Después de realizar un vaciamiento ganglionar radical derecho en un paciente que sufrió hace diez

Después de haberse tratado de un linfoma por su hematólogo, tras el diagnóstico realizado por un vaciamiento ganglionar cervical, debe llevar su seguimiento con su otorrinolaringólogo y su hematólogo con revisiones periódicas y valorar las adenopatías del cuello, del tórax y abdomen. Lo normal es que esté libre de enfermedad.

la cirugía NO es el tratamiento para el linfoma, sirve como diagnóstico al extirpar un ganglio pero los linfomas son enfermedades sistémicas que no se curan con un bisturí.

Los linfomas son enfermedades malignas de los linfocitos y se originan en los ganglios linfáticos.
Para el diagnóstico generalmente se requiere la exéresis de un ganglio linfático completo de cualquier parte del cuerpo, el más accesible, pero el tratamiento tiene distintas opciones y la quirúrgica no es una de ellas, ya que por su origen (el sistema linfático, incluyendo órganos linfáticos) sería imposible operarlo.
El tratamiento se elige en atención a determinadas características de la enfermedad y con el consentimiento del paciente. Puede variar entre quimioterapia, radioterapia o una combinación de éstas, terapia biológica con anticuerpos monoclonales o un trasplante.

El seguimiento lo realiza, por supuesto, un Hematólogo y si su pregunta está en relación a un nuevo crecimiento de ganglios, tumor, etc, lo más apropiado es no perder tiempo y comentarlo con dicho especialista.