Gabriel Taboada Sauvage

Con 6 años tuve una fractura de codo que me tuvo apartado de algunos juegos de recreo durante una temporada. Tres inmovilizaciones y dos operaciones con sus respectivas rehabilitaciones.

Fue en el transcurso de esas rehabilitaciones que ocupaban durante casi dos años parte de mi tiempo (y el de mis padres) que descubrí la figura del fisioterapeuta. Siendo sincero, no es que aquello marcará una clara vocación profesional, pero cuando más tarde decidí una carrera, los recuerdos de aquel fisioterapeuta vinieron a mi. El poder acompañar de tú a tú a las personas en algo tan importante como es su propia salud, que depositen su confianza y poder retornarles desde la escucha y el contacto algo que falta,
es lo que motiva mi trabajo día a día.

Un mirada integral
A partir de ahí, todo ha sido un camino marcado por la inquietud de encontrar las herramientas que más me ayuden a ayudar. Y la Osteopatía ha sido mucho más que una herramienta, ha sido la pieza angular donde refundar todos mis conocimientos. Es el abordaje integral de la persona desde una perspectiva biomecánica, fisiológica y emocional, con técnicas que son tan variadas que se pueden adaptar a todo tipo de pacientes de todas las edades. La formación continua en osteopatía una vez los acabados los estudios, me ha dado la oportunidad de aprender de los mejores osteópatas mundiales. Agradecimientos especiales a Jean Pierre Barral, Nathalie Camirand y Jean François Terramorsi, entre muchos más, que han dejado mucho sello en mi manera de hacer dentro de la consulta.
Más adelante, la Psiconeuroinmunología y la Acupuntura añadieron otros enfoques de relevante interés. También el aprendizaje de técnicas como la Punción Seca, la Mesoterapia y el uso de ventosas, son parte importante de las soluciones terapéuticas a proponer.

El apredizaje es el camino
Abordar el cuerpo en su conjunto para tratar la lesión localizada es un camino que no tiene final, pues siempre hay que estar trabajando con el propósito de ayudar de la manera más efectiva a personas en situaciones difíciles. Es por ello que el aprendizaje no se acaba nunca: el aprendizaje es el camino.