Dr. Manuel Antonio Fernández Fernández

¿Sigues sin saber qué le pasa a tu hijo? ¿No consigues un diagnóstico definitivo?
¿Has dado mil vueltas de especialista en especialista, de centro en centro y de prueba en prueba para averiguar qué le ocurre? ¿Te preguntas cuáles son las causas de sus problemas y cómo ayudarle?
¿No consigues que mejore?

Lo compruebo a diario en mi consulta: familias preocupadas por sus hijos, que necesitan información honesta, implicación profesional y trato cercano.

Después de muchos años como especialista puedo afirmar que sigue siendo muy necesario avanzar en la comunicación a la sociedad sobre los problemas neurológicos infantiles. Sin embargo, esto es complejo debido a la gran variedad de trastornos que existen, lo difícil de su detección y diagnóstico y el enorme desconocimiento de la inmensa mayoría de ellos.

Pongamos 2 ejemplos habituales:

- TDAH: Hay mucha controversia inútil sobre cosas tan básicas como si existe o no. Cada vez que oigo a alguien cuestionar este trastorno, le invito a venir una tarde a mi consulta y escuchar a las familias que atiendo, los problemas que sufren y cómo mejora la situación cuando se detecta, se informa y se trata correctamente.
- Migrañas infantiles: La mayoría de las personas no dan mucha importancia a los dolores de cabeza de los niños, aunque pueden desencadenar serias consecuencias en su vida diaria (asistencia escolar, relaciones sociales, carácter o sueño, entre otros)

En resumidas cuentas, cuantos más pacientes veo, más claro tengo que aún hay mucho por hacer en el ámbito de la Neurología Pediátrica, los pacientes y sus familias. Por eso sigo trabajando con ilusión y colaborando en multitud de sociedades científicas y grupos de expertos en la materia.

Me llamo Manuel Antonio Fernández. Mi camino hasta llegar aquí no ha sido nada fácil pero sí muy gratificante.

Si quieres conocerlo, prepárate un café y empieza a leer, así entenderás muchas cosas.

Tras estudiar la Licenciatura en Medicina en la Universidad de Cádiz y especializarme en Pediatría en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, me decanté por la Neurología Pediátrica en una de las mejores unidades del país y una de las pocas acreditadas oficialmente. Elegí dedicarme a esta especialidad dentro de la Pediatría por las características de los pacientes y las familias con los que traté en el hospital.

Cuando todavía era solo un MIR en formación, viví algunas experiencias que me marcaron a fuego y decidieron el camino que me llevó hasta el TDAH, los TEA y los trastornos de conducta y aprendizaje. Sin duda alguna, uno de los mayores aprendizajes lo conseguí a medida que escuchaba lo que las familias de los niños compartían conmigo.

Creo firmemente que el pediatra debe creer en los padres y en su testimonio hasta que se demuestre lo contrario, aunque las pruebas médicas no arrojen resultados definitivos.¿Por qué? Sencillamente porque son ellos los que mejor conocen a sus hijos, lo que detectan los cambios de comportamiento y actitud y los que reconocen de forma inmediata cuándo algo no va bien. Si algo no va como debería, es labor del médico especialista implicarse hasta dar con la solución

Mi trayectoria

Aunque comencé mi carrera profesional en la sanidad pública, tengo mi propia consulta privada. No soy defensor a ultranza ni de una ni de la otra. Creo que ambas son complementarias y persiguen un fin común: ayudar a las familias que lo necesitan. Esa es mi principal motivación y por eso decidí especializarme y dedicar mi vida a ayudar a los más pequeños de la casa y a sus familias.

El detonante que me llevó a poner en marcha mi consulta y a desarrollar programas específicos orientados a solucionar los problemas que las familias sufren fue la importante demanda de atención sanitaria especializada y personalizada que existe.

Cuando veis que un médico os atiende con tiempo, sin prisa, os pregunta todos los datos importantes de la vida de vuestro hijo desde antes de nacer hasta el día de hoy, se interesa por vuestros problemas y, además, os brinda una respuesta razonable, sabéis reconocerlo. Por eso, mis principales valores como profesional se definen como trabajador, honesto, eficiente, resolutivo y claro a la vez que cercano. Mi propósito es ayudaros y que no os sintáis solos en el proceso del diagnóstico y del tratamiento.

El problema que vives ahora tiene solución. Solo hace falta implicación, comprensión y dedicación para conseguir los resultados que esperas.

¿Qué método aplico en mi consulta?

“Mi Filosofía, Información y Resultados” la repito a menudo en la consulta, porque es una de las claves para lograr la satisfacción de las familias. Suelo decir que “Yo vivo de vender información y resultados”.¿Qué quiero transmitir con ello? Algo que para mí es esencial: honestidad.

Cuento las cosas tal como son, oriento en todo el proceso y estoy a disposición de los familiares y pacientes para resolver todas las dudas que surgen por el camino (que no son pocas, como es normal).Todo esto se agradece. Y yo no podría hacerlo de otro modo, porque me pongo en tu lugar y sé lo que sientes.

Lo cierto es que los buenos resultados no se basan en trucos ni en magia, sino en estudio, experiencia y aprendizaje, con una buena dosis de trabajo serio y de confianza. Con ese trabajo previo, el proceso se centra en 3 pilares.

1) Informar de nuestra metodología de trabajo: así la familia sabe a qué atenerse cuando viene a mi consulta
2) Realizar una evaluación integral, sincera y adaptada a las necesidades de cada situación
3) Ofrecer unos resultados satisfactorios en función de las circunstancias de cada familia y de cada paciente

¿Por qué sigo estos pasos?

Porque las familias son las auténticas responsables de la salud de sus hijos. Para que una familia tome una determinada decisión sobre la salud de su hijo debe ser consciente de todas las circunstancias que intervienen en ella.

¿Funciona el método?

Júzgalo tú mismo. Desde que empecé a trabajar en mi consulta privada he pasado de atender pacientes un día a la semana a pasar consulta 5 días a la semana en Sevilla mañana y tarde y hasta 2 fines de semanas al mes, incluyendo el sábado completo y la mañana del domingo. Ahora, tengo que rebajar esa carga, me estaba matando

Comprobar que una familia no esté observando una evolución favorable de sus problemas me tiene en vilo. El verdadero reto profesional es aquel que no tiene un diagnóstico claro, cuando un tratamiento no está funcionando o cuando el chico se niega a seguirlo. En estos casos, mi implicación y mi paciencia se multiplican para trabajar codo con codo con la familia e intentar superar la situación.

De todas formas, quienes mejor te pueden dar una opinión sobre mi trabajo son los padres de mis pacientes. Puedes verlas en la sección de opiniones de este mismo perfil

Si has llegado hasta aquí y quieres conocer mi lado más personal, aquí te dejo algunas pinceladas

Nací en San Fernando (Cádiz) en 1980.
Estoy casado y me encanta disfrutar de la familia, pasear, ir al campo y viajar.
Disfruto de aficiones como la escritura, el diseño e internet en general.
El papeleo es la parte de la gestión del negocio que menos me gusta, aunque es necesaria.
Me encantan los niños y aprendo mucho con ellos. Sin embargo, todavía no soy padre.

¿Te gustaría empezar a notar mejoría en tu hijo?

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