión que tu hija te quiere comunicar algo. Como madre intenta no controlar en exceso su vida. Delega en ella alguna responsabilidad. Hazle entender que confias en ella.
Me imagino que estaréis pasando una situación bastante complicada, y sobre todo como madre, el no poder ayudar a tu hija como te gustaría. Mi consejo, a parte de buscar un profesional que os transmita seguridad, que cree un buen vínculo con tu hija, es que te bajes a su nivel, le hables desde tu parte más emotiva, ábrete a ella, acepta lo que no puedas cambiar, y juntas tratéis de buscar soluciones, llegando a acuerdos. Si te sientes muy desbordada, y la salud de tu hija corre excesivo peligro, tal vez tengáis que replantearos otras posibilidades de tratamiento. Un cordial saludo
Entiendo que puede sonarte muy "obvio" los comentarios de llevarla a tratamiento, es cierto que es necesario no solo por el síntoma (que es la alteración alimentaria) sino por todo lo que probablemente hay detrás (baja autoestima, inseguridad, falta de gestión emocional...).
Cómo familiar, puedes intentar no hacer comentarios respecto al físico de ella, ni de gente que salga por la tele... (reduciendo así el valor al aspecto físico). Intentar aumentar la comunicación con ella que te hable de sus preocupaciones, de cómo le ha ido el dia... Evitar que coma sola y escoja la comida, y aunque "cree discusiones" para levantarse e irse sin comer, evitar discutir durante las comidas.
Aún así, si sería interesante replantearse la opción de tratamiento, con los detalles que comentas desconozco el nivel de gravedad actual, pero estos trastornos siempre van a más y vale la pena abordarlo cuánto antes.
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El tratamiento de los trastornos de conducta alimentaria debe ser un trabajo conjunto entre psicólogo y nutricionista. Es lógico que el miedo a engordar persista en un tiempo, hay que naturalizarlo e incluso no centrarnos en exceso al principio en ello. Lo primero a trabajar ante todo es la reconstitución de su salud física (si tiene bajo peso o se encuentra en estado de desnutrición), para ello, una analítica y un estudio antropométrico son claves. Después, establecer unos hábitos alimentarios saludables con una educación alimentaria y desmitificación de sesgos alimentarios, esta labor suele ir de la mano de los nutricionistas especializados en este campo. Por otro lado, el psicólogo, deberá trabajar al principio la conciencia de la enfermedad y la función que tiene la enfermedad en su vida. Además, el psicólogo deberá de trabajar aspectos como: la relación familiar, autoestima, satisfacción corporal, rituales de enfermedad, educación en autocuidado, comunicación asertiva... Todo en función del caso y diagnóstico.
Todo lo comentado es a grandes rasgos, dado de la poca información de la que parto.
Por otro lado, tu función es brindarle los recursos que requiere la enfermedad que te he comentado al principio, paciencia, cariño y mucha empatía. El problema va mucho más allá del peso y la comida, por lo que es importante no centres tu atención y conversaciones en ello. Espero que estas líneas te sean de ayuda y que se revierta la situación pronto. Saludos.
Que bien que hayáis decidido iniciar un tratamiento. De todas formas, creo que debes saber que en los tratamientos psicológicos más que "llevarla a tratar" vais a tener que poderos implicar y ser una parte activa en ese tratamiento: tanto vosotros los padres como ella misma. A veces no es tanto el "qué hacer", sino el cuándo y el cómo. Como algunos compañeros han comentado ya, es importante que puedas cuidarte para poderla cuidar. En este tipo de trastornos el sentimiento de una madre puede costar de sobrellevar, por la autoexigencia, y por el hecho de pensar que por hacer más, más va a mejorar. Muchas veces es al revés. Es importante que os dejéis orientar, y que os puedan ayudar a colocaros, como padres, en una posición que no sea invasiva para ella, pero en la que tampoco la perdáis de vista. Que la podáis acompañar y ayudar a contener emocionalmente, pero pudiéndoos cuidar lo suficiente como para no caer en el desánimo. Los trastornos de la alimentación pueden empezar como un juego entre amigas, o como una forma de controlar el cuerpo ante bajadas de autoestima o una autoimagen difusa, pero pueden volverse muy peligrosos al cronificarse y agravarse. Espero que podéis dar con el/la profesional que os pueda dar confianza y que sepa ayudarla. Un saludo!
El primer paso y junto a un equipo multidisciplinar de intervención, es determinar necesidades para establecer objetivos y pautas. El tratamiento siempre va a depender del trastorno en particular y de los síntomas que se presentan, no hay un tratamiento único, sino que se adapta a las características de cada persona. Comúnmente, el proceso comprende una combinación de terapia psicológica, educación nutricional, supervisión médica y, algunas veces, medicación. Tal vez sea necesaria una hospitalización si tu hija presenta problemas graves de salud física o mental.
Al inicio del tratamiento es fundamental reconocer la enfermedad, aumentar la motivación para el tratamiento y establecer una buena relación con el equipo terapéutico. El tratamiento es prolongado y complejo, pero conviene recordar que la recuperación es posible.
Mucha paciencia y lo primero, acudir siempre a un profesional.
Un saludo!!!
No me he podido detener en lo que mis compañeros han alcanzado a aconsejarte, pero al leerte lo que me sale del corazón decirte es que probablemente sea bueno para ti que de forma simultánea al tratamiento de tu hija, tu también cuentes con apoyo psicológico para que puedas sobrellevar mejor esta etapa, compartiendo, de alguna forma la mochila que como madre llevas. Ya que tiene que estar siendo muy duro para ti ver a tu hija así. Un fuerte abrazo y espero que encontréis la manera.
Un apoyo incondicional y que nunca se sienta juzgada por ti es así, a grosso modo, la pauta que veo más relevante de apoyo a la terapia que debe comenzar para trabajar tanto el origen como sus conductas automatizadas. Saludos.
En principio que se sienta acompañada y apoyada sin llegar a atosigar, con cierta distancia.

Tu eres quien mejor conoce a tu hija, por lo que sabrás mejor que nadie como hacerlo.

Y por lo demás en cuanto empiece el tratamiento, la psicóloga seguro te guía en el proceso y te dice a ti que papel tienes que cumplir, te incluirá en el proceso.
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Hola. Importante y delicado. Siempre la relación de madre e hija enseñan mucho más que otras, allí se muestra la paciencia, la agilidad mental, el amor fundamentalmente. Como dice una colega, no te centres en el tema "de la comida" ni entres en la contestaciones cuando está ofuscada. Busca los momentos calmos, y comparte otros temas... inventa si te parece. Y claro que es necesario que tu hija tenga la oportunidad de una terapia donde ella pueda desarrollar sus enojos, sus argumentos y la identidad que necesita.
Confía en ella porque la alimentación es una excusa para negar. Necesita sentirse independiente.
Esta respuesta es muy amplia porque solo en una consulta tu hija puede hablar y no enfoscarse si se aborda el tema del trastorno alimentario -lo cual quizás lo viva como un rótulo que la discrimina.
Ánimo y a su disposición también.
Saludos
Como han indicado el resto de profesionales, el primer paso sin duda es buscar un profesional que pueda orientarles en los pasos a seguir. No cabe duda de que es un camino difícil, ya que la persona afectaba se ve mal a sí misma, teniendo además una imagen distorsionada de sus cuerpo en muchas ocasiones. El apoyo y comprensión de la familia es muy importante, a la vez que las labores de vigilancia y ayuda. Mi más sincera felicitación por haber empezado el camino...buscar una solución es un gran comienzo.

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