Esther González Jiménez

Como han apuntado los compañeros, haber sufrido abusos sexuales en la infancia se considera una experiencia vital altamente traumática por muy diferentes razones (sentimiento de indefensión por la edad a que tienen lugar, ruptura de la confianza en los adultos -que dejan de ser vistos como personas que protegen -, culpa, temor a no ser creído y ocultación, sentimiento de soledad, etc).

No me atrevo a hablar de la existencia de un trastorno de estrés postraumático sin conocer más datos, pero lo que sí es evidente es que esa vivencia aún está condicionando su vida en la actualidad.

Lo más indicado sería iniciar un proceso terapéutico. Contar con un tiempo y espacio exclusivos para abordar este tema. Un "lugar" en el que pueda sentirse acompañado y con la confianza necesaria para hacer frente a todos aquellos aspectos que le hacen sentir mal y encontrar el modo de "sanar" poco a poco las heridas y secuelas que el abuso ha dejado y poder aparcarlas para vivir plenamente.

Es complemente normal que la tensión que acumulamos busque el modo de salir al exterior, y no siempre logramos liberar tensión del modo más adecuado.

Eso puede llevar a que desviemos nuestra rabia, dolor, frustración, angustia, etc, hacia situaciones y/o personas que no son las responsables de lo que nos pasa.

Sin embargo, tal como comenta la compañera Arantza, normal o no... lo que desde luego no es, es conveniente. Actuar de este modo, lejos de resolver los problemas, lo que puede provocar es que se nos añadan problemas nuevos; amén del sentimiento de malestar que dejan esas "explosiones" cuando uno llega a darse cuenta de lo inapropiado de su comportamiento.

Mi consejo es que busques la ayuda de un profesional, alguien con quien puedas hablar de esos problemas sin temor a que se te juzgue o ridiculice, así como a encontrar mejores modos de expresar la tensión.

Si necesitas más información, estoy a tu disposición.