Estoy en proceso de dejar la fluoxetina, cuando termine de tomar mi cuerpo puede llegar q volver al

La fluoxetina suele adelgazar durante los 3 primeros meses de tomarla y luego no está claro que adelgace ni que engorde. De hecho, la fluoxetina, cuando se utiliza para tratar ciertas formas de obesidad, se administra en dosis mucho más altas que las usadas para tratar depresión (en depresión, 20 a 40mg al día; en obesidad, entre 40 y 80mg al día).
Entre los pacientes que toman fluoxetina hay un subgrupo que, gracias a este fármaco, se mantiene delgado, pero hay otro subgrupo que gana peso; no está claro que los ganadores de peso lo hagan debido al efecto directo de la fluoxetina, aunque todo es posible (en la ficha técnica el fabricante pone que puede haber ganancia de peso, pero no es lo más frecuente).
Si la fluoxetina ha sido la causa de la ganancia de peso, esto puede haberse debido a dos razones: (a) que su manera de asimiliar el fármaco sea algo diferente a la de la mayoría, y que entonces realmente la fluoxetina le haga ganar peso por aumento de apetito o por bajada del metabolismo basal; (b) que su manera de preservar la delgadez en el pasado estuviese basada en estar todo el día en ansiedad, pues la ansiedad suele asociarse a aumento de la actividad motora y esto quema calorías. Es decir: pasar de la inquietud a la tranquilidad a veces engorda, con independencia del fármaco o de la psicoterapia que se utilice.
Otra posibilidad es que la fluoxetina no tenga nada que ver con la ganancia de peso, pues el sobrepeso obedece a muchísimas causas; por ejemplo, los cambios en el ritmo de vida (más o menos trabajo físico) o en el momento del ciclo vital (casarse, parir, iniciar un trabajo con visita frecuente a restaurantes...) pueden provocar variación metabólica y variación de hábitos que desemboquen en obesidad.
Hay otra posibilidad: que el trastorno de base que se pretendía tratar con la fluoxetina se asocie, por sí mismo e independientemente del fármaco, a un apetito elevado; esto es lo que, por ejemplo, sucede con las depresiones que llamamos "atípicas".