Buen día, tengo una.hija.de 21 años con características narcisistas . Ella vive en mi casa , no trab

Buenas, lo primero de todo, gracias por contar tu experiencia. Es una situación difícil y entiendo que puede ser muy estresante para ti.
Entiendo que intentar hacer tu vida personal y a la vez compaginarlo con la vida de madre se te esté haciendo más cuesta arriba de lo que te imaginabas... como consejo te diría que solicitaras acompañamiento profesional para valorar mejor y más profundamente la situación y buscar soluciones a los problemas.
Es una situación complicada pero con trabajo las relaciones pueden mejorar notablemente,
Espero haberte ayudado, ¡un abrazo enorme!

Hola. Veo que aquí hay dos campos en los que trabajar; por un lado, con usted, para recuperar la relación con su hija y hacer valer su derecho a tener pareja. Por el otro, con su hija, para ver qué es lo que la tiene enojada y cómo se puede mejorar. Habría que analizar toda la situación con detalle para ver cómo empezaron estos problemas y qué los mantiene actualmente.

Le sugiero reservar una sesión conmigo para ver cómo puedo ayudarlas (tengo consulta en Manresa, en Barcelona y online).

Buenas, entiendo que estás viviendo una situación muy complicada, creo que es importante saber porque tu hija actúa de esta manera, un proceso terapéutico ayudaría mucho a que pueda expresarse y obtener las herramientas para gestionar mejor sus emociones , al igual que la terapia familiar os serviría de gran ayuda para mejorar la relación entre ambas y que os dieran pautas para disminuir los conflictos y entender el porqué de los mismos. Mucho ánimo

Buenas, la verdad es que por lo que describes parece una situación compleja, debe ser dificil no poder conciliar ambas relaciones y tu papel de madre y de mujer, me imagino que deba ser doloroso y aunque sería necesaría más información sobre la dinámica e historia de la relación entre vosotras y la dinámica cuando hay un tercero (en este caso, una pareja tuya), creo, a priori, que el principal componente a trabajar aquí es la comunicación entre vosotras. Por supuesto ambas os beneficiarias o de una terapia familiar conjunta o de una individual cada una, que os ayude a comunicar lo que sentís de una manera asertiva y mejorar la convivencia (mientras dure) y la relación, que existan limites más claros en la relación pero sin agresividad. Podría ser interesante comprender mejor que significa para tu hija a nivel emocional y relacional entre vosotras, que tengas pareja, es posible que ella no sea del todo consciente de lo que esto le genera a nivel emocional y acabe "boicoteando" tus relaciones (más o menos conscientemente) como una forma de protegerse de algo. Como te comentaba es necesaria más información para entender mejor cuál es el problema pero espero haberte ayudado, estoy a disposición. Un abarazo. Lucía

Hola, muchas gracias por compartir tu problema. Entiendo que debes de estar pasando por una situación muy difícil. Creo que sería importante entender el porqué tu hija se comporta de esta manera, ya debe de haber un motivo para su cambio de comportamiento cuando usted tiene pareja.
Le recomiendo que busque ayuda profesional, y que quizás intente incluir a su hija en la terapia, ya que la situación puede mejorar mucho.
Mucha suerte!

Hola, lo que comentas más que un problema de narcisismo, suena a que no es capaz de soportar la presencia de una pareja tuya en casa. Al igual que te han comentado, creo que es importante que puedas escuchar a tu hija y poder entender por qué está tan enfadada.
Por otra parte, no entiendo por qué crees que iban a cambiar las reacciones de tu hija, ya que tú has sido quién le ha solicitado que vuelva. Entiendo que es muy doloroso saber que tu hija está en varios sitios viviendo, pero es natural que los problemas persistan, sino se ha cambiado nada.
Mi recomendación es que su hija acuda a psicoterapia si no es capaz de expresarle a usted cómo se siente o que ambas vayan a terapia familiar para poder tener un espacio para comprenderse y escucharse.
Un saludo,
Paul

Hola,

Suscribo las 6 respuestas de mis compañeros.

Por nuestra parte, añadiré un nuevo dato relacionado con el área de los valores que podría ayudar tanto a usted como a su hija, siempre y cuando, las recomendaciones de mis compañeros o las pesquisas que haga con su hija fruto de los consejos recibidos no llegan a buen puerto.

Padezca o no su hija un trastorno narcisista de la personalidad o un trastorno limite de la personalidad (ambos incluidos en el Cluster B) si su hija no quiere colaborar y someterse a un proceso psicoterapéutico, no es posible avanzar y el problema continuaría agravándose. Un cambio de actitud por su parte mejoraría la atmósfera familiar.

Hemos osado reformular su duda en forma de pregunta:

¿Qué puedo hacer para convivir con mi hija?

Respuesta:

Manteniendo la calma y desarrollando valores de actitud ante un destino, que de momento, se muestra irremisible.

Recientemente contesté una pregunta en Doctaralia sobre ¿Como aliviar la ansiedad de forma natural y rápida? Las recomendaciones allí expuestas podrían complementar los argumentos que desarrollaremos aquí.

Argumentación

De no encontrar un consenso con su hija, existe una forma positiva de enfrentarse con su situación que consiste en la actitud que adopte ante la limitación que está sufriendo en su vida.

Este modo de enfrentarse con la limitación de sus posibilidades por tener que convivir con su hija en las condiciones que describe abre ante usted un reino nuevo y propio de valores, que deben contase entre los más altos. Durante los últimos 12 años su existencia se ha empobrecido en lo social y amoroso drásticamente por la limitación que ha supuesto tener que ocuparse fuera del matrimonio de una niña de 9 años –nos hacernos cargos de lo que conlleva una separación-.

Lo que importa es la actitud que adopte ante su destino, que de momento, es irremisible. La posibilidad de llegar a realizar esta clase de valores se da, por tanto, siempre que una persona se enfrenta con un destino que no le deja otra opción que la de afrontarlo. Salvo que estemos dispuestos a asumir un riesgo, por ejemplo, usted nos dice: “Se enojó y se fue de casa, le pedí que volviera porque andaba de acá para allá sin saber dónde ir. Volvió a los días”.

Lo que importa es, a nuestro modo de ver, “cómo lo soporta, cómo carga con él como con una cruz”. Se trata de actitudes humanas como el valor ante el sufrimiento –nos dice: “A veces siento que ella quiere verme sola que viva para ella, nada más”-. Tan pronto como estos “valores de actitud” se incorporan al campo de las posibles categorías de valores, se ve que, en rigor, la existencia humana no puede, en realidad, carecer nunca de sentido: “la vida de la persona conserva su sentido hasta el aliento final”, hasta que exhala el último suspiro.

Mientras la persona conserva la conciencia, sigue siendo responsable frente a los valores de la vida, aunque éstos sean solamente los que llamamos de actitud –como es la situación en la que se encuentra con su hija-. Mientras la persona es un ser-consciente, es también un ser-responsable. Su deber de realizar valores no le deja en paz hasta el final instante de su existencia. Por muy limitadas que las posibilidades de realización de valores sean, siempre le será posible a la persona, aun reducido a la mayor de las inopias –como usted exclama: “Necesito ayuda”-, lograr esta clase de valores a que aquí nos referimos.

Conclusión

A veces, es necesario, en efecto, que la persona no se aferre, por así decirlo, a un grupo de valores –aquellos que la sociedad nos ofrece, sean estos valores de creación o vivenciales-, sin ver más allá de él, sino que sea lo suficientemente ágil para pasar a otros grupos, caso de que sea en ellos, y solamente en ellos, donde se dé la posibilidad de realización –en su caso, de actitud-. La vida impone a la persona, en este sentido, una cierta elasticidad, una adaptación elástica a las posibilidades que se le ofrecen.

Espero y deseo haber sido de ayuda.

Reciba un cordial saludo,

Juan José Regadera, Murcia.

Lamento escuchar que estás experimentando dificultades en tu relación con tu hija, y que estás sintiendo una presión adicional en tu relación actual debido a estos problemas. La situación que describes puede ser difícil de manejar, pero hay algunas cosas que puedes hacer para intentar mejorar la situación.

En primer lugar, es importante establecer límites claros con tu hija. Si ella no está contribuyendo a la casa y no está respetando a los demás miembros de la familia, debes hablar con ella y establecer límites claros. Estos límites pueden incluir la expectativa de que ella contribuya a las tareas del hogar, tenga una fuente de ingresos o busque una actividad productiva para su vida, y que respete a los demás miembros de la familia. También es importante mantener consecuencias claras si estos límites no se cumplen.

En segundo lugar, puede ser útil buscar la ayuda de un terapeuta o consejero para hablar sobre la situación y obtener apoyo emocional y estrategias de afrontamiento. Puedes hablar con un terapeuta tú sola o incluir a tu hija si ella está dispuesta.

En tercer lugar, es importante tener en cuenta que el cambio no sucede de la noche a la mañana. Es posible que tengas que trabajar en la relación con tu hija durante un período de tiempo prolongado para ver resultados significativos.

Finalmente, es importante recordar que tus sentimientos y necesidades también son importantes. No tienes que vivir tu vida de acuerdo a las expectativas de tu hija. Puedes tomar medidas para cuidar de ti misma y establecer límites saludables.

Espero que esto te ayude y te deseo lo mejor en tu situación.

En contestación al consejo que buscas sobre tu hija, te diría que por lo que explicas el tema no es nada fácil, porque sus actitudes y comportamientos que no ayudan nada en la relación, parece que hace tiempo que están presentes.. La adulta eres tú y por mucho que quieras a tu hija, las normas y los límites de casa los fijas tú. Si le das mucho poder sobre temas privados tuyos (como es la pareja) será ella quien controle tu vida. Cambiar esta dinámica disfuncional no es fácil, pero no te queda otra alternativa. Seguramente un psicólogo te puede ayudar a poner límites, a priorizar cuáles pones primero y a darte soporte emocional durante todo el proceso. espero te haya ayudado.

Muchas gracias por compartir tu situación.
Te encuentras en una situación complicada y debes de estar agotada tratando de llevar tu nueva relación de una manera saludable y con los conflictos que puedes estar teniendo con tu hija.
Te recomiendo que utilicéis a un profesional para poder trabajar los conflictos que os están afectando. Es importante mejorar la comunicación entre ambas y pautar unas normas de convivencia para que todas las partes involucradas puedan sentirse tranquilas. Poner límites claros es necesario. Además ponerle nombre a cómo os sentís las dos, que necesitáis cada una es fundamental para que vuestra relación pueda ser sana y no afecte a tu relación de pareja.
Podéis hacer terapia juntas o terapia individual, a las dos os va ayudar.
Un abrazo