Leyre Mañeru Sagredo

Desde mi experiencia, estoy encantada con Leyre a la hora de trabajar. Ya que siento en todo momento que es una profesional que adapta las sesiones y busca las mejores estrategias personalizadas para llegar a mis metas propuestas.

No es el primer profesional con el que trabajo pero siento que con ella como experta, he encajado perfectamente. Entre otras cosas porque se involucra contigo un montón, es cañera, transparente y noto que he conseguido avanzar mucho.

La verdad que suelo recomendar a familiares y amigos que hablen con psicólogos y espero que tengan la misma suerte que yo he tenido.

En mi experiencia con ella me he sentido muy escuchado, es una persona muy empática. Además, nos adaptamos muy bien a los horarios.

Tiene su propio guión de cómo llevar las sesiones, pero también se adapta a mis velocidades. Incluso en alguna ocasión, cuando salgo con un tema inesperado tiene herramientas al respecto.

Yo me siento muy a gusto con ella y la recomiendo siempre que alguna persona cercana tiene interés por ir a hacer terapia. Me siento agradecido de haberla encontrado

Es agradable, abierta, exigente pero flexible, y comprometida con tu proceso.

Llegué por ansiedad, un pasado complicado y una vida compleja en aspectos afectivos y laborales. Conmigo se ha centrado en encontrar el origen de lo que me pasa para comprenderme con profundidad, y reforzar lo que ya funciona y me hace estar bien.

Siempre con mucha empatía y supervisando el proceso de cara siempre a ir un paso más allá, y en cada sesión más cerca de los objetivos que nos planteamos. No recuerdo sesión en la que no haya salido con, al menos, una clave para mi vida.

Además da herramientas fácilmente aplicables, lo explica claro, y está abierta siempre a recibir feedback para mejorar.

Llevo muchos años de psicólogos y es, sin duda, de las personas que mejor me han tratado nunca, tanto en la efectividad del tratamiento, como en el trato personal que desde su lado es muy cercano y compasivo (sin ser condescendiente).

No me cabe duda que, quien esté en sus manos estará en muy buenas manos.